Salta 500% la importación de manzanas desde Chile.
En los primeros ocho meses del año las compras sumaron 5.670 toneladas. Preocupación en la actividad.
Las importaciones de manzanas al mercado argentino totalizaron al cierre de agosto de este año las 5.670 toneladas, cifra que representa un salto cercano al 500% tomando como referencia la misma fecha de la temporada anterior. Respecto del cierre del segundo cuatrimestre de 2016, las compras del exterior se multiplicaron alrededor de 25 veces.
El dato, presentado días atrás por la consultora Gabinete MAG, sin dudas marca una nueva tendencia comercial en el mercado local, más aún cuando se advierte que durante el período 2005-2015 estuvo vedada la importación de frutas del país.
Si bien los saltos relativos son importantes, dentro del volumen total de ventas las importaciones todavía no tienen una seria incidencia en las góndolas locales. Las estadísticas así lo reflejan: en los primeros ocho meses del año representaron el 4% del total de la comercialización en todo el territorio nacional.
“Es un tema que nos preocupa y estamos conversando con el gobierno nacional, pero no es nuestro espíritu hablar de cortar las importaciones. Necesitamos incorporar tecnología a los mismos precios que hoy tienen nuestros competidores. Para eso debemos eliminar los aranceles de importación que hoy encarecen todo tipo de maquinarias, factor esencial para lograr los cambios necesarios en la actividad”, aseguró Carlos Banacloy, titular de la Secretaría de Fruticultura de Río Negro al ser consultado por el tema (ver recuadro adjunto).
La presión de los productores para poner freno a estas compras del exterior se está haciendo sentir. Es un tema delicado, teniendo en cuenta la crisis estructural que atraviesa la actividad en los últimos años. Decenas de camiones pasan semana tras semana por el suelo del Alto Valle cargados con manzanas que llegan desde Chile con destino a los mercados locales.
En este contexto, una alta fuente del Ministerio de Agroindustria de la Nación aseguró que no hay posibilidades de cerrar la frontera con el vecino país.
“Las estadísticas mencionadas están dentro de nuestras proyecciones. Esto se produce por las condiciones en las que se encuentra la actividad. Estimamos que las importaciones seguirán creciendo, pudiendo llegar a tomar hasta el 7% del total del mercado argentino”, alertó el gerente general de la CAFI, Marcelo Loyarte, en una conversación telefónica con este medio (ver recuadro adjunto).
Las causas del cambio
El mercado interno de manzanas se mueve por el flujo de tres importantes variables, entre otras secundarias, que interactúan en forma muchas veces casi simultáneas: stock en frío, consumo y precio final del producto.
Según el estudio elaborado por Gabinete MAG, cuyo titular es el especialista Miguel Giacinti, el stock de manzanas en el Valle de Río Negro se ubica en un piso de un 20% por encima del año anterior. Una recorrida por los frigoríficos de la región avala estos datos y muestra que la calidad de parte importante de esa fruta que está almacenada no es la mejor. Un punto muy importante para poder definir cuánta de esa manzana puede llegar al mercado en lo que resta de la temporada.
En relación con la demanda, las estadísticas privadas muestran que se mantiene firme y creciente respecto del 2016. En los primeros ocho meses del año se orientaron al mercado interno local cerca de 140.000 toneladas de manzana, volumen 22% superior al consolidado para esta misma fecha del año anterior. La mayor parte de los operadores arriesgan, en este sentido, que el consumo se mantendrá creciente en línea con la economía del país.
Con respecto a los precios, la caja de manzana de alta calidad (premium y primera) está logrando valores importantes en las góndolas, pero esta cuota de fruta que llega al mercado representa en general menos del 30% del total almacenado. Por lo que esta muestra mencionada no puede ser trasladada en forma lineal a todo lo que hoy está en frío.
Por otro lado, hoy los valores que están solicitando los productores que tienen una buena manzana en las cámaras se ubican en torno de los 10 pesos por kilo. Sin embargo, el mercado no está convalidando estos valores.
Al no existir operaciones importantes de compras, algunas empresas optan por importar fruta de Chile a un precio significativamente menor, resolviendo el problema de corto plazo que tienen frente a los compromisos ya acordados para abastecer el mercado. Importantes cadenas de supermercados y hasta firmas locales están ingresando manzana desde Chile para vender en ciudades clave como Mendoza, Córdoba, Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
140.000
fueron las toneladas de manzana colocadas en el mercado interno en estos primeros ocho meses del año.
22%
es el crecimiento interanual que registró el consumo de manzanas destinadas a las góndolas locales.
Los factores que definen la pérdida de competitividad
Tanto el sector público como gran parte del sector privado coinciden en que no es lógico solicitar el cierre de las fronteras a la manzana que llega del exterior. “Si nosotros pedimos que se abran los mercados para nuestra fruta debemos ser consecuentes en no solicitar lo contrario para con nuestro mercado”, destacó Marcelo Loyarte, gerente general de CAFI.
Esta misma línea de pensamiento es la que tiene el gobierno provincial. “Insistir con cerrar las fronteras no es una salida para los problemas que debemos enfrentar”, señaló por su parte el secretario de Fruticultura, Carlos Banacloy.
Ahora bien, el primer interrogante que aparece frente a este escenario es: ¿por qué ingresa manzana desde Chile cuando existe un importante stock de esta especie en toda la región del Valle? Porque llega con un precio menor del que se puede conseguir en el mercado local. Un problema de oferta y demanda.
La segunda pregunta que vale hacerse es: ¿por qué llega con menor precio? Por un problema de competitividad. El Valle tiene costos de producción muy altos respecto de otros países proveedores y esto determina que los valores de venta sean superiores. Quien tiene la elección de comprar un mismo producto con menos dinero, no duda en hacerlo.
Por último, ¿cómo hacemos para ser más competitivos? Bajando costos. Y ahí nos encontramos con una serie de variables, entre otras, con las que debería contar la actividad para llegar a estos objetivos: un dólar competitivo, acceder a la tecnología con los mismos valores que nuestros competidores, buscar nichos para nuevas variedades y lograr acuerdos de libre comercio que nos permitan acceder a mercados clave sin aranceles, como sí ocurre en otros países.
Otro punto que es importante remarcar es la falta de información que existe sobre la actividad frutícola regional. “No la tenemos. Y ella también define la competitividad del sector”, señaló Loyarte.
El ejecutivo precisó tres de esas variables clave: informes actualizados de los stocks de fruta en frío en la región, ventas que se orientan al mercado interno y un pronóstico de cosecha que permita entrever los volúmenes que se deberán manejar en cada temporada.
“Ya lo hemos solicitado en forma recurrente a la Secretaría de Fruticultura, pero no encontramos respuesta”, acotó Loyarte. “Existe una ley y sanciones para quienes no cumplen con la información. El gobierno de la provincia debe sancionar a las empresas que no cumplen con ella”, finalizó el ejecutivo.
Publicado en Diario "Río Negro", 4 de octubre de 2017.
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