La Ley 13.010 establecía en su primer artículo: "Las
mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a
las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones
argentinos".
El voto femenino en la Argentina se efectivizó en estas
elecciones del 11 de noviembre de 1951.
UN POCO DE HISTORIA...
LA LUCHA POR EL VOTO FEMENINO...
Desde fines del siglo XIX las mujeres argentinas venían
luchando por la obtención de sus derechos cívicos.
Cecilia Grierson una de las primeras mujeres que ingresó en Facultad
de Ciencias Médicas, donde se graduó seis años más tarde en 1889 transformándose
en la primera mujer que pudo graduarse como médica, participó en aquel mismo
año en Londres del Segundo Congreso Internacional de Mujeres.
Julieta Lantieri se convierte en una de las primeras médicas
recibidas en la República Argentina; y fue fundadora de la Asociación
Universitaria Argentina junto a Cecilia Grierson.
Pioneras en la lucha por los derechos de la mujer “los derechos
no se mendigan, se conquistan”.
Cecilia Grierson integró en 1906 el Centro Feminista del
Congreso Internacional del Libre Pensamiento que se hizo en Buenos Aires y con
otras feministas como Raquel Camaña, Elvira Rawson de Dellepiane, Petrona Eyle,
Sara Justo, Julieta Lantieri y Adelia Di Carlo, reclamaban por los derechos
cívicos femeninos en Argentina.
En 1907 la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité
Pro-Sufragio Femenino.
En mayo de 1910, en pleno centenario del 25 de Mayo de la
Argentina, Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino
Internacional con la participación de delegadas chilenas, uruguayas y
paraguayas donde se reclamó enérgicamente el derecho de las mujeres a votar.
Julieta Lantieri, mujer perseverante, logró inscribirse en el
padrón municipal en 1911; se inscribió en la Parroquia San Juan Evangelista de
La Boca, que era la que le correspondía por su domicilio y cuando llegó el 26
de noviembre de ese año, día de las elecciones, votó en el atrio de esa
iglesia.
Y ante la mirada atónita de la larga cola de varones que
hacían cola para votar aquel 23 de noviembre de 1911, logra emitir su voto.
El Dr. Adolfo Saldías que era en ese momento el Presidente
de mesa, la saludó y se congratuló “por ser el firmante del documento del
primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”.
Ante la mirada socarrona de los hombres Lantieri pudo votar
en las elecciones de la provincia de Buenos Aires desde 1911 hasta 1916 en este
año se agrega como requisito el haber hecho el servicio militar.
En 1919, la doctora Lantieri fundó el Partido Feminista
Nacional,
En marzo de 1919 lanzó su candidatura a diputada nacional
por la Unión Feminista Nacional y contó con el apoyo de Alicia Moreau de Justo
y Elvira Rawson. El resultado fue magro pero importante simbólicamente: obtuvo
1.730 votos.
En 1911 el diputado socialista Alfredo Palacios había
presentado el primer proyecto de ley de voto femenino en el Parlamento
Nacional, faltaba aún un año para que se sancionara la Ley electoral conocida
como Ley Sáenz Peña de voto secreto, universal y obligatorio sin incluir a las
mujeres.
Las mujeres eran consideradas incapaces por el Código Civil
de 1871. Recién en 1926, por la Ley 11.357
alcanzaron la igualdad legal con los varones que era relativa pues no
incluía el derecho al voto (que llegó a posteriori en 1947 en la presidencia de
Juan Domingo Perón; ni la patria potestad compartida, que se establece en 1985
durante la presidencia de Raúl Alfonsín).
En 1928 en San Juan gracias al impulso del Gobernador Aldo
Cantoni uno de los fundadores del Partido Bloquista, las mujeres sanjuaninas se
convirtieron en abril de 1928 en las primeras en votar en todo el país se
destaca la votación de Rosalina Plaza de Cantoni.
La Constitución sanjuanina de 1927, establecía el voto
femenino y es uno de los antecedentes fundamentales para la sanción del sufragio
femenino en 1.947.
Juan Domingo Perón. |
Durante la campaña presidencial de 1946, el Partido
Laborista, que presentaba a Perón como candidato a presidente, prometió su
aprobación del sufragio femenino y en julio de 1946, la Asociación Pro Sufragio
Femenino lograba junto al senador por Mendoza Lorenzo Soler la presentación de
un proyecto de ley que contemplaba los derechos políticos de la mujer.
Desde aquel proyecto de Alfredo Palacios de 1911 se
presentaron otras 22 iniciativas legislativas hasta que el 9 de septiembre de
1947 pudo sancionarse finalmente la Ley 13.010, como se lo había aprobado en el
Senado un año antes, que establecía en su primer artículo:
“Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos
políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o
imponen las leyes a los varones argentinos”.
Juventud y viudez, sus escudos y sus lanzas por Beatriz
Sarlo Para LA NACIÓN (fragmento).
¿Cómo no recordarlo? En noviembre de 1951, Perón ganó un
segundo período presidencial con más del 62 por ciento de los votos, el doble
de los que obtuvo la Unión Cívica Radical. Fue la primera elección nacional en
la que votaron las mujeres. La casualidad o el destino le dieron a David Viñas,
fiscal radical, el papel de llevar la urna al Policlínico de Avellaneda, donde
Eva estaba internada. Muchos años después, Viñas recordaba el momento: un friso
de suplicantes en las puertas del hospital, rezando, “como en una película de
Eisenstein”. Una fotografía muestra a Eva, extenuada, en el momento en que una
mujer le acerca la urna. La cabeza sostenida apenas por las almohadas, el
rostro demacrado y el gran rodete rubio. Viñas espera afuera. Cuando le
devuelven la urna, escucha la voz de Perón, que le pregunta a Eva: “¿Apago la
luz, negrita?” Eva y todas las mujeres argentinas votaban por primera vez.
También Victoria Ocampo, gran opositora, votó por primera vez, y fue éste el
único reconocimiento que le hizo al peronismo. Como ahora con los derechos
humanos, siempre hay algo que reconocer.
Juan José Sebreli en su libro “Comediantes y mártires” dice “
no fue Evita el factótum del voto femenino. Nunca se había interesado por los
derechos cívicos de las mujeres ni participó en los movimientos feministas
anteriores al peronismo. Tampoco tuvo un papel esencial en las discusiones
sobre el tema entre los peronistas. El voto femenino estaba en el programa
electoral de Perón elaborado sin la intervención de Evita. Más aún, su primera
presentación pública en un acto de mujeres en el Luna Park, a favor de la
fórmula presidencial, el 8 de febrero de 1946, donde intentó hablar en
reemplazo de Perón ausente, fue abucheada por el público femenino, que pedía la
presencia del líder.
Durante los debates en el Congreso para la aprobación de la
ley del voto femenino, la oposición recordó a Elvira Rawson de Dellepiani,
Julieta Lanteri, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo como luchadoras por
el derecho al voto de las mujeres; ningún diputado peronista, en cambio,
mencionó a Evita, y sólo una vez fue nombrada
en la Cámara del Senado”.
El Historiador de Felipe Pigna dice:
"El 23 de septiembre Evita debutó en el balcón de la Casa Rosada para hablar ante una multitud convocada por la CGT celebrando el voto femenino. Comenzaba a sonar estridente y metalizada por los altavoces, aquella voz enérgica que quedaría para siempre en el recuerdo de todos los argentinos, los que la amaban y los que la odiaban. Aquella voz inconfundible dijo entonces: “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos.” Y remarcó que se trataba de una “..victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.
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