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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, agosto 30, 2014

30 DE AGOSTO DE 1850: MARIANO BALCARCE COMUNICA A JUAN MANUEL DE ROSAS DEL FALLECIMIENTO DEL GRAL. SAN MARTÍN EN LA FRANCIA.

El Libertador José de San Martín le lega su sable al Brigadier Gral.  Juan Manuel de Rosas el día 23 de enero de 1844 cuando escribe su testamento político en París, Francia.
El sable corvo fue adquirido por San Martín en su estancia en Londres, poco después de dejar España y antes de embarcarse rumbo a tierras del virreinato.
Tras el retiro de San Martín en Europa, posterior a la entrevista de Guayaquil, el arma quedó en Mendoza en manos de una familia amiga. Luego su yerno Mariano Balcarce y Merceditas envían la misma a Europa, quedando en posesión de San Martín  hasta su muerte del 17 de agosto de 1850.
Dice en el mismo: “El Sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina D. Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como Argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
En carta del 30 de agosto de 1850, Mariano Balcarce comunica a Don Juan Manuel Rosas sobre sobre el fallecimiento de San Martín ocurrida el día 17 de agosto de 1850 y le hace saber de la cláusula número 3 de su testamento político.
Balcarce le dice a Rosas: “Tan pronto como se presente una ocasión segura, tendré el honor de remitir a V. E. esa preciosa memoria legada al Defensor de la Independencia Americana por un viejo soldado cuyos servicios a la Patria se ha dignado V. E. recordar constantemente en términos tan lisonjeros como honrosos”. 
Pero luego la batalla de Caseros del 3 de febrero de 1852 donde se termina expulsando a Juan Manuel de Rosas del poder, el anhelo de ver en suelo patrio la espada del Libertador queda hecho trizas.
Asentado en Southampton, Inglaterra, Rosas recibe el sable del Libertador, dándose cumplimiento a lo establecido en la tercera cláusula testamentaria de San Martín de 1844.  En su chacra de Burguess Street Farm, Juan Manuel de Rosas tenía exhibida la reliquia dentro de un cofre, en cuya tapa hizo colocar una chapa de bronce en la que estaba grabada la cláusula del testamento ya citado.
Rosas de inegable prolijidad escribe en el testamento político de fecha 28 de agosto de 1862 en la cláusula 18, dice: “A mi primer amigo el señor Dn. Juan Nepomuceno Terrero, se entregará la espada que me dejó el Excelentísimo Señor Capitán General Dn. José de San Martín (…)  Muerto mi dicho amigo, pasará a su Esposa la Señora Da. Juanita Rábago de Terrero, y por su muerte a cada uno de sus hijos, e hijas, por escala de mayor edad”.
Tras el fallecimiento del Brigadier Rosas el 14 de marzo de 1877, el sable del Gral. San Martín legado quedó en poder de Máximo Terrero, ya que los padres de éste ya habían fallecido.
En 1896, el doctor Adolfo P. Carranza, entonces director del Museo Histórico Nacional, se interesó en la idea de repatriar el sable de San Martín.
Manuela Rosas de Terrero declara que “se ha decidido en donar a la Nación Argentina este monumento de gloria para ella, reconociendo que el verdadero hogar del sable del Libertador, debiera ser en el seno del país que libertó” e incorporará luego la bandera “que llevó el Benemérito Ejército Expedicionario al Desierto a las órdenes de mi padre el General don Juan Manuel de Rozas, contra los indios salvajes que asolaban nuestra campaña”, y el otro era “un trofeo del General Arenales, (en el año 1820) presentado por su hijo el Coronel don José Arenales, a mi padre, cuya dedicatoria está estampada en el trofeo”.
Arribó con el sable corbo del Libertador en la mañana del domingo 28 de febrero de 1897.  Los únicos asistentes al acto fueron un grupo de personas allegadas a Juan Manuel Ortiz de Rozas, algunos miembros de la Asociación de la Prensa de la ciudad de La Plata y uno que otro representante de los diarios de Buenos Aires, a los que se sumaba un pequeño grupo de vecinos de Ensenada.  Nadie más.
Con solemnidad, el sable corvo le fue entregado al presidente José Uriburu, quien aguardaba dentro de la Casa de Gobierno junto a sus Ministros, Jefes y Oficiales del Ejército y la Armada. 
EL ROBO DEL SABLE CORBO.
Dice Wikipedia “El sable permaneció allí hasta el 12 de agosto de 1963, día en que fue robado por Osvaldo Agosto -quien ideó el plan y estuvo a cargo de su parte operativa-, Manuel Gallardo, Aristides Bonaldi y Luis Sansoulet, todos integrantes de la Juventud Peronista que en esa época estaba comandada por el triunvirato conformado por Envar el Kadri, Jorge Rulli y Héctor Spina.
Osvaldo Agosto -publicista y ex Secretario de prensa del asesinado ex titular de la CGT, José Ignacio Rucci-, señaló que el robo “fue algo simbólico; el peronismo venía de varias derrotas, estábamos proscriptos, había ganado el radicalismo con Arturo Illia y teníamos que hacer algo para levantar el ánimo de los muchachos”
Indicó que el objetivo del robo fue poner en ridículo al “régimen” y a las Fuerzas Armadas apropiándose del arma más conocida de San Martín, que había legado a Juan Manuel de Rosas por su exitosa defensa contra Gran Bretaña y Francia, para luego entregársela a Juan Perón, quien seguía exiliado en Madrid.
Agosto, que fue secuestrado por la temible brigada de San Martín (la misma que había asesinado a Felipe Vallese un año antes), que actuaba fuera de su jurisdicción bonaerense como un comando paramilitar, relató en el libro “Historias secretas del peronismo” (Sudamericana): “Tenía una sensación extraña que me llevaba a pensar, mientras me golpeaban, que no me iban a matar, tal vez por eso no tenía miedo de que me mataran. Creo que en esos días aprendí a perdonar a quien 'cantaba' por ser torturado y apremiado por el dolor y el terror”.
Para poner fin a secuestros y torturas, Aníbal Demarco, que tenía la misión de llevarle el Sable a Perón, acordó con otro miembro de la resistencia peronista, el ex capitán del Ejército Adolfo Phillipeaux, la devolución de la reliquia al Ejército.
Años después, en 1969, cuando Osvaldo Agosto fue a Madrid a entrevistarse con Juan Domingo Perón se produjo el siguiente diálogo:
Perón: Agosto, yo lo esperé mucho tiempo creyendo que usted vendría a Madrid a traerme el sable.
Agosto: Ésa era la idea, General, pero tuvimos algunos inconvenientes: compañeros detenidos, otros bajo la persecución de la policía…
Perón: Estoy enterado, Agosto.
El sable fue robado nuevamente el 19 de agosto de 1965 por otro grupo de la Juventud Peronista y entregado un año después a los servicios del Ejército luego de diversos avatares. Desde entonces está bajo custodia en el Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín', y fue colocado dentro de un templete blindado, construido para tal efecto, por donación del Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires.
El sable corvo permanece allí desde entonces”.
El sable que perteneciera al Capitán General en Jefe del Ejército de los Andes y General en Jefe del Ejército de Chile D. José Francisco de San Martín, fundador de la libertad del Perú y Capitán General de sus Ejércitos se encuentra depositado, desde el 14 de junio de 1966, en el Regimiento Granaderos a Caballo "General San Martín''.
Por decreto N 8756, del 21 de noviembre de 1967, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso su guarda definitiva en el Regimiento creado por el Libertador, el cual expresa: "CONSIDERANDO: Que corresponde confiar el sable corvo del Libertador al Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín'', por ser la unidad que creara y la que más íntimamente está ligada, en el sentir popular, a su vida gloriosa.
EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA DECRETA:
"Artículo 1º: Transfiérese al Regimiento de Granaderos a Caballo la guarda y custodia definitiva del Sable Corvo del General José de San Martín.
"Art. 2º: El presente decreto será refrendado por los señores ministros del Interior y de Defensa y firmado por los señores Secretario de Estado de Cultura y Educación y Comandante en Jefe del Ejército.

"Art. 3º: Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. ONGANÍA – MARIANO ASTIGUETA - GUILLERMO A. BORDA – JULIO RODOLFO ALSOGARAY - ANTONIO R. LANUSSE".

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