En nueve meses, le regalaron cientos de camisetas, recibió a estrellas del deporte mundial y hasta puedo festejar el título con su querido San Lorenzo.
La custodia papal corre a la par del exclusivo Mercedes Benz blanco en el que el papa Francisco realiza la clásica recorrida por la Plaza San Pedro. El clamor popular es, por momentos, ensordecedor. Sonríe, saluda, bendice: se mezcla con el pueblo cristiano, eso que tanto placer le generaba cuando era un simple cura y, luego, arzobispo y que le sigue generando, ahora, como Sumo Pontífice.
"Francisco, Francisco, de Argentina, de Boca... de Boca", se puede escuchar en una grabación amateur que inmortaliza esa soleada tarde en el Vaticano. La sonrisa bondadosa de Francisco cambia por una pícara expresión de claro tinte porteño. Son segundos donde el protocolo papal queda en otro plano. Levanta sus manos. No, no quiere mostrar su anillo. Hace el gesto de 1-0 y remata con una frase: "¿Qué vas a hacer?". Bergoglio hace referencia al triunfo de San Lorenzo sobre los xeneizes, por la fecha 14 del torneo Inicial.
El Papa es así: terrenal, amante del fútbol, hincha del Ciclón. Por eso, en sus primeros nueve meses en el cargo, Francisco fue noticia, también, por las cientos de camisetas de fútbol (y otros deportes) que le acercaron, por recibir a las selecciones de la Argentina e Italia, por saludar y aconsejar a jugadores de la talla de Mario Balotelli, Javier Zanetti y Carlos Tevez.Además, estuvo con Juan Martín del Potro y con el equip o de los Pumas, recibió la polémica indumentaria rosa de Boca y hasta cerró el año con una alegría inédita en la historia de la Iglesia Católica: una comitiva de San Lorenzo viajó exclusivament e para regalarle la Copa y los guantes del Sebastián Torrico, uno de los héroes del campeón.
Texto: Diario "La Nación". Imágenes: Internet.
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