San Nicolás era rico y gastó toda su herencia en ayudar a pobres.
Los restos de San Nicolás, el hombre que inspiró a Papá Noel, podrían estar enterrados en la Abadía de Jerpoint, en el condado de Kilkenny, Irlanda, según varios historiadores. Los expertos afirman que el filántropo San Nicolás de Myra está enterrado en esta abadía del siglo XII, tras haber trasladado allí su cuerpo hace 800 años.
El santo, venerado por su extraordinaria generosidad, vivió en el siglo IV, y fue obispo de Licia, en lo que hoy es Turquía. Debido a su costumbre de dejar regalos anónimos para los pobres, fue declarado santo poco después de su muerte en 346, e inspiró la leyenda de Papá Noel. El obispo fue enterrado en la catedral de Mira, que se convirtió en lugar de peregrinación, pero los historiadores irlandeses afirman que los primeros cruzados llevaron sus restos a Jerpoint.
El historiador Philip Lynch dice: “Es una historia increíble y muy pocas personas en Irlanda saben de la conexión de San Nicolás con este país”. Nacido en una familia acomodada, sus padres murieron siendo él muy joven, por lo que Nicolás decidió dedicar su vida a servir a Dios. Inspirado por las enseñanzas de Jesús de “vende lo que poseas y dáselo a los pobres”, invirtió toda su herencia en ayudar a los enfermos y a los necesitados. Una historia habla de un campesino muy pobre con tres hijas, que no podía pagar para casarlas y así salvarlas de una vida de esclavitud. Pero alguien arrojó bolsas de oro en su casa, unas entraron por las ventanas y otras por la chimenea.
La historia más extendida es que los restos de San Nicolás fueron llevados a Bari, al sur de Italia, en el siglo XI, después de que su tumba fuera saqueada por marineros italianos. Sin embargo, Philip Lynch afirma que hay pruebas que sugieren que una familia francesa, que se trasladó a Irlanda en 1169, se encargo de llevar allí sus restos. Lynch cree que la familia de cruzados, llamados Frainets, exhumaron la tumba después de ser derrotados por sus enemigos, y llevaron los restos al sur de Italia, que en aquel tiempo era tierra normanda.
Cuando fueron expulsados por los genoveses, estos restos fueron confiados a sus familiares en Niza, que se trasladaron a las tierras de la familia en Kilkenny. Nicolás de Frainet construyó una abadía dedicada a Jerpoint, donde los restos de San Nicolás fueron finalmente enterrados en el año 1200. En este recinto sagrado, todavía en pie, hay una losa que marca una tumba, donde se lee: “Aquí yace la tumba de San Nicolás”.
Publicado en Diario "La Mañana de Neuquén" 24 de diciembre de 2016.
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