Pasaron más de 60 años desde que salieron a la calle los primeros modelos de la camioneta más arraigada en los afectos de los argentinos. Modesta, hasta con la caja de madera, pero fabricada acá, lo que le dio desde siempre un plus sobre las grandes marcas.
Ni podía competir de igual a igual con la mítica F100 o la Chevrolet en sus distintos modelos, ni con Dodge y otras marcas. Sin dudas era mucho más básica y sin demasiado confort, dura, pero nuestra.
El famoso Rastrojero diesel fue por años la camioneta preferida del campo argentino, tanto, que en algunos años, de cada diez camionetas de ese tipo vendidas en la Argentina, ocho eran rastrojeros.
Aunque parezca increíble, un vehículo forma parte de la tradición, sí los fierros también son tradicionales, como lo fueron otros objetos sin vida, pero cercanos a los afectos.
Y aquí viene la noticia, el Rastrojero volverá a las calles en poco tiempo, lo están fabricando en Rosario y llegará con la modernidad que exige el mundo, será eléctrico, robusto, desarrollará más de cien kilómetros por hora y sobre todo se anticipa que se concibió con el mismo concepto de su antecesor: será económico.
Es una buena noticia, no sólo porque las fábricas dan trabajo, sino también porque un poco de historia vuelve a la calle, tan renovado que incorpora componentes eléctricos que se imponen en otros lados del mundo.
Las tradiciones son más que música y bailes, son afectos, son recuerdos, son un modo de tener presente lo que fuimos en distintos tiempos, lo que fuimos capaces de hacer, lo que creamos.
Y así como en algún momento nos generó orgullo el Torino, esta vez el Rastrojero vuelve a rodar. Será para los nostálgicos y también para las nuevas generaciones que casi ni lo conocen.
Convivirán también con algunos de los viejos modelos que pueblan las calles y que se animaron a desafiar el tiempo, de los cuales ya quedan pocos en condiciones.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 24 de junio de 2018.
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