CIEN AÑOS DE LUCHA POR LA UNIVERSIDAD ABIERTA AL PUEBLO Y A SU SERVICIO.
En la Argentina de principios del siglo XX el afianzamiento del desarrollo capitalista generó nuevas formas y relaciones de producción que demandaban mano de obra calificada y profesiona
TODO COMENZÓ ASÍ…
El 10 de marzo de 1918, los estudiantes se manifiestan en las calles exigiendo algunos cambios en la universidad. Ante la negativa de las autoridades declaran una huelga general de estudiantes obteniendo una adhesión total.
La fecha del 15 de junio fue la culminación de un proceso que se fue gestando con triunfos estudiantiles en la elección de autoridades de las facultades, lo que ese día fue desconocido a la hora de elegir al nuevo rector. Esta traición desató la reacción y los estudiantes tomaron pacíficamente la Universidad lanzando sus consignas de cambios profundos.
Marcharon por las calles de Córdoba y obtuvieron la adhesión de la Federación Obrera de esa ciudad a la lucha estudiantil, fortaleciendo la unidad entre obreros y estudiantes.
El 21 de junio, Deodoro Roca redactó anónimamente el “Manifiesto liminar de la Reforma Universitaria”. Un romántico documento que se alza contra el oscuro clericalismo imperante y tiene un profundo contenido antiimperialista y latinoamericanista, expresado en su título “La juventud de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica”.
Los estudiantes siguieron la lucha hasta que la policía arrestó a varios dirigentes estudiantiles, pero el movimiento tuvo sus frutos: las autoridades cedieron y los estudiantes lograron una reforma del estatuto universitario incorporando la docencia libre, la periodicidad de las cátedras y el acceso a las mismas por concurso para eliminar los nichos de poder y la democratización universitaria a través de la autonomía y el cogobierno de docentes, estudiantes y graduados. Al poco tiempo esto se trasladó a todo el país, al continente y llegó a Europa en un inédito movimiento contracultural.
LOS APOYOS Y LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS
El gobierno radical de Irigoyen laudó a favor de los estudiantes y los socialistas Alfredo Palacios, Juan B. Justo, José Ingenieros, Mario Bravo, entre otros fueron protagonistas y estuvieron junto a la lucha estudiantil.
A partir de ahí el movimiento reformista tuvo fuertes aliados en estas filas que adoptaron su programática como propia. Entre las agrupaciones surgidas al calor de la Reforma, destacamos el Movimiento Nacional Reformista, nacido de la militancia de tres grandes centros universitarios del interior (Córdoba, Santa Fe y Tucumán), cuya figura destacada fue Guillermo Estévez Boero. Se funda en 1960 como resultado de la lucha por la educación laica que, lamentablemente se perdió frente al gobierno de Frondizi que con su ministro Gabriel Del Mazo (ex militante reformista) estableció la educación libre posibilitando en ese momento a la iglesia tener centros de estudio, pero que abrió la puerta a la educación privada mercantil de nuestros días, generando nuevos nichos de formación de las elites al margen del pueblo. El MNR ya lleva 68 años en las universidades nacionales y es la única agrupación reformista que perduró en el tiempo sin fisuras en su ideario.
Lamentablemente, por razones cuyo desarrollo escapa a los alcances de estas líneas, entre el gobierno popular del General Perón y el movimiento reformista hubo una confrontación que impidió el mutuo enriquecimiento de ideas y prácticas, pero las políticas distributivas del primer peronismo abonaron la concreción en la práctica de muchos de los postulados reformistas en cuanto al acceso popular a la educación en todos los niveles, incluido el universitario. Si bien se crearon como un compartimento separado, las Universidades Tecnológicas Nacionales, aún existentes, abrieron el acceso a los trabajadores industriales a los altos estudios mejorando a la sociedad toda y a su propia calidad de vida en particular.
Por último vale mencionar que la repercusión latinoamericana de la reforma fue tal que se crearon partidos políticos a partir de su ideario, tal el caso del APRA de Perú que liderado por Raúl Haya de la Torre fue un fuerte protagonista de la política en ese país hermano.
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA SOCIEDAD.
El movimiento reformista cuestionó el papel de la universidad como institución que solo entregaba títulos. Para los reformistas, las universidades debían tener un rol importante en la emancipación de los pueblos.
El mencionado manifiesto liminar hace una síntesis de la problemática contra la que se alzaron los estudiantes, “Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes,…y – lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”; Para ellos, las universidades forman generaciones para conservar los ejes de la dominación o forman jóvenes para el cambio social.
El Movimiento Reformista introdujo nuevas expectativas para la labor universitaria, entendida como el motor fundamental de una sociedad abierta, con inclusión popular y sus conquistas supieron de avances y retrocesos a lo largo de estos 100 años que hoy conmemoramos.
Actualmente, se ha acrecentado la brecha que separa a la universidad de la clase trabajadora y los sectores más pobres de la sociedad. Sin dudas el modelo actual, a pesar de conservar muchas conquistas, responde a un modelo capitalista que, con su inherente carácter elitista, constantemente segrega a amplios sectores de la población del acceso y permanencia en la misma.
La Ley de Educación Superior (LES) sancionada en 1995 durante el menemismo, y mantenida por los posteriores gobiernos, constituyó un importante avance del neoliberalismo sobre las universidades nacionales: esencialmente al habilitar el financiamiento privado y desfinanciar por parte del Estado a las Universidades puso en marcha un proceso de privatización de la orientación de las carreras que cada día son más serviles a los intereses de las multinacionales, como por ejemplo el caso de la agroindustria que tiende a formar profesionales que acepten sin cuestionar el modelo sojero favorable a la industria farmacéutica y los grandes laboratorios. Esto es todo lo contrario a lo que proponían los estudiantes de 1918. Esta es una medida del retroceso en el que hemos caído.
Paralelamente se introdujeron posgrados pagos que van en detrimento del título de grado, se recortan las ofertas horarias dificultando la continuidad a miles de estudiantes que, debido a su situación económica, se ven obligados a trabajar y terminan abandonando los estudios, ya que el sistema de becas es cada vez más escaso e incompleto.
El gobierno neoliberal del presidente Macri no solo mantiene y profundiza esta ley, sino que además recorta poder a los títulos universitarios, mantiene a los docentes con paritarias a la baja y suma tarifazos en los transportes públicos.
Desde el Partido Socialista y nuestras agrupaciones del MNR en todo el país, queremos conmemorar estos 100 años de la Reforma Universitaria impulsando el debate hacia el seno de la comunidad universitaria y frente a la sociedad en general por la promulgación de una Nueva Ley educativa que reemplace la menemista Ley de Educación Superior (LES). Una Nueva Ley que entienda a la educación y el conocimiento como bienes públicos que constituyen derechos personales y sociales y no como servicios lucrativos y mercantilizados; que garantice la centralidad del Estado en el financiamiento para el conjunto de la Educación Superior, en la provisión de sus recursos indispensables, en la orientación de políticas de calidad y excelencia; que establezca la gratuidad de los estudios de grado; que garantice, finalmente, establecimientos educativos autónomos de los poderes de turno. Pero fundamentalmente, queremos invitarte a participar en el seno de nuestra organización para que juntos transformemos nuestra sociedad y podamos vivir dignamente en un país más justo y solidario.
Partido Socialista
Río Negroles en las diversas disciplinas científicas. Este ingreso al modernismo trajo aparejado la formación de nuevas clases sociales: los trabajadores y los sectores medios, que comenzaron a disputar poder a la tradicional oligarquía terrateniente.
El sistema político estaba hecho a la estrecha medida de esa vieja elite conservadora y estos nuevos sectores dieron batalla para participar de las decisiones del Estado. Lograron la ley del sufragio universal y secreto que inmediatamente llevó a las capas medias al poder a través de Hipólito Irigoyen en 1916.
Al igual que el aparato del Estado, las Universidades solo estaban para reforzar aquel estrecho sistema dando títulos en abogacía o en medicina a los hijos de los terratenientes las más liberales o formando ciudadanos bajo el imperio de la religión y alejados de las ciencias en otros casos.
Era Córdoba el refugio más duro de esta cerrada concepción monárquica y monástica y es por ello que fue en esa Universidad donde los estudiantes se alzaron contra el oscurantismo encerrado en sus gruesos muros, pero los estudiantes reformistas del 18 fueron mucho más allá de la búsqueda de cambios meramente académicos planteando un profundo cuestionamiento de la Sociedad.
Para 1918 ya se habían creado varios centros de estudiantes en diferentes universidades (Buenos Aires, La Plata, Santa Fe, Tucumán y Córdoba) y en el mundo sucedían procesos sociales que cuestionaban al sistema capitalista, como la revolución Rusa. El correlato de estos nuevos aires en nuestro país se manifestaba en la ya mencionada voluntad popular expresada en las urnas y en un movimiento obrero que se fortalecía y organizaba en centrales que canalizaban su lucha por mejores condiciones de vida.
En este contexto, los estudiantes cordobeses comenzaron a exigir la introducción de reformas en vistas de modernizar la casa de estudios.
https://psrionegro.org.ar/argentina-1918-reforma-universitaria-2018/
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