GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, mayo 20, 2022

Alicia Jurado en su centenario. Por Roberto L. Elissalde.

 

Le habría sido grato saber que con motivo del centenario de su nacimiento, su memoria se iba a recordar en este diario del que fue colaboradora frecuente y además valiente en tiempos difíciles de la República. Alicia Jurado hizo a lo largo de sus casi 89 años, un culto en celebrar su cumpleaños, abundan los comentarios en sus cuatro tomos de sus memorias.­

En mayo de 1975 le fue otorgado el Premio Alberdi-Sarmiento instituido por La Prensa el 12 de octubre de 1950, y otorgado por un comité encabezado por el presidente del Instituto Popular de Conferencias Osvaldo Loudet y que integraban: Jorge Luis Borges, Miguel Angel Cárcano, Alfonso de Laferrere y Ambrosio Romero Carranza.­

Según la escritora, "este premio tenía especial significado para mí porque no era una mera distinción literaria: nunca me animé a preguntar a los miembros del Instituto porque me lo habían dado, pero supongo que se debió a los artículos que publique... el premio era puramente honorífico, pero tan prestigiosas las figuras que lo habían recibido antes que aquel honor me agobiaba un poco''. Efectivamente. el colombiano Germán Arciniegas, el brasileño Julio Mezquita Neto, los venezolanos Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri, el paraguayo Efraím Cardozo y el uruguayo Enrique Jiménez de Aréchaga, habían sido algunas de las personalidades premiadas.

El día de la entrega 23 de mayo afirma que coincidió con una manifestación peronista a la Plaza de Mayo, lo que le permitió llegar casi sobre la hora. En realidad era el tradicional cambio de Guardia en el Cabildo lo que impedía la circulación por la zona. Alicia recuerda en sus Memorias: "La Prensa ya había sufrido tiroteos después de reuniones populares de ese tipo, porque nunca faltó un grupo de exaltados que atacaran el diario representante máximo de la oposición. Alberto Gainza Paz, me había mostrado los impactos de bala en el cielorraso de su despacho y no había garantía alguna de que ese desmán no se repitiera: eso no impidió que el salón estuviera repleto a desbordar y no me vanaglorio pensando que los presentes fueran exclusivamente admiradores de mi prosa''.­

La ceremonia se realizó en el magnífico Salón Dorado, "decorado según el gusto de la belle epoque'', según las crónicas fue presidida por el director Dr. Alberto Gainza Paz, a quien acompañaron en el estrado los miembros del Instituto: Osvaldo Loudet, Juan Manuel Saravia, Osvaldo Fustinoni, Julio H. G. Olivera, Oscar A. Marino, Alejandro Dussaut, Venancio Duelofeu, Segundo V. Linares Quintana, Justiniano Allende Posse y Luis Igartúa.

Entre otros se encontraba presente junto a la madre de la escritora, el almirante Isaac Francisco Rojas y el agregado cultural de la embajada del Reino Unido Peter Neylor en representación de su embajador, sin duda por la valiosa actividad de la premiada en rescatar personalidades británicas en las letras. También recuerda que estaba su hijo Federico Tiscornia que habría de morir en diciembre de ese año en un trágico accidente en Nicaragua, mientras que su hija Cecilia médica de profesión cumplía con su deber en una guardia lo que a Alicia por un lado apenaba pero por el otro la enorgullecía en lo que era el cumplimiento del deber.­

Recordó la escritora, que "Gainza Paz me hizo entrega del premio y al agradecérselo, aproveché para hacer el elogio deLa Prensa a la que llamé cátedra de corajecosa que fue, en efecto en todos los tiempos''. Según la crónica el presidente del Instituto Popular de Conferencias Osvaldo Loudet, dijo "nada más justo y oportuno. Justo porque representa los valores más genuinos de nuestro mundo intelectual y oportuno por ser el año internacional de la mujer''. Feliz coincidencia diríamos porque Alicia Jurado fue una adelantada en reivindicar los valores de la mujer, pero también alejada de cualquier movimiento feminista.­

LA CULTURA NACIONAL­.

­El jurado del comité Ambrosio Romero Carranza, prestigioso académico y magistrado probo, al presentarla recordó que "se instituyó este premio para estimular y aplaudir a quienes por medio del periódico y del libro trabajan con decisión y valentía a favor de lo que constituye en cada país la base de su civilización: la cultura nacional'', de la que Alicia Jurado después de reseñar su obra era una acabada exponente.­

En su discurso de agradecimiento, habló del compromiso del escritor "con la belleza, pero también lo es con la verdad, la ética no es para él menos importante que la estética''. A la hora de evocar a los patronos del premio citó a Alberdi: "Donde una libertad esencial está confiscada, es casi seguro que están confiscadas todas'', recordando que la libertad de pensamiento es la faz suprema y culminante de la libertad múltiple. Y señaló en estos tiempos difíciles en medio del terrorismo que asolaba la Patria que "no debemos renunciar a la esperanza de un porvenir mejor'', recordando a Sarmiento "porque el mal nunca ha triunfado definitivamente''.­

SU ABUELO­.

­Digamos finalmente que Alicia tenía apenas tres días de vida el 25 de mayo de 1922, cuando se inauguraba oficialmente, el Museo creado por su abuelo materno Isaac Fernández Blanco en el suntuoso palacete de la calle Victoria 1418. Según afirma en el primer tomo de sus Memorias, nunca lo conoció: "Murió teniendo yo menos de seis años, porque mamá no lo quería ver y no nos visitábamos. Se refería a veces al carácter despótico y arbitrario del padre, tirano de su infancia y creo que debió ser persona bastante difícil para que mi abuela, prototipo de la dulzura y resignación, se resolviera a separarse de él en una época en que no se usaban esos gestos de independencia''.­

Alicia reconoció que heredó de su abuelo "la afición por las antigüedades aunque no, desgraciadamente la fortuna que le permitía comprarlas, y hasta mamá, poco dispuesta a elogiar a su progenitor, admitía que nunca había oído tocar a un violinista aficionado como él lo hacía, como un profesional''. En su colección del abuelo se encontraban instrumentos antiguos "poseía un admirable Stradivarius con el que fue pintado en París por Bonnat''. Tal era su gusto por la música que cada tanto contrataba "tres profesores del Colón para tocar cuartetos con ellos, encerrado en su escritorio y sin público, ni otra finalidad que su propio placer''.

No faltaban detalles de objetos antiguos en su departamento de Ecuador y Santa Fe ni en su campo El Retiro en Pardo, según ella: "Utiles, hermosos y -algo que se le olvidó a William Morris- cargados de afecto, recuerdos y tradición''.­

Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.

PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/515984-Alicia-Jurado-en-su-centenario.note.aspx

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