Caramba con los protocolos por Jorge Castañeda.

Estamos escuchando en estos días de pandemia con mucha frecuencia la palabra “protocolo”, casi como cuando salieron los polémicos “Protocolos de los sabios de Sión”, sobre los cuales ha corrido mucha tinta.
Sin embargo, en estos momentos el vocablo se utiliza para referirse a las normas que se aplican para regular las actividades que la ocasión demanda.
Según Luis Melnik su significado literal y etimológico es primera hoja pegada. Del griego protos, primero, kollao, goma o cola de pegar.
Era, por lo tanto, la primera hoja que se adhería a un manuscrito donde se daban ciertas definiciones o particulares del contenido. Después su uso se extendió al ordenamiento de documentaciones que hacen y custodian los escribanos; a las actas de un acuerdo, congreso o conferencias diplomáticos.
Su uso requería ciertas prácticas precisas y cuidadosas, fórmulas que aseguraran las certezas de los actos resguardados. La palabra entonces también se usó para definir las reglas ceremoniales que ordenan los actos públicos de autoridades, reyes, presidentes, pontífices. Todas las autoridades monárquicas, republicanas o eclesiásticas parecieran estar atadas indisolublemente a pasos de danza y contradanza, ubicaciones, expresiones, formas de hablar y caminar, saludar o reverenciar, tanto sea para los que obedecen o para quienes deben ser obedecidos. Cuantas más formas ceremoniales, más obediencia. Cuanta más obediencia, más formas ceremoniales.
Dicho vocablo se incorpora a nuestro idioma en el siglo XVI y era, como dijimos, simplemente un papel que se pegaba a los rollos o documentos y actas o actas relativas a un acuerdo diplomático.
El Diccionario de la Lengua Española da las siguientes acepciones: “Ordenada serie de escrituras matrices y otros documentos que un notario o escribano autoriza y custodia con ciertas formalidades”. En su segunda acepción define: “Acta o cuaderno de actas relativas a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático y por extensión regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre”.
Entre sus derivados se utiliza mucho la frase “acto protocolar” y con respecto a dichos actos y cada administración tiene una secretaría de Ceremonial y Protocolo que regla el transcurso del mismo.
El ceremonial y protocolo de la corte bizantina se caracterizó por su solemnidad y el distanciamiento casi divino de la monarquía acusando la influencia de las autocracias orientales.
Entre los protocolos más conocidos del mundo se encuentra el de Kioto y el de Montreal, relacionados a las medidas a adoptar por las naciones ante el cuidado del ambiente.
Hay una gran cantidad de protocolos, por ejemplo: para la transmisión de datos, de transferencia de hipertexto y otros; pero para decirlo más sencillo un protocolo es un conjunto de reglas para que el emisor y el receptor se entiendan.
De todas formas, como sucede con todas las leyes y formas deben ser racionales y de fácil cumplimiento y es bueno cerrar esta nota con una frase de Miguel de Cervantes: “Las leyes que atemorizan y no se ejecutan vienen a ser como el rey de las ranas, que al principio las espantó y con el tiempo lo menospreciaron y se subieron sobre él”.
* Jorge Castañeda Escritor de Valcheta, Río Negro.
Publicado en Diario "Río Negro", 11/05/2020.