Fue a tan solo dos días de los comicios que dieron la
victoria de la fórmula Perón - Perón por un 62% de los votos que permitieron que
el viejo caudillo accediera a su tercera presidencia constitucional. Perón “viejo
en años” pero lúcido mentalmente que le llevaba “años luz a varios” ese “Perón
viejo”.
Eran tiempos de una Argentina violenta y delirante que
parecía una novela escrita por un loco de remate, de tragedia argentina cuando
un crimen político, que es un crimen a secas sea el motivo que tenga como un robo es un
robo, empañaría este contundente triunfo del Frente Justicialista de
Liberación.
Y muchas cosas no serían como antes luego que el gremialista
José Ignacio Rucci fuera asesinado por organización político-militar Montoneros
quienes se adjudicaron la muerte y condenara el cura villero Carlos Mujica, vinculado
al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, donde le decía a los
Montoneros: “Como dice la Biblia, hay que dejar las armas para empuñar los
arados” y califica Mugica a los Montoneros como la nueva burocracia porque le quitó
al pueblo la alegría de festejar el triunfo peronista y que muchos montoneros
son el anti-pueblo y que debido a sus palabras muchos jóvenes abandonaron el
movimiento.
Un audio inédito que aportó Jorge Rulli, difundido en
La Mirada de Roberto García, lunes 22 HS por Canal 26.
El audio es del 23 de noviembre de 1973
El audio es del 23 de noviembre de 1973
José Ignacio Rucci, nació el 15 de Marzo de 1924, en la
localidad de Alcorta (Prov. De Santa Fe).
Cuando tenía 18 años cuando llegó a Buenos Aires en busca de
mejores oportunidades de trabajo y en 1944 ingresó como operario en los
talleres de una fábrica de armas.
El 17 de octubre de 1945 participó para reclamar por la
libertad del coronel Perón.
Con los años se convierte en dirigente de la U.O.M. Unión
Obrera Metalúrgica.
Luego en la llamada Resistencia Peronista fue un miembro
activo.
En 1970 resulta elegido Secretario General de la
Confederación General del Trabajo y viaja a Madrid para poner a disposición de
Perón a la organización obrera y se convierte en uno de los artífices del
retorno de Perón.
Aquel día, el 17 de noviembre de 1972, fue Rucci quien con
su paraguas protegió al caudillo ante la intensa lluvia que caía en Ezeiza.
Un 25 de Septiembre de 1973 a las 12:11 horas, el terrorista
conocido como "pelado Carlos" dio la orden de tirar, 23 balazos
acabaron con Rucci el General, que había sido elegido Presidente por tercera vez,
expreso "...me cortaron las patas".
Ceferino Reato dice: “recuerdo en mi libro Operación
Traviata varias anécdotas de aquel encuentro; todas indican que ambas partes se
cayeron muy mal. Lo admitió meses después Firmenich en una recordada charla a
los dirigentes de Montoneros en la Ciudad Universitaria de la Universidad de
Buenos Aires, donde señaló que hasta la reunión en Roma ellos no conocían al
verdadero Perón y que recién en aquel momento se dieron cuenta de la
“contradicción principal” que los separaba: “nosotros somos socialistas, pero
él no lo es”. De allí derivaban otras diferencias como, por ejemplo, que ellos
creían en la lucha de clases como motor de la historia mientras Perón defendía
la conciliación entre empresarios y trabajadores arbitrada por el Estado.
En ese contexto, Firmenich, Perdía y Quieto rechazaron la
propuesta de Perón de dejar las armas e insertarse en la política. Para él, los
grupos guerrilleros eran “formaciones especiales” para luchar contra la
dictadura, que debían desarmarse ahora que el país había vuelto a la democracia
y el peronismo al poder; ellos pensaban, en cambio, que “el poder brota de la
boca del fusil” y que la conquista del aparato estatal para impulsar la
revolución socialista imponía un “momento militar”, un choque a todo campo
contra las Fuerzas Armadas.
A partir de allí, la disputa derivó en nuevos
enfrentamientos, cada vez más profundos, de los cuales ya no pudieron retornar:
la matanza en el aeropuerto de Ezeiza, cuando Perón regresó al país luego de su
exilio; la renuncia del presidente Héctor J. Cámpora, a quién Perón acusó de
haberse dejado influenciar por Montoneros; las nuevas elecciones
presidenciales, que consagraron a Perón con casi el 62 por ciento de los votos,
del brazo, esta vez, de los sindicatos, enemigos jurados de la Juventud
Peronista; el asesinato del líder de la CGT, José Ignacio Rucci, la mano
derecha de Perón en el gremialismo y uno de los garantes del pacto social con
los empresarios; la “purga” de los montoneros y sus aliados de todos los cargos
relevantes que ocupaban en el peronismo” (Cuando Perón rompió con Montoneros por
Ceferino Reato).
A Rucci lo acribillaron varios francotiradores cuando salía
de su casa de Avellaneda 2935, de Flores, el 25 de septiembre de 1973, dos días
después de las elecciones generales en que Juan Perón resultó electo por
tercera vez Presidente de la República y luego del asesinato de Rucci el 25 de
septiembre de 1973, la militancia juvenil peronista coreaba: “Rucci traidor,
saludos a Vandor”.
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