Cuando el General, desde su exilio en Madrid a fines de los 50, pidió votar por Arturo Frondizi, hubo demasiados votos en blanco y, ante la pregunta de un periodista, supo responder: "Los leales eran esos, los que votaron en libertad".
Luego, en los setenta, las organizaciones guerrilleras solían entonar un cántico "si Evita viviera sería montonera", y nosotros les respondíamos "si Evita viviera sería peronista".
-General, me estoy volviendo peronista…
– Justo ahora, que yo dejé de serlo…
Cuando el viejo General retorna, sustituye su consigna "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" por una concepción mucho más amplia expresando "para un argentino no hay nada mejor que otro argentino". El cambio era fundamental, intenta que su pensamiento deje de ser propiedad de una parte para convertirse en propuesta de todos. Lo mismo cuando le preguntan sobre la distribución de las ideas políticas y responde: "Hay tal porcentaje de izquierda, tal de derecha y tantos de centro". Y ante la repregunta periodística sobre qué lugar ocupaban los peronistas, responde sonriente, "peronistas somos todos".
Y cuando Gelbard, ministro de Economía, le dice "General, me estoy volviendo peronista", me cuenta que Perón le responde, "Don José, justo ahora que yo dejé de serlo".
Todos sus gestos del retorno buscan disolver el peronismo en la sociedad, sacarlo del espacio de la confrontación para instalarlo en el de una propiedad colectiva. A Perón no le interesaba la continuidad del partido sino el gran acuerdo nacional. Se desespera para reintegrar a la guerrilla en la democracia, mientras estos "imberbes" imaginan que no entiende porque "está viejo".
Todos sus gestos del retorno buscan disolver el peronismo en la sociedad, sacarlo del espacio de la confrontación para instalarlo en el de una propiedad colectiva. A Perón no le interesaba la continuidad del partido sino el gran acuerdo nacional. Se desespera para reintegrar a la guerrilla en la democracia, mientras estos "imberbes" imaginan que no entiende porque "está viejo".
El peronismo tuvo dos etapas, la reivindicación de un proyecto popular con todo lo agresivo y conflictivo que eso implicaba y el retorno 18 años después de un hombre que se ocupa de marcar "estoy amortizado", "soy un león herbívoro".
Perón buscaba salir del peronismo como limitación estructural, su sueño era la fórmula con Balbín
Perón buscaba salir del peronismo como limitación estructural, su sueño era la fórmula con Balbín de vicepresidente, cuando el aparato le va a comunicar que la fórmula elegida en el teatro Cervantes es Perón- Isabel, cuentan todos los que fueron que se puso de pie, se agarró la cabeza y les dijo, "Señores, al nepotismo se lo combate hasta en el África". Tardaron una semana en convencerlo, ya estaba limitada su capacidad de poder.
El kirchnerismo nunca quiso ni entendió a Perón
Perón había apostado a la juventud, les había entregado las gobernaciones de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, además de otras y responsabilidades de todo tipo. Pero mi generación creyó que "el poder estaba en la boca del fusil", y salió a matar aun siendo parte del gobierno. El asesinato del secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, fue el punto de inflexión, ya la guerrilla sería la enemiga de la democracia, vendría aquella expulsión de la Plaza diciendo, "que quieren esos imberbes". A esos, al expulsado, recuperó el kirchnerismo, que nunca quiso ni entendió a Perón.
El Viejo hoy no tendría quién lo exprese, pero apostaría a la pacificación en contra de la grieta
El viejo General hoy no tendría quien lo exprese, se me ocurre que lo peor para su pensamiento estaría en los que utilizan su nombre negando su mensaje. El peronismo nació como expresión de la conciencia de la clase trabajadora, el kirchnerismo reivindica la violencia de la guerrilla y los universitarios de los setenta. El peronismo nació en el cuarenta y cinco, le devolvió la dignidad a los trabajadores e intentó ser la columna vertebral de un proyecto común en su retorno.
Perón expresé la democracia, enfrentó a la violencia, propuso la pacificación. Se me ocurre que hoy, como la gran mayoría de nosotros, no tendría nada que ver con el gobierno de Cristina y poco que ver con el de Macri, pero apostaría a la democracia y a la pacificación en contra de esa tan profunda grieta que supimos edificar. Perón vino a unir a los argentinos, desde allí sabríamos a quién votar.
Por Julio Bárbaro. Politólogo y Escritor. Fue diputado nacional, secretario de Cultura e interventor del Comfer.
Publicado en Infobae - 17 de octubre de 2017.
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