"Decime… ¿vos vas a ser presidente?"
Alfonsín y su flamante traje en una de las ceremonias clave del trapaso de mando en 1983. |
La asunción de Alfonsín estuvo rodeada de anécdotas. El traje, el guiño a Brandoni, un "Videla" que resultó ser un periodista y hasta el "besuqueiro" brasileño estuvieron presentes.
Marzo de 1983, quizá el 8.
–¡Decime!... ¿vos vas a ser presidente –le preguntó el padre de César "Banana" Pueyrredón...
Raúl Alfonsín detuvo el movimiento de cuello con el que se ayudaba para atar el nudo de una corbata baqueteada y miró a su amigo "Richard" Pueyrredón con un dejo de "¡pero vos sos o te hacés!"... Y éste acotó:
–Bueno, entonces vamos a lo de "Cacho", tenés que renovar los 'jetra'...
–¡No, no jodamos!... Me los sigo comprando en Avenida de Mayo... en Modart– respondió Alfonsín.
–¡Qué Avenida de Mayo! ¡Por ahí vas a ir a La Rosada pero con traje nuevo!...
Y venció "Richard". El amigo que Alfonsín llevó a la Rosada como director de Ceremonial. Hijo de un Pueyrredón radical puro: Honorio. El hombre que el 5 de abril del 31 desafió a la dictadura de José Evaristo Uriburu, quien, convencido de que el radicalismo había muerto el 6 de septiembre del 30, llamó a elecciones de gobernador en la provincia de Buenos Aires. Pero ganó la fórmula radical Pueyrredón-Guido. Desconcertado, el dictador anuló los comicios. Y comenzó a mandar el fraude.
Tiempo después, Alfonsín y "Richard" entraron a un local de Juncal al 1200, Barrio Norte. Y José "Cacho" Álvarez, exsastre de Harrod's, comenzó a tomarle medidas al futuro presidente.
Y aquel 83 tuvo un 10 de diciembre. El día en que millones de argentinos almacenan en sus memorias, cuando Raúl Alfonsín transitó por Avenida de Mayo enfundado en un traje azul que "Cacho" preparó tomando en cuenta los ríos de emoción que debía aguantar la prenda.
"He vivido un día que fue el primer día que sentí en mi vida como un día de todos nosotros", escribió ese hoy olvidado talento que fue Marco Denevi.
Y Alfonsín, llegando a Plaza de Mayo en un coche descubierto, guiñándole un ojo a Luis Brandoni, que a los codazos seguía el negro convertible. El rostro cruzado por gruesas y molestas gotas de transpiración alimentadas por un sol a pleno.
Y a su lado, Lorenza Barrenechea, su esposa. Vestida de claro, sobria Lorenza. Estéril esfuerzo para sacarse del ala del sombrero los papelitos que llegaban de techos, balcones y terrazas. Quizá el día más apropiado para la consigna de "Clemente": "¡Y tiren, tiren papelitos...!"
Y una muchacha muy rubia, de clase media alta. "Ese día todas las cunas estuvieron en la calle", escribió Ernesto Sábato. Sentada desde muy temprano en la vereda del "Tortoni". En una mano, una bandera radical con RA. En la otra, una foto en bastidor de Juan Pablo II con las manos entrelazadas, comprada a $ 25 de aquel tiempo.
Y efectivos de la Federal siguiéndole el paso a José Antonio Alves de Moura... brasileño, "El besuqueiro". Que serpenteaba entre la multitud alentado por un designio: estamparle un beso en un cachete a Raúl Alfonsín. La cara de Frank Sinatra y los pies de Juan Pablo II hablaban de su historia exitosa...
Y acercándose el mediodía de aquel 10 de diciembre del 83, murmullos en la Plaza de Mayo. Desde uno de los balcones de la Rosada, un hombre muy parecido al dictador Jorge Videla saludaba a la gente con el gesto de manos entrelazadas propio del Alfonsín de campaña (ver foto). Pero no era Videla. Era Raúl Impregnio Medrano, periodista acreditado en Casa de Gobierno. Hoy, todavía suele caminar al mediodía por Florida.
¿Videla saludando como Alfonsín? No, un periodista acreditando en la Casa Rosada haciendo una broma. |
Y Félix Luna parado en la acera de los "36 Billares". Con ese estilo cálido que siempre lo caracterizó amortiguando la ironía de un periodista...
–¡Pero "Falucho", vos sos hombre de don Arturo Frondizi"...
–Pero soy radical... ¡Cómo van a quedar las tabas esta noche después de tanta milonga!
Y caminando cansinamente por la misma vereda rumbo a la plaza, el flamante senador neuquino Elías Sapag...
–Qué besos le estampó Raulito a Isabelita...
Sí, había sido un rato antes, ante la Asamblea Legislativa en el Congreso. Sentada junto a Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín se había acercado...
El beso a Isabelita, en el Congreso. |
–Señora, qué elegante está...
–¡Y no le digo cómo está usted, presidente!...
– Todo se lo debo a "Cacho", señora...
Y Arturo Frondizi. Don Arturo, quizá el político más incomprendido por los argentinos. Parándose con dificultad. Una mano temblorosa...
–Doctor –le dijo Alfonsín mientras lo tomaba de un codo para ayudarlo. Y disimulando, claro, la irritación que le generaba el desarrollismo y su líder.
–Le deseo mucha suerte, presidente...
–Me comentó "Falucho" que usted consideraba que sus mejores tiempos como político habían sido estando en la oposición...
–Sí, el amigo "Falucho" no miente. Espero que a usted no le pase lo mismo.
Pero aquel 10 de diciembre del 83 no era apropiado para reflexionar sobre pasados. Era simplemente un día con propuesta sencilla: vivirlo...
No era poco. Salíamos de la caverna...
Lorenza Barrenechea, estilo sobrio en La Rosada. |
Publicado en el Suplemento Especial del Diario "Río Negro", martes 10 de diciembre de 2013 "30 años del retorno de la democracia" (edición N° 23472), página 16.
Imágenes y comentarios de las imágenes pertenecen al mismo suplemento.
Autor: Carlos Torrengo.Discurso de Raúl Alfonsín en el Cabildo, 10 de Diciembre de 1983.
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