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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, mayo 29, 2022

Vida de Santa Rosa de Lima, de Leopoldo Marechal.

 

Vida de Santa Rosa de Lima, de Leopoldo Marechal.

Por Jorge Martínez.

Este libro es un testimonio elocuente de lo que significa la santidad, escrito en un tiempo racionalista, anticipo del actual, que se enorgullecía de su propio envilecimiento y perversión y rechazaba cualquier ejemplo que marcara el camino para llevar una vida virtuosa.

La existencia de Santa Rosa de Lima, que Leopoldo Marechal (1900 - 1970) relató con devota aplicación, impresiona por lo temprano del llamado a seguir al Divino Esposo que recibió la niña nacida el 20 de abril en 1586. Diríase que fue con su primer hálito vital. Desde entonces Rosa no vaciló en ningún momento en su camino de santidad, y ello a pesar de los muchos obstáculos -humanos y sobrenaturales- que habrían de salirle al paso.
Mirada con los ojos del mundo, la suya fue una vida de sufrimientos extremos, incomprensibles. A la luz de la Fe, esos "prematuros quebrantos" que aparecieron muy pronto tenían pleno sentido, puesto que, acota Marechal, ya desde el comienzo estaban poniendo a prueba la resistencia de un cuerpo "destinado a cumplir más tarde la rigurosa imitación de los dolores de Jesucristo".

El camino de Rosa no era el del mundo. Desde pequeña y hasta el fin de sus días se trenzó en una guerra contra los placeres, las comodidades y las dulzuras mundanas, para desconcierto de sus familiares, en especial su madre, quien siempre procuró, sin mala intención, moderar el rigor extremo de las penitencias de la inflexible muchacha.

La guerra de Rosa se ensañaba primeramente contra su propio cuerpo, al que sometía con cilicios, cadenas, azotes y una corona de espinas con la que buscaba imitar los tormentos que padeció el Crucificado.

De 24 horas que tiene el día, Rosa dedicaba 12 a la oración, diez a labores y sólo dos al sueño. Y como semejante exigencia le parecía poca, en algún momento resolvió construirse una celda o ermita en el huerto de su casa en cumplimiento de una promesa que le había hecho a la Santísima Virgen.
Allí recluida por propia voluntad en un espacio de cinco pies de largo por cuatro de ancho, Rosa ansiaba alejarse de las lisonjas de los hombres y doblegar todo conato de vanidad.

Pero su camino de santidad no sólo transcurría por la mortificación. Grande era también la caridad de esta muchacha que daba en abundancia a quienes no tenían qué comer y curaba enfermos sin preocuparse en lo más mínimo por su bienestar personal.

Estaba Rosa en frecuente comunicación con su Angel de la Guarda, y fue visitada por el Niño Dios, por la Virgen María y por Santa Catalina de Siena, quien fue, según Marechal, "la gran maestra de Rosa: en ella y en la semejanza de sus destinos aprendió la virgen limeña sus mejores lecciones, halló fuerza para sus trabajos y vio el rumbo cierto de sus esperanzas".

Rosa murió antes de cumplir los 32 años. Por medio de una visión había conocido la fecha y la forma de su muerte, que se cumplieron al pie de la letra, después de una agonía en extremo dolorosa que hasta el momento final imitó los padecimientos de Nuestro Señor.

Los sellos Alfa Ediciones y Athanasius Editor, de la provincia argentina de Córdoba, publicaron en 2021 una nueva edición de esta Vida de Santa Rosa de Lima, ilustrada con xilografías de Juan Antonio Spotorno. En ella se incluyen, a modo de apéndice, la descripción parcial de las impresionantes exequias de la santa que dejó el P. Leonardo Hansen, unos párrafos de la Bula de Canonización proclamada por el papa Clemente X en 1671, el "Soneto a Santa Rosa de Lima", por Luis de Tejeda, poeta cordobés del siglo XVII, y la "Cantilena de Santa Rosa de Lima" del propio Marechal (1933, luego incluida en Sonetos a Sophia y otros poemas, de 1940).

Los borradores a mano y a máquina de ese último escrito, que María de los Angeles Marechal descubrió entre los papeles pertenecientes a la biblioteca de sus padres que se conservan en la Facultad de Letras de la Universidad de Rosario, se comparten por primera vez con los lectores en esta edición.
La "Cantilena", publicada en la revista Baluarte en 1933, diez años antes de la primera edición de la Vida de Santa Rosa de Lima, es una prueba del interés constante y la profunda devoción que sentía Marechal por la Patrona de América, a quien también aludió en su obra cumbre, la entrañable Adán Buenosayres (1948). En el primer capítulo del libro primero de la novela, el protagonista la evoca en un momento de tentación, y vuelve a admirar, "suspenso y aterrado", a la muchacha limeña que "se destruía en sí para reconstruirse en el Otro...".

Por Jorge Martínez.

PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/516221-Vida-de-Santa-Rosa-de-Lima-de-Leopoldo-Marechal.note.aspx

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