Completamente acondicionada y convertida en museo, la casa que fue construida en 1908 en las inmediaciones de la ría local para albergar al ingeniero Guido Jacobacci y su familia, cuando llegó a la ciudad para supervisar las tareas de construcción del tendido de la red ferroviaria que uniría la zona con Bariloche, sorprendió ayer a los vecinos y turistas que se acercaron para compartir su inauguración.
La apertura del lugar se realizó a las 10, en el marco de las actividades de lanzamiento de la temporada de Las Grutas, y el evento fue particularmente emotivo porque contó con la presencia de tres descendientes del ingeniero, entre ellos su bisnieta Claudia, que recordó el cariño con el que sus mayores le hablaban de este suelo.
La vivienda es una verdadera joya de la arquitectura ferroviaria, que prioriza elementos nobles como la chapa y la madera. Fue recuperada y puesta en valor mediante un acuerdo firmado entre la fundación Félix de Azara y el municipio.
“Las distintas salas de la casa albergan ahora muestras que cuentan la historia del paisaje, la geología y la prehistoria de San Antonio y sus pueblos originarios. También se refleja el contacto con los europeos y la llegada del ferrocarril. A futuro, creo que a más tardar en 2018, transformaremos el predio que la rodea en un lindo paseo, que incluirá nuevas temáticas y atractivos”, comentó Adrián Giacchino, el titular de Azara.
Agregó que “como el terreno es grande, respetando el paisaje y la arquitectura queremos incorporar (en el área exterior) algunas salas de arqueología subacuática, un lugar de archivo y un auditorio para actividades culturales”, explicó.
Con respecto a las visitas, el flamante recién abrirá sus puertas al público el 1 de enero. La entrada será gratuita para los residentes locales, y tendrá un costo módico para visitantes y público en general. “Será una cifra que sirva para su mantenimiento”, informó Giacchino.
Entre las incorporaciones que se efectuaron, figura un sendero revestido en madera que facilita el acceso a la construcción y permite disfrutar de la vegetación que la circunda. “Tenemos pensado realizar un paseo de interpretación de especies vegetales locales y foráneas, de las que fueron traídas en su momento para consolidar los médanos”, adelantó el referente de la fundación Azara.
La bisnieta, emocionada y agradecida.
Claudia Sueiro Jacobacci no oculta la emoción que le provoca caminar por la casa que habitó su bisabuelo. “El era muy tenaz. En el kilómetro 390 (de la construcción del tendido del ferrocarril) le dijeron que se paralizaba la obra, y como tenía hechos los terraplenes hasta el Km 448, con lo poco que le quedaba terminó las vías hasta allí. El pueblo ubicado en ese kilómetro hoy se llama Ingeniero Jacobacci en su honor”, rememora.
Claudia es nieta de Alfredo, el cuarto hijo del profesional. Su abuelo llegó junto a sus hermanos Ernestina, Juan y Jaime y su esposa cuando en 1908 llegaron para construir el ferrocarril.
“Mi abuelo murió en 1998. Pero siempre dijo que éste era su lugar en el mundo. Nunca pudo regresar a San Antonio. Por eso me emociona estar aquí”, relató la mujer. A las anécdotas se suman en su recuerdo las travesuras que le narraba su “nonino”, como le decía a Alfredo.
“Como –dijo– era el más chico de los hermanos, siempre lo cargaban mucho. Llegó a los 5 años a San Antonio, y se quedó hasta los 10 u 11. Me contaba acerca de los cangrejos que juntaban en la playa. Me siento agradecida y me enorgullece que mi familia sea recordada de esta manera”.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 11/12/2016.
Guido Amadeo Jacobacci nació en Módena, Italia, el 1 de
noviembre de 1864, allí cursó sus estudios secundarios en el Regio Liceo
Melchiorre Gioja, y se graduó de Ingeniero Civil en la Escuela Politécnica del
Valentino, de Turín, el 5 de mayo de 1886. Fue allí en el norte de Italia donde
comenzó a trabajar en los ferrocarriles, su espíritu inquieto, su inteligencia,
honestidad y nobleza lo guiaron durante toda su corta vida.
En Argentina estudió, proyectó, llevó a cabo y publicó todo
lo relacionado con las Vías de comunicación. Las inclemencias del clima
Patagónico, que con el paso del tiempo minaron su salud, lograron debilitarlo y
falleció en Andalgalá, Catamarca, el 10 de julio de 1922.
El 26 de enero de 1925, por expreso pedido de los pobladores
de la zona de la estación del Kilómetro 448 del ferrocarril de San Antonio
Oeste al Lago Nahuel Huapi, se la designó con el nombre de Ingeniero Jacobacci,
se rendía así un justo homenaje a la memoria del ex director de los
Ferrocarriles Patagónicos. (Wikipedia).
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