El historiador israelí y vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv opinó en el debate sobre la posibilidad de que se establezca la figura de Ramón Carrillo en un hipotético billete de cinco mil pesos y cuestionó la asociación del primer ministro de Salud de Argentina con el nazismo, en conversación con Daniel Tognetti y Sergio Wischñevsky en Siempre es Hoy, por Cítrica Radio.
“Decir que Ramón Carrillo fue admirador de Hitler por asistir a un acto en 1932 es patético. Carece de cualquier fundamento la afirmación de que Carrillo participó en el nazismo”, sostuvo.
Explicó que “Carrillo fue a estudiar becado a Europa en esa época, y en octubre de 1932 parece que presenció un acto en Berlín en el que habló Hitler, pero en ese momento no era canciller y nadie podía imaginarse ni la Segunda Guerra Mundial ni el nazismo. No demostró ningún compromiso con el nazismo”.
“Me parece bien homenajear a Carrillo: por ser el primer ministro de Salud de Argentina y su lucha contra el paludismo”, consideró.
Y afirmó: “Los antiperonistas siempre buscan un pretexto para asociar el peronismo con el fascismo. El cuestionamiento de la figura de Carrillo es una jugada política de la oposición para atacar al gobierno”.
Publicado por CÍTRICA RADIO el 19 de mayo del 2020.https://www.citricaradio.com/web/raanan-rein-historiador-israeli-decir-que-ramon-carillo-fue-admirador-de-hitler-es-patetico/
Raanan Rein (Guivatayim, Israel, 1960) es un historiador
israelí, a cargo de la cátedra Elías Sourasky de historia española y
latinoamericana y vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv.1 Desde el año
2005 dirige el Centro S. Daniel Abraham de Estudios Internacionales y
Regionales en esa universidad. Es miembro correspondiente en Israel de la
Academia Nacional de la Historia de la República Argentina (ANH)2 y fue
presidente de la Latin American Jewish Studies Association (LAJSA).3 El
gobierno argentino le ha concedido el título de Comendador de la Orden del
Libertador San Martín4 por su aporte a la cultura argentina. El Estado Español
le otorgó el título de Comendador en la orden del Mérito Civil. Sus
investigaciones actuales se centran en la comunidad judía argentina y su
relación con el peronismo; el deporte y la política en Argentina; las
organizaciones judías de autodefensa en Argentina; y la participación de
voluntarios judíos en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil
Española (Wikipedia).
PRO y medios en otra producción conjunta
El insólito debate sobre Ramón Carrillo nazi.
La versión de que el sanitarista aparecería en un billete
que ni siquiera va a aparecer desató una reveladora polémica sobre su pasado.
Reveladora por exhibir cómo opera la oposición en plena pandemia para debilitar
al gobierno con discusiones disparatadas.
El insólito debate empezó con una noticia desmentida.
Primero se corrió la voz de que aparecería un billete de
5000 pesos, algo que fue enseguida desmentido por el propio Presidente. Más
allá de que el billete no verá la luz próximamente, se publicó que el Banco
Central tenía previsto que, cuando se hiciera, llevaría las imágenes del
sanitarista Ramón Carrillo y la médica Cecilia Grierson, dos figuras centrales
de la medicina nacional. En línea con el presente pandémico, se supone que el
Instituto Malbrán ilustraba el reverso.
Hasta allí, todo más o menos normal, hasta la decisión de
los medios de ignorar la desmentida oficial a una versión periodística.
Mario Sciacqua: "No me molestaría que Almirón sea el
entrenador de Godoy Cruz" | Tras su salida del Tomba
Lo insólito surgió cuando el domingo Shimon Samuels y Ariel
Gelblung, directivos del Centro Simón Wiesenthal para América latina,
rechazaron la supuesta elección de Ramón Carrillo para el billete por sus aún
más supuestas inclinaciones nazis. El tema fue retomado en seguida por el ex
Secretario de Derechos Humanos de Mauricio Macri, Claudio Avruj, y por un poco
diplomático tuit de la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen.
“Cuando decimos ´Nunca más' refiriendo al Holocausto, no hace sentido
conmemorar alguien que, por lo menos, fue un simpatizante con esta
ideología", opinó Ronen sin entrar en precisiones.
Además de haber sido la mano derecha de Rubén Beraja, Avruj
es dueño de la agencia de noticias de la colectividad judía Vis-a-vis junto a
Guillermo Yanco, la pareja de la ex ministra y actual titular del PRO, Patricia
Bullrich. La versión latinoamericana del Centro Wiesenthal también tiene una
larga historia de colaboración con el PRO en sus intentos de transformar, contra
toda evidencia disponible, la muerte de Nisman en un crimen de estado.
(Entre paréntesis, el mediático embajador del Reino Unido,
Mark Kent, sumó uno de sus habituales tuits a la confusión general: "El
nazismo fue el mayor mal del siglo XX. Condujo al Holocausto. La muerte de
millones de inocentes. No debemos conmemorar a nadie que participó en este
terrible episodio".)
La respuesta llegó primero por otro sector de la comunidad,
el Llamamiento Argentino Judío, que en un comunicado repudió el “agravio a la
memoria del Dr. Ramón Carrillo”. Califica de infames a las acusaciones de Avruj
y la considera “una repetida afrenta a la memoria histórica de nuestra Patria,
cuyo último objetivo busca asociar en forma inadmisible al movimiento nacional
y popular con el fascismo. Llama poderosamente la atención, además, que la
Embajadora del Estado de Israel haya decidido involucrarse en un tema vinculado
a la imagen de un billete bancario argentino, sin siquiera requerir información
académica a reconocidos historiadores israelíes como Raanan Rein”.
La mención al historiador no es inocente. Rein es
actualmente el vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv, donde además fundó
y dirige el Centro Daniel Abraham de Estudios Internacionales y Regionales. Especializado
en historia argentina, especialmente la del peronismo, también es miembro de la
Academia Argentina de Historia además de antiguo presidente de la Asociación
Latinoamericana de Estudios Judíos. Tiene más de 30 libros publicados (entre
ellos Los muchachos peronistas judíos y Los muchachos peronistas árabes) y
centenares de artículos en revistas académicas.
El Llamamiento Argentino Judío también distribuyó una nota
de su autoría sobre el tema, que merece ser reproducida completa:
Los pecados de Ramón Carrillo
Por Raanan Rein
Nacido en Ucrania en 1898, Salomón Chichilnisky llegó con su
familia desde Odessa a la Argentina a principios del siglo XX en el marco del
plan de la colonización agrícola del Barón Mauricio Hirsch, que buscaba
solucionar el problema de las penurias judías en el imperio ruso.
Desde la colonia de Palmar Yatay, en Entre Ríos, empezó la
trayectoria que lo llevó por el Colegio Nacional de San Isidro a la Universidad
Nacional del Litoral en Rosario. Ya médico, en 1937 Salomón atendió a Ramón
Carrillo por la hipertensión y le salvó la vida. Ambos colegas, paciente y
terapeuta, trabaron una sólida amistad y Chichilnisky se transformó en un
estrecho colaborador del ministro de Salud en el primer gobierno peronista. Entre
los cargos que ocupó se destaca el de Director General del Servicio Nacional de
Extensión Hospitalaria y Hospital a Domicilio. Lo de la supuesta admiración de
Carrillo por Hitler nunca surgió en la larga amistad entre ambos.
¿De dónde surgió esta acusación contra Carrillo como
admirador del Führer? Ante todo, por la misma lógica que hace que si Perón
estaba en Italia en tiempos de Mussolini, entonces necesariamente se convirtió
en fascista. Entonces, si Carrillo visitó Alemania en los años treinta ¿no significaría
necesariamente que se convirtió en nazi? La respuesta simple es no, tanto en lo
que concierne a Perón como en lo referente a Carrillo. Por su brillante carrera
académica, la UBA otorgó a Carrillo una beca de dos años para perfeccionar sus
conocimientos en neurocirugía en Europa. Recorrió instituciones médicas en
Ámsterdam, París y Berlín. Es probable que en Alemania haya presenciado un
mitin con Hitler, como cuenta en sus trabajos la historiadora Karina
Ramacciotti.
En 1933 Carrillo ya estaba de regreso en Buenos Aires. En su
viaje, logró escuchar la oratoria de un dirigente alemán en sus inicios
políticos. En aquel momento la mayoría de la gente no podía imaginar cómo iba a
evolucionar la política del nacionalsocialismo a lo largo de los años 30, ni
hablar de la Guerra Mundial, sus consecuencias catastróficas ni la hecatombe
del pueblo judío. En 1935 Winston Churchill todavía pudo escribir: “Es en este
misterio del futuro que la Historia declarará a Hitler como un monstruo o como
un héroe”. ¿Eso significaría que tenemos que considerarlo a Churchill como
tolerante hacia Hitler y el nazismo?
Pero hay tres razones adicionales para esta acusación contra
Carrillo y es necesario contextualizarlas para no caer en un anacronismo o en
un intento de imponer ideas y conceptos de principios del siglo XXI a las
posiciones de figuras públicas del pasado. Carrillo apoyó la neutralidad
argentina en la Segunda Guerra Mundial. Pero esta posición la compartía
aparentemente la mayoría de los argentinos. ¿Era pro nazi esta mayoría? Cuatro
presidentes, dos civiles y dos militares, favorecieron esta política por
diversas razones. Y de hecho, esta línea, que a partir de 1942 enfrentó a la
Argentina con los EE.UU., servía los intereses de los británicos y aportaba a
la supervivencia de la población civil bombardeada por los alemanes, con envíos
de víveres desde puertos argentinos. Si hubiera declarado la Guerra contra el
Tercer Reich, los submarinos alemanes hubieran torpedeado los barcos en su
camino hacia las islas británicas.
Y finalmente, Carrillo está implicado en la entrada a la
Argentina de un oficial danés de las SS, Carl Peter Vaernet, que había
trabajado en el campo de concentración de Buchenwald, experimentando con
hormonas para “curar” la homosexualidad. Al menos 13 personas murieron con
estos tratamientos. Demasiados criminales entraron en la Argentina, escapando
de posibles juicios contra ellos en Europa. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que el esfuerzo por reclutar científicos terminada la contienda fue común
a muchos países y en este caso quizá haya influenciado la pertenencia de
Carrillo a la escuela de neurobiología germano-argentina. Pero a Carrillo hay
que evaluarlo ante todo por el lugar clave que ocupó dentro de la
administración pública peronista por ocho años y su aporte crucial al
desarrollo del sistema sanitario, la promoción de la medicina social, la
construcción de cientos de hospitales, la reducción de la mortalidad infantil o
de los muertos por tuberculosis. Por estos logros merece un homenaje; si tiene
que ser sobre un billete o no, ya es otra historia. (Versión castellana:
Eliezer Nowodworski)
¿Qué hizo Carrillo?
Además del artículo de Rein, el Llamamiento también
distribuyó un largo reportaje al médico sanitarista Efraín Venzaquen, realizado
en 2014 por Víctor Ramos y reproducido por el Instituto Argentino para el
Desarrollo Económico. Se titula “La historia de Ramón Carrillo es la de un
héroe y un mártir” y en él el entrevistado considera que “hay un antes y un
después en la historia de la salud pública argentina desde la asunción del
peronismo y el nombramiento del Dr. Ramón Carrillo como secretario de Salud en
1946 y elevando la estructura a rango de ministerio y designándolo ministro en
1949”.
–¿Qué nos puede contar del Dr. Ramón Carrillo?–Ramón
Carrillo fue a la salud pública lo que Sarmiento fue a la educación. Nació en
Añatuya, Santiago del Estero, el 7 de marzo de 1906, y fue compañero de Homero
Manzi en la escuela primaria. Eso los vinculó más tarde con el grupo de FORJA,
que gestó la expresión más alta del pensamiento nacional desde 1935 hasta la
asunción del peronismo al cual se sumaron. La historia de Carrillo es la
historia de un héroe y un mártir. Llegó a Buenos Aires en 1924 con sólo 17
años, a los 36 años ya era profesor titular de la Facultad de Medicina, de la
que sería decano muy brevemente, luego se convirtió el mejor ministro de Salud
de la historia argentina y por último murió perseguido, difamado y abandonado
en un lejano paraje de Brasil acosado por terribles dolores físicos y del alma.
Fue el más alto defensor de la creación de un sistema público de salud, que aún
hoy no tenemos. Durante su gestión (1946-1954) creó más de 240 nuevos centros
asistenciales, duplicando el número de camas hospitalarias y llevando la
asistencia a los lugares donde antes no existía.
Pero por sobre todas las cosas intentó planificar las
políticas de salud ordenando los recursos y convenciendo a otros actores para
que participen en cuanto les corresponda. Así fue que junto al máximo
especialista en paludismo, el Dr. Juan Carlos Alvarado, lograron eliminar este
mal del territorio argentino. Ante la falta de apoyo de los médicos
tradicionales para su estrategia, Carrillo salía a fumigar en un Jeep. Es
importante destacar que tantas innovaciones le valieron hacerse de muchos
enemigos poderosos. Con la muerte de Evita, en 1952, pierde a su mejor aliada y
posteriormente renuncia en 1954. Para Carrillo la salud era un bien social
inseparable del bienestar general, esto lo acercaba a Perón pero no le ahorraba
enemigos. Su frase más famosa lo dice todo: “Frente a las enfermedades que
genera la miseria, frente a la tristeza, a la angustia y al infortunio social
de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres
causas”. Obviamente esto no era bien visto ni por los que se negaban a
distribuir la riqueza ni ante quienes pretendían, y aún pretenden, cercar a la
medicina en tecnicismos academicistas de cura de enfermedades.
El regalo.
Otras respuestas llegaron de la mano del nieto homónimo de
Ramón Carrillo, quien también por Twitter mostró una placa de regalo que le
hizo a su abuelo, en 1954, el ministro de Salud israelí. En ella se lee: “A
Ramón Carrillo, ministro de la Salud Pública de la República Argentina. Un
pequeño recuerdo de la Salud Pública del Estado de Israel. Joseph Berlin.
Jerusalem 3-V-1954.”
Resulta por lo menos curioso que la polémica sobre el
“nazismo” de Carrillo recién apareciera estos días, cuando tantos hospitales e
instalaciones médicas llevan su nombre. Obligado a exiliarse por la “Revolución
Libertadora”, el creador del sistema sanitario argentino murió en la miseria en
Belem do Pará, Brasil, el 20 de diciembre de 1956 con apenas 50 años.
El recorrido desde su Santiago del Estero natal a su muerte
aparece minuciosamente retratado en la obra de su biógrafa, la historiadora
Charo López Marsano. De sus trabajos, que merecen una lectura detallada, surgen
la mayoría de los datos que estos días se conocieron.
También vale la pena revisar un trabajo mucho menos
ambicioso de Matías Cañueto, "Configuraciones de Género en Argentina
(1930-1955)" , presentado en las Jornadas de Cuerpo y Cultura de la
Universidad Nacional de La Plata, realizadas en mayo de 2008. En este artículo,
que contrapone las visiones de Ramón Carrillo con las de Eva Perón, aparecen
varias de las menciones que los críticos del sanitarista tomarán para
ejemplificar su supuesto "nazismo".
Diario "Página 12", 19 de mayo del 2020.
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