Algunos tuvieron un final trágico como San Eduardo o Auca Mahuida, otros languidecieron ante la indiferencia cuando se les retiró el motor de su desarrollo como Challacó o quedaron semidesmantelados cuando la empresa que les dio vida terminó la obra para la que fue contratada.
Son los pueblos fantasma de la provincia de Neuquén. Los que lograron sobrevivir porque aprovecharon la estructura son El Chocón que se transformó en una villa turística cuando se descubrió el dinosaurio carnívoro más grande del mundo o Arroyito que busca un perfil inmobiliario a partir de ser una villa temporaria de quienes construyeron la represa en el Limay. No tuvieron la misma suerte Rincón Chico de Piedra del Águila cuyas viviendas fueron desmanteladas y hoy sólo se observan las calles asfaltadas y la estructura subterránea que dio servicio a más de 5.000 habitantes. La otra que no sobrevivió fue la de Alicurá que hoy muestra algunas viviendas en pie, una bandera argentina que flamea pero no se puede ingresar porque está en una estancia privada.
Bajada del Agrio no quiere ese destino. Reclama la atención de las políticas públicas para reflotar su esplendor cuando era una parada obligatoria, antes de que relocalizaran la ruta 40. El ingreso, de ripio y poco mantenido, genera riesgo para el tráfico.
1. San Eduardo
El 29 de marzo de 1951 hubo una explosión en la mina Santa Teresita de San Eduardo. Fue el principio del fin. El pueblo situado a pocos kilómetros de Curaco y Balsa Huitrín supo tener 5.500 habitantes, escuela, cancha de fútbol. Se agotó el recurso y la agonía fue lenta pero implacable. En la explosión hubo seis víctimas fatales.
2. Auca Mahuida
El asentamiento a kilómetros al norte de Barda del Medio albergó a los mineros que extraían el carbón de las fauces de la tierra para llevar hacia Chile o alimentar el ferrocarril. Se extraía el carbón y se lo trasladaba en camiones hacia la punta del riel. En 1947, una explosión abrió una enorme filtración de agua que en pocos minutos inundó las galerías ubicadas a gran profundidad: 23 mineros no lograron salir. Sus restos permanecen allí.
3. Villa Rincón Chico
Fue la más reciente de las villas temporarias que generaron las empresas constructoras de las presas. En el lugar vivieron 10.000 personas. Hoy quedan vestigios de los edificios. La concepción urbana de la villa fue vanguardista respecto a la cercana Piedra del Águila porque tenía un sistema de abastecimeinto de agua que tomaba del Limay y no de vertientes y además quedó, como testigo mudo, un esquema subterráneo de servicios de última generación.
4. Alicurá
Entre 1979 y 1985, el damero que se ubica a orillas del lago de Alicurá era un vergel. Hoy está abandonado pero a salvaguarda de vándalos porque está dentro de una estancia privada y su ingreso es restringido.
5.Challacó
Nació a orillas de la estación del ferrocarril. Durante las primeras décadas del siglo pasado fue punta de riel y hasta allí llegaron los equipos que permitieron, luego de trasladarlos en carretones, la explotación petrolera en Plaza Huincul. La ruta pasaba al lado de las vías pero como es una depresión natural donde desagüan las bardas y cerros de la cuenca, se lo abandonó.
6.Filli Dei
Este campamento petrolero se originó en la presidencia de Arturo Frondizi cuando se desregularon los contratos petroleros y se permitió el ingreso de las empresas privadas a la explotación de hidrocarburos. El nivel de la construcción de las viviendas y los edificios comunitarios. Fueron ocupados por crianceros y la municipalidad de Cutral Co aprovechó la estructura para generar un vivero.
Según la organización Responde que hasta hace cuatro años siguió el derrotero de los pueblos fantasmas en el país, en la provincia de Neuquén existen dos a punto de ser fantasma, Charra Ruca en cercanías de Huinganco y Los Chihuidos en medio de la explotación petrolera del departamento de Añelo. Ambos pueblos viven de los crianceros que se agrupan para abastecerse de servicios educativos y sanitarios.
Fuente de información é imágenes: Diario "Río Negro", 7 de mayo de 2018.
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