El exfiscal Julio César Strassera, reivindicó "la decisión política, única" del extinto presidente Raúl Alfonsín, de enjuiciar a miembros de las juntas de la última dictadura militar que "habían detentado la suma del poder público" y descalificó lo hecho por las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner, al afirmar que se trata de "actos propagandísticos que solo buscan venganza".
"Lo que se hace en la actualidad es muy fácil. Es como cazar leones en el jardín zoológico. Cuando Alfonsín tomó su decisión, tenía enfrente a gente con la totalidad del poder en ese momento".
–¿Cuál es el significado del juicio a las juntas militares?
–El fin de la impunidad. Desde el año 30 veníamos con golpes de Estado que terminaban con una amnistía o con un indulto. Hay algo más: alguien lo pudo haber hecho mejor o peor que nosotros, pero lo más importante fue la decisión política, única, de Raúl Alfonsín. No se olvide, que si vencía (el peronista Ítalo) Luder, se le daba validez a la autoamnistía de los militares. ¡Si hasta decían que Alfonsín estaba loco!
–¿Y el sentido de su alegato que concluyó con el "nunca más"?
–Un homenaje al informe de la Conadep, pues basé mi tarea en lo compilado por esa comisión especial. No inventé nada. Tomé el antecedente de un famoso juicio de un tribunal europeo de los derechos humanos, de Irlanda contra Gran Bretaña. Como las violaciones eran tantas, se dictó sentencia sobre la base de 13 casos paradigmáticos. En la Conadep había unos 9.000 y yo tomé los 800 y algo más que me parecieron mejor probados para utilizarlos en la acusación. Como señaló Leandro Despouy, terminamos sorprendiendo al mundo: un tribunal civil con más de 100 años de existencia, aplicando el Código Penal de 1921, juzgó a gente que detentó la suma del poder público. Con las mismas necesidades morales, se superó jurídicamente incluso al Juicio de Nuremberg, para el que se inventó una ley especial de los vencedores.
–¿Cómo impacta el juicio a los comandantes en la sociedad actual?
–A ese juicio histórico siempre hay que recordarlo. Y entender que ni Néstor Kirchner ni Cristina Fernández jamás se preocuparon por los derechos humanos. Yo que tuve a la vista casi todos los hábeas corpus del país, no vi ni uno solo firmado por ellos. Lo que hicieron sus sucesivos gobiernos fue cooptar a organismos defensores de los derechos humanos y usar el tema como un negocio. Es gravísimo: ninguna organización puede estar con el gobierno, de cualquier color que éste sea.
–¿En ocasión de la recuperación de la ESMA, no hubo acaso un reconocimiento tardío de Kirchner a Alfonsín?
–Cuando eso sucede, Kirchner estaba en deuda con los derechos humanos. Y luego de ese acto, llamó a Alfonsín para disculparse, lo que fue una verdadera hipocresía, pues las disculpas debieron ser públicas. Debiéramos revalorizar el juicio a las juntas, que fue llevado adelante por el gobierno de Alfonsín, no por el de los Kirchner. Ojo, hace 10 años nadie se hubiese atrevido a criticar a una organización defensora de los derechos humanos. Hoy sí, visto el papel de la señora (Estela) de Carlotto, aplaudidora oficial e increíblemente defensora de este gobierno. Yo rescato a gente respetable, como (el Nobel de la Paz Adolfo) Pérez Esquivel, verdaderamente a favor de los derechos humanos, sin ubicarse a favor o en contra del gobierno de turno.
–Muchos reconocen méritos al gobierno de los Kirchner en esta materia...
–Es una pena lo que está pasando. El gobierno de los Kirchner logró prostituir la defensa de los derechos humanos. Reconozco que personas que han sufrido y que han sido víctima de los militares, señalan que "por lo menos este gobierno los persigue". Lo que les digo es que no hay que confundir venganza con persecución jurídica... esto es una venganza...
–¿Venganza?
–Y propaganda. Usan los juicios porque les conviene que se sigan prolongando indefinidamente. Hay un proyecto, cajoneado de (Ricardo) Gil Lavedra y el fallecido (Andrés) D'Alessio, que propone apurar y abreviarlos .
–¿Qué consecuencias prevé?
–Esto genera odio. Hay gente protestando, alguna con razón. Hay militares con más de 80 años, gravemente enfermos, que no están condenados, sino sufriendo una venganza. Es gravísimo, porque a la vez hay criminales seriales, violadores, que salen con prisión domiciliaria. Hay que apurarse y terminar los juicios ¿Qué sentido tuvo ponerle 5 sentencias a reclusión perpetua a Videla?
–En este proceso democrático también ha habido leyes de punto final y obediencia debida, el indulto de (Carlos) Menem, la declaración de inconstitucionalidad y la reapertura de los juicios... ¿con qué balance?
–Esto genera una serie de confusiones. Las leyes de punto final y obediencia debida fueron arrancadas pistola en mano. No tienen nada que ver ni puede compararse con los indultos, que fueron una verdadera inmoralidad. No había un reclamo social ni de las fuerzas armadas. En mi opinión, fue para quedar bien con sectores del sindicalismo, la Iglesia y políticos a favor del "proceso". Ahora, la ley de punto final fue un error del gobierno radical. Se daba un plazo, vencido el cual no se podía procesar a nadie. Y los tribunales que no se habían animado a hacer lo que hizo la justicia de la capital federal, empezaron a procesar hasta a los carteros porque llevaban uniformes. Eso multiplicó los juicios innecesariamente.
Entrevista de Arnaldo Paganetti publicada en el Suplemento Especial del Diario "Río Negroro. 23.472) "30 años del retorno de la democracia". página 7.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.