La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la Republica argentina (CICCRA) dio a conocer ayer un estudio en el que detalla que el cierre de las exportaciones de carne vacuna implementado por el gobierno nacional no tuvo los resultados esperados por las autoridades, pese a las advertencias de los sectores de la producción y de la industria.
En primer término, el trabajo detalla que durante mayo el precio promedio de la carne al público de la carne subió 6,1% respecto del mes anterior. El asado, corte emblemático para los argentinos, creció cerca del 5%.
Pero tal vez lo más importante fue el daño inmediato que generó la medida: la pérdida de horas trabajadas, básicamente por la industria exportadora, dado que la mayoría de los establecimientos anticiparon vacaciones, suspendieron con garantía horaria y terminaron los contratos con el personal contratado.
Cabe destacar que la cadena bovina genera 422.300 empleos directos, según las estimaciones de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Sólo en la industria frigorífica el cierre de las exportaciones expulsó del sistema a 19.800 operarios, puestos que hasta el día de hoy no se volvieron a recuperar. Y esto se da en un entorno donde el trabajo es un bien escaso en toda la Argentina.
Otros datos clave.
El informe de CICCRA remarca por otro lado que en mayo de 2021 la decisión del gobierno nacional de prohibir las exportaciones por treinta días tuvo un impacto moderado sobre la faena de hacienda vacuna. En total se faenaron 964.300 cabezas de hacienda vacuna en el quinto mes del año, es decir casi 10% menos que en abril pasado, corrigiendo por el número de días laborables. Con relación a mayo de 2020 la faena descendió 15,8%.
Por otra parte, en mayo de 2021 se produjeron 217.000 toneladas res con hueso, un 9,7% menos que en abril pasado y 17,4% menos que en mayo de 2020, corrigiendo por el número de días laborables.
La estadística muestra también que durante mayo la producción de carne vacuna fue equivalente a 217.000 toneladas. Considerando que las exportaciones habrían descendido a poco más de 45.000 toneladas, la absorción del mercado doméstico habría sido equivalente a 172.000 toneladas. Esto implica que el consumo aparente por habitante habría sido equivalente a 45 kilogramo por año, casi igualando el registro de un año atrás.
Todos estos datos muestran en definitiva que las medidas no han tenido los efectos buscados por el Gobierno. Puede que en el corto plazo el valor de la carne baje al consumidor, pero -como ha ocurrido en otras oportunidades- a costa de una reducción del stock de hacienda; algo que se contrapone al impulso oficial de trabajar en un plan ganadero para incrementar la producción de carne.
Publicado en Diario "Río Negro".
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