¿Qué hubiera pensado Karl Marx de Francisco? por Manuel Lichtenstein.

¿Qué hubiera pensado Karl Marx de Francisco? así es el titulo que Manuel Lichtenstein le dio a su análisis.

No soy amante de la llamada "política-ficción" (...que hubiése pasado sí...) para mi modesto entender tomo la frase de Juan Perón "la única verdad es la realidad" que dicen que Perón aggiornó, adapta del español Jaime Balmes "la verdad es la realidad de la cosa" (o similar) y que abreva en el pensamiento de Aristóteles.

Pero sus reflexiones de Manuel Lichtenstein  aportan a la diversidad del pensamiento.

¿Qué hubiera pensado Karl Marx de Francisco?

Sin proponérselo, Francisco le está dando aire fresco a Karl Marx. No solamente el comentarista norteamericano Rush Limbaugh denuncia las posturas marxistas del Santo Padre, que se desprenden de su exhortación apostólica, Evangelii, sino que otros comentaristas lo cuestionan como adversa al sentido y las consecuencias del capitalismo.

Mas no debemos profundizar mucho para seguir los postulados de Francisco, habida cuenta que, por lo que yo recuerde, ningún cura ungido Papa fue recibido con tanto entusiasmo, fe y esperanzas, por los hombres y mujeres de todo el planeta, en sus diversas vertientes religiosas.

Es que las ideas de esta santo cura no son nuevas; más bien nacen como la razón de su vida desde antes que decidiera consagrase a Cristo.

Cuando Francisco arremete contra la pobreza, no lo hace contra el capitalismo; él apunta a enfrentarse en contra de un capitalismo vil y perverso, que lejos de cumplir con una depurada función social, su parte enferma que, por supuesto, debe ser curada, el capital debe incorporar en sus objetivos de desarrollo y crecimiento, su preocupación por los miles de seres humanos que no pueden emerger de una pobreza cruel e injusta, y consagrarse a los valores de los verdaderos derechos humanos.

Ni Jorge Bergoglio ni el actual Fráncico, jamás se pronunciaron contra la riqueza desde el punto intrínseco de sus desvalores.

La propuesta de Francisco es eminentemente social y, si lo prefieren, decididamente socialista, lo que indica con claridad cuál ha de ser la función primordial del capital.

Tomemos como ejemplo a nuestro país, en su contexto socio económico, con sus políticas, de acuerdo a las experiencias que se desprenden de todos los gobiernos desde la fundación de la República.

Nunca tuvieron en cuenta que la educación sostenida y sistemática era la principal herramienta para combatir la pobreza, y de eso es lo que habla Francisco, que hace suya la metáfora de Jesús de Nazaret, cuando nos señala que a los que están más abajo en la escala social no hay que regalarles pescado, solamente hay que enseñarles a pescar.

Los comentaristas que señalan a Francisco como marxista no lo lastiman ni lo rebajan, simplemente lo muestran como un laburante que busca corregir las terribles injusticias sociales de las que son responsables muchos gobernantes, políticos y seres humanos que han perdido o nunca tuvieron el sentido de la solidaridad hacia la gente que no tiene otra salida más que esperar de los gobernantes que velen por ellos, sin egoísmos, vanidades o mimetizando a Cristo desde que echó a los mercaderes del templo.

Ése es el Francisco, el de los tamangos viejos, pero de las ideas claras que, si los que creen que se las saben todas, las confunden con viejos conceptos de un marxismo que Francisco superó en tiempo y espacio.

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Imágenes: Internet.