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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, septiembre 25, 2014

UN 25 DE SEPTIEMBRE DE 1.973 ES ASESINADO EL LÍDER SINDICAL JOSÉ IGNACIO RUCCI.

Fue a tan solo dos días de los comicios que dieron la victoria de la fórmula Perón - Perón por un 62% de los votos que permitieron que el viejo caudillo accediera a su tercera presidencia constitucional. Perón “viejo en años” pero lúcido mentalmente que le llevaba “años luz a varios” ese “Perón viejo”.
Eran tiempos de una Argentina violenta y delirante que parecía una novela escrita por un loco de remate, de tragedia argentina cuando un crimen político, que es un crimen a secas  sea el motivo que tenga como un robo es un robo, empañaría este contundente triunfo del Frente Justicialista de Liberación.
Y muchas cosas no serían como antes luego que el gremialista José Ignacio Rucci fuera asesinado por organización político-militar Montoneros quienes se adjudicaron la muerte y condenara el cura villero Carlos Mujica, vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, donde le decía a los Montoneros: “Como dice la Biblia, hay que dejar las armas para empuñar los arados” y califica Mugica a los Montoneros como la nueva burocracia porque le quitó al pueblo la alegría de festejar el triunfo peronista y que muchos montoneros son el anti-pueblo y que debido a sus palabras muchos jóvenes abandonaron el movimiento.
Un audio inédito que aportó Jorge Rulli, difundido en 
La Mirada de Roberto García, lunes 22 HS por Canal 26.
El audio es del 23 de noviembre de 1973

José Ignacio Rucci, nació el 15 de Marzo de 1924, en la localidad de Alcorta (Prov. De Santa Fe).
Cuando tenía 18 años cuando llegó a Buenos Aires en busca de mejores oportunidades de trabajo y en 1944 ingresó como operario en los talleres de una fábrica de armas.
El 17 de octubre de 1945 participó para reclamar por la libertad del coronel Perón.
Con los años se convierte en dirigente de la U.O.M. Unión Obrera Metalúrgica.
Luego en la llamada Resistencia Peronista fue un miembro activo.
En 1970 resulta elegido Secretario General de la Confederación General del Trabajo y viaja a Madrid para poner a disposición de Perón a la organización obrera y se convierte en uno de los artífices del retorno de Perón.
Aquel día, el 17 de noviembre de 1972, fue Rucci quien con su paraguas protegió al caudillo ante la intensa lluvia que caía en Ezeiza.
Un 25 de Septiembre de 1973 a las 12:11 horas, el terrorista conocido como "pelado Carlos" dio la orden de tirar, 23 balazos acabaron con Rucci el General, que había sido elegido Presidente por tercera vez, expreso "...me cortaron las patas".
Ceferino Reato dice: “recuerdo en mi libro Operación Traviata varias anécdotas de aquel encuentro; todas indican que ambas partes se cayeron muy mal. Lo admitió meses después Firmenich en una recordada charla a los dirigentes de Montoneros en la Ciudad Universitaria de la Universidad de Buenos Aires, donde señaló que hasta la reunión en Roma ellos no conocían al verdadero Perón y que recién en aquel momento se dieron cuenta de la “contradicción principal” que los separaba: “nosotros somos socialistas, pero él no lo es”. De allí derivaban otras diferencias como, por ejemplo, que ellos creían en la lucha de clases como motor de la historia mientras Perón defendía la conciliación entre empresarios y trabajadores arbitrada por el Estado.
En ese contexto, Firmenich, Perdía y Quieto rechazaron la propuesta de Perón de dejar las armas e insertarse en la política. Para él, los grupos guerrilleros eran “formaciones especiales” para luchar contra la dictadura, que debían desarmarse ahora que el país había vuelto a la democracia y el peronismo al poder; ellos pensaban, en cambio, que “el poder brota de la boca del fusil” y que la conquista del aparato estatal para impulsar la revolución socialista imponía un “momento militar”, un choque a todo campo contra las Fuerzas Armadas.
A partir de allí, la disputa derivó en nuevos enfrentamientos, cada vez más profundos, de los cuales ya no pudieron retornar: la matanza en el aeropuerto de Ezeiza, cuando Perón regresó al país luego de su exilio; la renuncia del presidente Héctor J. Cámpora, a quién Perón acusó de haberse dejado influenciar por Montoneros; las nuevas elecciones presidenciales, que consagraron a Perón con casi el 62 por ciento de los votos, del brazo, esta vez, de los sindicatos, enemigos jurados de la Juventud Peronista; el asesinato del líder de la CGT, José Ignacio Rucci, la mano derecha de Perón en el gremialismo y uno de los garantes del pacto social con los empresarios; la “purga” de los montoneros y sus aliados de todos los cargos relevantes que ocupaban en el peronismo” (Cuando Perón rompió con Montoneros por Ceferino Reato).

A Rucci lo acribillaron varios francotiradores cuando salía de su casa de Avellaneda 2935, de Flores, el 25 de septiembre de 1973, dos días después de las elecciones generales en que Juan Perón resultó electo por tercera vez Presidente de la República y luego del asesinato de Rucci el 25 de septiembre de 1973, la militancia juvenil peronista coreaba: “Rucci traidor, saludos a Vandor”.

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