Entre los fundamentos del gravamen para vinos y espumantes
se destaca que es una "bebida no saludable". La ciencia demuestra lo
contrario.
El flamante anuncio del Gobierno nacional de gravar el
"vino tranquilo" 10% y a los espumantes con 17% -ambos con alícuota
crecientes a lo largo de 3 años- no cayó nada bien en Mendoza, en especial en
el sector productor vitivinícola.
Más teniendo en cuenta que la Ley nacional 26.870 -la que lo
declara como bebida nacional- también lo define como un "alimento".
Además de ser la vitivinicultura el principal motor de la
actividad productiva de la provincia, esta declaración y los ya científicamente
comprobados beneficios que tiene el vino para la salud, no han hecho más que
acrecentar las críticas.
Las pruebas científicas.
El resveratrol es una de las moléculas presentes en la uva
(y, por ende en el vino), y ha sido definida por el ideario popular como aquélla
"que posee la magia de la eterna juventud".
Se trata de un antioxidante que ayuda a eliminar algunas
partículas peligrosas y neutraliza los radicales libres, facilitando la
digestión diaria. Es el componente que alienta y sustenta la recomendación de
una copa de vino diaria en beneficio del corazón.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, jueves 2/11/2017.
Cuadro de imágenes: BLOG DE LA PATAGONIA.
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