VIAJE A CUBA. Cuba no la tuvo fácil por Carlos Hernández.
Poco después del 12, el 27 de octubre de 1492, Colón dio con
una isla maravillosa, en medio del mar Caribe, rodeada de islas menores que hoy
son países, la llamó Juana y Fernandina, en honor a la familia real española,
pero se impuso el nombre con que los aborígenes llamaban a las montañas
escarpadas del lugar: Cuba.
Cuando Diego Velázquez vino a adueñarse de las tierras lo
recibieron unos indios pacíficos, que el conquistador exterminó en poco tiempo
utilizándolos en su ambicioso plan de encontrar oro. Solucionó la falta
trayendo negros que otros cazaban en África.
Como el oro no aparecía se dedicaron a la ganadería. Carne
salada y cueros salían para Sevilla. Surgieron piratas y corsarios que
saqueaban barcos y asolaban las pequeñas poblaciones cubanas. Se crearon flotas
de resguardo y fortificaciones.
Con la explotación del azúcar y el café los hacendados se
hicieron poderosos. Trajeron tantos negros que, en sólo treinta años, se habían
introducido en Cuba más esclavos que en el siglo y medio anterior.
En el 1800 comenzaron a correr aires de libertad. La
independencia tuvo muchos intentos fallidos. Necesitó de una mente clara como
la de José Martí para encaminarla.
EEUU ayudó. Después no hubo manera de sacarlos de acá.
A principio del siglo pasado los capitales norteamericanos
controlaban el 70 por ciento de la producción de azúcar de Cuba. Con la llegada
del sargento Fulgencio Batista al gobierno, EEUU convirtió a la isla en antro
de prostitutas, mafiosos, drogas, venta ilegal de armas, entre otras delicadezas.
Ello provocó la reacción que dio lugar a la Moncada, al
Granma, a Sierra Maestra, Santa Clara, a Cienfuegos, a Fidel, al Che, y todo el
pueblo.
Los negros pasaron a ser iguales que los blancos. Todos
tuvieron salud. En pocos años el analfabetismo desapareció. Pero con el bloqueo
la economía siempre costó. Cuando se cayó la Unión Soviética, tierra y mar se
sacudieron. Los golpeó más que los huracanes que cada año llegan a sus costas.
Son pobres, sí, pero tienen una dignidad formidable.
Tienen una alegría que les brota de los poros. Y cantan y
bailan.
Hablan contigo como si fueran amigos de toda la vida.
Un rasgo de las sociedades burguesas es el individualismo.
Ellos son más bien colectivistas. Prima el bien común.
Lo mucho o lo poco es para todos.
Todo lo solucionan entre todos para ellos o para vos.
Publicado en face de Carlos Hernández. Y algunas de las fotos; los comentarios pertenecen a Sr. Carlos Hernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.