"Debo reconocer, haciendo honor a la verdad, que
siempre pensé que mi hijo Mauricio iba a reemplazarme un día en el manejo de
mis empresas. Soy italiano, europeo y por tradición- más allá de que el afecto
por los hijos se extienda en forma igual para todos- el hijo mayor, sobre todo
si es varón, suele tener una primacía especial".
Así comienza el texto que el empresario Franco Macri, padre
del presidente de la Nación, Mauricio Macri , publicó la semana pasada en su
web personal. Una especie decarta abierta en la que se anima a hablar de la
relación padre-hijo, de las expectativas con el primogénito y del dolor que le
generó saber que Mauricio no quería seguir sus pasos.
A través de las líneas, el empresario fundador del grupo
SOCMA se sincera y habla de manera profunda sobre la relación que mantiene con
el presidente argentino, siempre envuelta en una cierta polémica por los
rumores que advertían que había mucha tensión entre padre e hijo, por falta de
apoyo, por desilusiones, por competencia.
"Mucho se ha hablado de la relación conflictiva entre
nosotros. Más por mi culpa que por la de él y muchas veces porque la prensa
desvirtuó mis declaraciones. Traté de ser el mejor padre que pude. Tal vez le
puse una vara demasiado alta con mis expectativas y con las cosas que yo había
hecho, tal vez, como él mismo dice, competí con él cuando se fue convirtiendo
en hombre", asegura Franco Macri.
El empresario también se explaya sobre la formación
académica de sus hijos, las oportunidades que les brindó y que cree fueron
claves para su futuro, el desempeño como empresario, el sueño de convertirse en
mandatario del club de fútbol Boca Junios y además se refirió a sus miedos.
"Hoy a la distancia de los hechos creo que no dejó
nuestras empresas por la relación buena o mala que tuvo conmigo. Las dejó,
porque Dios o el destino lo hicieron tropezar con la finitud de la vida y algo
cambió para siempre en 1991 cuando fue secuestrado. No permití que nadie se
interpusiera en la negociación con sus raptores, una banda de comisarios.
Estuve esos 12 días sin dormir y ese hecho, junto con el posterior secuestro de
mi hija Florencia, y la muerte de mi hija Sandra fueron los dolores más grandes
de mi vida".
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.