GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, mayo 10, 2020

Murió el Trinche, el que mejor jugaba a la pelota.

Murió el Trinche, el que mejor jugaba a la pelota. 

POR CARLOS VIACAVA.

La violencia y la inseguridad que azotan a una Argentina desoladoramente injusta se llevaron a Tomás Felipe Carlovich. Rosarino, de 74 años, murió hoy como consecuencia de un brutal asalto sufrido días atrás, cuando lo tomaron como víctima para arrebatarle la bicicleta en la que se desplazaba. Su partida deja al fútbol huérfano de un hombre que decidió que más importante que practicar ese deporte hecho actividad profesional, era jugar a la pelota. Fue tan grande él y tan inmensa su leyenda que los pocos que lo vieron en acción repiten extasiados su apodo, Trinche, que dejó en un segundo plano a su nombre y quedó registrado como una marca, como un símbolo del amor por la pelota.
Resulta complicado dar un punto de vista original sobre un futbolista cuyas proezas con el balón fueron observadas por un reducido grupo de gente. No existen videos de Carlovich. Se sabe que era un 5 o un 10 exquisito. Su fama se construyó a través del boca a boca, de generación en generación, como siempre se han difundido aquellas cuestiones que no requieren de una comprobación empírica para adquirir la dimensión de verdades irrefutables. El Trinche jugaba bárbaro y ese mensaje venció todas las fronteras de la innecesaria búsqueda de pruebas para confirmar tal aseveración.
Quizás la prueba más cabal de su incomparable talento tenga como ejemplo el 17 de abril de 1974, cuando la Selección argentina en su preparación para el Mundial de 1974, en Alemania, enfrentó a un combinado rosarino integrado por cinco jugadores de Central (Carlos Biasutto, José Jorge González, Mario Killer, Carlos Aimar y Mario Kempes), cinco de Newell´s (José Luis Pavoni, Armando Capurro, Mario Zanabria, Alfredo Obberti y Sergio Apolo Robles) y Carlovich, figura de Central Córdoba. El Trinche, cuentan, sacó a relucir su repertorio de caños de ida y de vuelta, de gambetas, de toques sutiles, de tranco lento y parsimonioso, de elegancia puesta al servicio del fútbol. De irrefrenable pasión por la pelota.  
Los albicelestes se estaban comiendo un baile supremo. Perdían 2-0 al cabo del primer tiempo (en la nebulosa del imaginario popular muchos acotan que en realidad el marcador era 3-0). Era un papelón. Los técnicos del conjunto nacional, Vladislao Cap, Víctor Rodríguez y José Varacka, les pidieron a sus colegas rosarinos, Juan Carlos Montes (de Newell´s) y Carlos Timoteo Griguol (Central), que Carlovich no saliera a escena en el complemento.  Al final, ganaron los rosarinos 3-1, con José Orlando Berta en lugar del Trinche.
También se cuenta que en un partido con la camiseta de Central Córdoba lo expulsaron y que el árbitro, viendo la reacción de la gente, lo invitó a quedarse en la cancha. O que César Luis Menotti lo citó para entrenar con la Selección en 1976 y que Carlovich prefirió quedarse en su tierra para ir a pescar. Incluso se dice que en un amistoso entre Andes Talleres -el equipo de la Liga mendocina en el que actuaba en 1979- y el Milan de Italia le tiró un caño al todavía no tan famoso Franco Baresi.
Todo el mundo cuenta que fue un fenómeno. Hasta Diego Armando Maradona dijo haberse sorprendido porque cuando llegó a Newell´s, en 1993, se enteró de que el mejor jugador del mundo había sido Carlovich…
Lo cierto es que llegó al mundo el 19 de abril de 1946 y nació al fútbol con la camiseta de Rosario Central y tuvo un paso por Sporting de Bigand (un modesto equipo santafesino) para luego volver a Arroyito y debutar en Primera División en 1969. Un par de partidos y en 1970 se incorporó  a Flandria, que militaba en la B. Un año más tarde llegó a Central Córdoba, el club en el que brilló en todo su esplendor. Ganó el título de Primera C en 1973 y en el ´76 se fue Independiente Rivadavia de Mendoza (fue campeón de la liga local), al que dejó para fichar por Colón para jugar en Primera. Apenas disputó dos partidos con la camiseta del Sabalero por culpa de las lesiones. En 1978 regresó a Central Córdoba por unos meses para emprender nuevamente rumbo hacia Mendoza. Deportivo Maipú y Andes Talleres lo contaron en sus filas. En el ´80 desembarcó otra vez en el Charrúa para volver a ganar el campeonato de la C en 1982. Un breve paréntesis en 1985 en Newell´s de Cañada de Gómez para retirarse, como no podía ser de otro modo, en Central Córdoba en 1986.
Las luces del fútbol profesional no lo atraían. Trinche era feliz con la pelota en los pies, no trotando alrededor de la cancha o haciendo abdominales y flexiones de brazos. Tuvo ofertas para incorporarse a equipos importantes. Hasta el Cosmos de Nueva York, donde actuaba el brasileño Pelé, lo tuvo en la mira, pero dicen que el propio O´Rei le bajó el pulgar. Quizás él tampoco habría aceptado irse. Lo único que quería era jugar. Y el propio Carlovich lo explicó alguna vez: "¿Qué es llegar? La verdad es que yo no tuve otra ambición más que la de jugar al fútbol. Y, sobre todo, de no alejarme mucho de mi barrio, de la casa de mis viejos, de estar con el Vasco Artola, uno de mis mejores amigos que me llevó de chico a jugar en Sporting de Bigand... Yo siempre jugué igual, con las mismas ganas. A lo mejor ir a Francia o al Cosmos, posibilidades que tuve en su momento, me hubiera cambiado la vida. Para mí, jugar en Central Córdoba fue como jugar en el Real Madrid".
Publicado en Diario "La Prensa", 8 de mayo del 2020.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.