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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, septiembre 09, 2014

9 DE SEPTIEMBRE DE 1947: SANCIÓN DE LA LEY 13.010 DEL SUFRAGIO FEMENINO EN NUESTRA ARGENTINA.

La Ley 13.010 establecía en su primer artículo: "Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos".
El voto femenino en la Argentina se efectivizó en estas elecciones del 11 de noviembre de 1951.

UN POCO DE HISTORIA...
LA LUCHA POR EL VOTO FEMENINO...

Desde fines del siglo XIX las mujeres argentinas venían luchando por la obtención de sus derechos cívicos.
Cecilia Grierson una de las primeras mujeres que ingresó en Facultad de Ciencias Médicas, donde se graduó seis años más tarde en 1889 transformándose en la primera mujer que pudo graduarse como médica, participó en aquel mismo año en Londres del Segundo Congreso Internacional de Mujeres.
Julieta Lantieri se convierte en una de las primeras médicas recibidas en la República Argentina; y fue fundadora de la Asociación Universitaria Argentina junto a Cecilia Grierson.
Pioneras en la lucha por los derechos de la mujer “los derechos no se mendigan, se conquistan”.
Cecilia Grierson integró en 1906 el Centro Feminista del Congreso Internacional del Libre Pensamiento que se hizo en Buenos Aires y con otras feministas como Raquel Camaña, Elvira Rawson de Dellepiane, Petrona Eyle, Sara Justo, Julieta Lantieri y Adelia Di Carlo, reclamaban por los derechos cívicos femeninos en Argentina.
En 1907 la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino.
En mayo de 1910, en pleno centenario del 25 de Mayo de la Argentina, Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino Internacional con la participación de delegadas chilenas, uruguayas y paraguayas donde se reclamó enérgicamente el derecho de las mujeres a votar.
Julieta Lantieri, mujer perseverante, logró inscribirse en el padrón municipal en 1911; se inscribió en la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca, que era la que le correspondía por su domicilio y cuando llegó el 26 de noviembre de ese año, día de las elecciones, votó en el atrio de esa iglesia.
Y ante la mirada atónita de la larga cola de varones que hacían cola para votar aquel 23 de noviembre de 1911, logra emitir su voto.
El Dr. Adolfo Saldías que era en ese momento el Presidente de mesa, la saludó y se congratuló “por ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”.
Ante la mirada socarrona de los hombres Lantieri pudo votar en las elecciones de la provincia de Buenos Aires desde 1911 hasta 1916 en este año se agrega como requisito el haber hecho el servicio militar.
En 1919, la doctora Lantieri fundó el Partido Feminista Nacional,
En marzo de 1919 lanzó su candidatura a diputada nacional por la Unión Feminista Nacional y contó con el apoyo de Alicia Moreau de Justo y Elvira Rawson. El resultado fue magro pero importante simbólicamente: obtuvo 1.730 votos.
En 1911 el diputado socialista Alfredo Palacios había presentado el primer proyecto de ley de voto femenino en el Parlamento Nacional, faltaba aún un año para que se sancionara la Ley electoral conocida como Ley Sáenz Peña de voto secreto, universal y obligatorio sin incluir a las mujeres.
Las mujeres eran consideradas incapaces por el Código Civil de 1871. Recién en 1926, por la Ley 11.357  alcanzaron la igualdad legal con los varones que era relativa pues no incluía el derecho al voto (que llegó a posteriori en 1947 en la presidencia de Juan Domingo Perón; ni la patria potestad compartida, que se establece en 1985 durante la presidencia de Raúl Alfonsín).
En 1928 en San Juan gracias al impulso del Gobernador Aldo Cantoni uno de los fundadores del Partido Bloquista, las mujeres sanjuaninas se convirtieron en abril de 1928 en las primeras en votar en todo el país se destaca la votación de Rosalina Plaza de Cantoni.
La Constitución sanjuanina de 1927, establecía el voto femenino y es uno de los antecedentes fundamentales para la sanción del sufragio femenino en 1.947.
Juan Domingo Perón.
Durante la campaña presidencial de 1946, el Partido Laborista, que presentaba a Perón como candidato a presidente, prometió su aprobación del sufragio femenino y en julio de 1946, la Asociación Pro Sufragio Femenino lograba junto al senador por Mendoza Lorenzo Soler la presentación de un proyecto de ley que contemplaba los derechos políticos de la mujer.
Desde aquel proyecto de Alfredo Palacios de 1911 se presentaron otras 22 iniciativas legislativas hasta que el 9 de septiembre de 1947 pudo sancionarse finalmente la Ley 13.010, como se lo había aprobado en el Senado un año antes, que establecía en su primer artículo:
“Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”.

Juventud y viudez, sus escudos y sus lanzas por Beatriz Sarlo Para LA NACIÓN (fragmento).
¿Cómo no recordarlo? En noviembre de 1951, Perón ganó un segundo período presidencial con más del 62 por ciento de los votos, el doble de los que obtuvo la Unión Cívica Radical. Fue la primera elección nacional en la que votaron las mujeres. La casualidad o el destino le dieron a David Viñas, fiscal radical, el papel de llevar la urna al Policlínico de Avellaneda, donde Eva estaba internada. Muchos años después, Viñas recordaba el momento: un friso de suplicantes en las puertas del hospital, rezando, “como en una película de Eisenstein”. Una fotografía muestra a Eva, extenuada, en el momento en que una mujer le acerca la urna. La cabeza sostenida apenas por las almohadas, el rostro demacrado y el gran rodete rubio. Viñas espera afuera. Cuando le devuelven la urna, escucha la voz de Perón, que le pregunta a Eva: “¿Apago la luz, negrita?” Eva y todas las mujeres argentinas votaban por primera vez. También Victoria Ocampo, gran opositora, votó por primera vez, y fue éste el único reconocimiento que le hizo al peronismo. Como ahora con los derechos humanos, siempre hay algo que reconocer.

Juan José Sebreli en su libro “Comediantes y mártires” dice “ no fue Evita el factótum del voto femenino. Nunca se había interesado por los derechos cívicos de las mujeres ni participó en los movimientos feministas anteriores al peronismo. Tampoco tuvo un papel esencial en las discusiones sobre el tema entre los peronistas. El voto femenino estaba en el programa electoral de Perón elaborado sin la intervención de Evita. Más aún, su primera presentación pública en un acto de mujeres en el Luna Park, a favor de la fórmula presidencial, el 8 de febrero de 1946, donde intentó hablar en reemplazo de Perón ausente, fue abucheada por el público femenino, que pedía la presencia del líder.

Durante los debates en el Congreso para la aprobación de la ley del voto femenino, la oposición recordó a Elvira Rawson de Dellepiani, Julieta Lanteri, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo como luchadoras por el derecho al voto de las mujeres; ningún diputado peronista, en cambio, mencionó  a Evita, y sólo una vez fue nombrada en la Cámara del Senado”.

El Historiador de Felipe Pigna dice: 
"El 23 de septiembre Evita debutó en el balcón de la Casa Rosada para hablar ante una multitud convocada por la CGT celebrando el voto femenino. Comenzaba a sonar estridente y metalizada por los altavoces, aquella voz enérgica que quedaría para siempre en el recuerdo de todos los argentinos, los que la amaban y los que la odiaban. Aquella voz inconfundible dijo entonces: “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos.” Y remarcó que se trataba de una “..victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.

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