GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, mayo 08, 2022

La bandera de la Argentina profunda.

 


La bandera de la Argentina profunda.

Sangre sanmartiniana es la que tuvo nuestra gente en Malvinas y es la que desde 1982 no se rinde y sigue el combate. Eso es lo que quiere decir ¡volveremos!.

Por Franco Ricoveri­

Especial para La Prensa­

­Muchos veteranos de guerra podrían firmar esta frase: "lo peor no fue la guerra, fue volver". Es cierto que es una triste realidad que une a los soldados de todas las guerras, pero más doloroso es que nos pase a nosotros, porque hay guerras y guerras. Hay guerras en donde los combatientes ni saben adónde los mandan. Recuerdo haberlo oído de Colin Powell, quizás uno de los militares más importantes de su tiempo, aquel que fue Secretario de Estado norteamericano de la Presidencia de Bush Jr."Cuando me mandaron a Vietnam no sabía ni dónde estaba en el mapa".­

Lo mismo les pasó a los soldados contratados por el Reino Unido para venir a estos pagos: la gran mayoría reconoce que desconocía su destino y, en consecuencia, la causa por la que peleaban. Allá él y allá ellos. Por eso es distinto: lo duro, lo verdaderamente inhumano, es que a los soldados que pelearon por amor a su tierra, por amor a su gente, al volver se les haya dado la espalda y se los haya tratado de loquitos o de chicos de la guerra; eso es para deprimir o enojar a cualquiera.­

En abril del 82 todos aplaudieron; después del "día de la máxima resistencia", del 14 de Junio, comenzó lo peor. Para el gobierno militar del General Bignone, fue un hierro caliente que convenía ocultar, olvidar rápido. Pero para el primer presidente de la democracia, Raúl Alfonsín, la cosa fue peor: la definió como "un camión atmosférico".­

Los Veteranos de Guerra de Malvinas (VGM) se sintieron allí, adentro del tanque. Y comenzaron a caer bajas mucho más dolorosas que las de la batalla. Suicidios, depresiones, bronca, impotencia. Por un lado una medallita del Congreso (1984) y por otro el desprecio... y el silencio... y la traición de los ayer aplaudidores.­

­

DESMALVINIZACION­

Sí, la "desmalvinización" vino de la mano de la traición y el olvido, y fomentó pactos vergonzosos como los de Madrid y repugnantes "relaciones carnales" como diría aquel ministro de Menem que es mejor olvidar. Los gobiernos que siguieron hasta nuestros días no han sido mejores. Han tratado todos de "sacarse selfies" con veteranos (eso vende siempre) y ganar votos con la Causa, pero nada más. Siguieron desmalvinizando, siguieron hundiéndonos y quizás en forma más traicionera: palmadita en la espalda y puñal al corazón de todo aquello por lo que se combatió.­

La Prensa tiene el honor de haber seguido siempre dando batalla por Malvinas. Hubo grandes plumas patrióticas y malvineras en este diario que sostuvieron el fuego. Aún cuando los demás callaban, traicionaban y se vendían. ¡Gracias a todos ellos!.­

Destacamos dos (sabiendo que hubo muchas más): en la década del 80, eran un bálsamo los artículos de Manfred Schönfeld, verdadero prócer malvinero. Supo que el futuro de Argentina se jugaba en Malvinas y batalló como un Quijote. Otro testigo invencible fue y sigue siendo Nicolás Kasanzew. Cuando era perseguido y marginado de todos los medios sólo por el hecho de ser haber estado en las islas, La Prensa fue fiel, y hoy nos alegra ver que no se rinde. En un artículo que le publicaron el 2 de abril de 1984, comenzaba diciendo: "No habrá olvido que nos borre su memoria y la memoria nos hará leales".­

­

LA ARGENTINA PROFUNDA ES LEAL­

No podríamos afirmar que somos un pueblo homogéneamente leal. Para ser leal tiene que haber amores y hoy vivimos en un clima en donde parecen primar los odios. Ya lo dijimos, nuestros soldados pelearon por amor: por el camarada que tenían al lado de la trinchera, por la familia que rezaba en el continente, por la bandera, por la Patria y con Fe, con el Rosario al cuello. Lucharon por todos esos amores que los "desmalvinizadores" odian. Odian con sus ideologías, con sus pañuelitos, con sus provocaciones. Odian todo lo que significa Malvinas: la Patria, la familia, Dios. Y esa es la grieta que sólo podrá curarse cuando los que odian se den cuenta hacia qué lugar los conduce su odio: hacia la desesperación.­

Cuando un Veterano dice desde el fondo de su corazón: ¡volveremos!, no sólo piensa en las islas que nos esperan, piensa también en ese sentimiento de amor que los hizo fuertes a pesar del peligro y que los hacía soñar que al volver iba a ser todo mejor. Pero no fue así, porque con el olvido también germinó ese odio destructor. Entonces hubo que reagrupar las filas. Algunos callaron por décadas, otros no llegaron. Pero hoy, 40 años después de la recuperación, nuestros VGM saben que están de nuevo frente al combate. Ahora están sus hijos y sus nietos que los miran porque, como decía Kasanzew en aquél artículo de 1984: "a pesar de todo, gracias a ellos la Patria vive". Y esa Patria, que tiene ya un montón de caras nuevas y queridas, los necesita. Más aún que en 1982. Hoy la batalla es cultural.­

Hace unos días el periodista Agustín de Beitia publicó un artículo para enmarcar: "¿Por qué es necesario malvinizar?" Imperdible, necesario, digno heredero de la tradición de este diario. Pero si hacemos el duro ejercicio de leer algunos comentarios que generó en los lectores, veríamos hasta dónde llega esa grieta que no parte sólo a la sociedad, fisura cerebros y corazones.­

Sí, es cierto que San Martín dijo que "hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil que están callados"; pero no quita que los "gritones" indignen y ya nos tengan hartos.­

­

SANGRE SANMARTINIANA­.

Pues bien, llegó el momento en que es necesario que los cien mil alcen su voz para que la Patria sobreviva. Llegó la hora de terminar con las ideologías materialistas que nos están destruyendo, de terminar con la corrupción que nos ahoga, de terminar con nuestra decadencia. Nuestra estirpe verdadera es sanmartiniana, aunque hoy se disimule. Sangre sanmartiniana que liberó naciones, sangre que corría tanto en la batalla de la vuelta de Obligado como en la hombría gaucha de Martín Fierro. Sangre sanmartiniana tienen nuestros niños que todavía se emocionan con la bandera, a pesar de la mala educación con que se los busca arruinar. Sangre sanmartiniana es la que tuvo nuestra gente en Malvinas y es la que desde 1982 no se rinde y sigue el combate. Eso es lo que quiere decir ¡volveremos! Esa es la bandera de la Argentina profunda que este diario nunca arrió y sostiene en el combate.­

Para llevar a La Prensa en el corazón me bastaría el recuerdo de mi abuelo leyendo todos los días aquellas páginas tantas veces perseguidas y golpeadas por los gobiernos de turno. Un diario luchador, valiente, nunca complaciente ni arrodillado ante el poder; pero hay mucho más, y lo volvemos a agradecer porque la memoria es la que nos hace leales. Ver el espíritu de Malvinas en este diario nos llena de coraje para tratar de ser siempre fieles hijos de esta noble tierra y saber que el combate no terminó y que como los VGM debemos decir: ¡volveremos! En serio: volveremos.­

PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.

La bandera de la Argentina profunda.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.