Luz verde del Fondo a un crédito “excepcional” para la Argentina.
El directorio del FMI ratificó su “pleno respaldo” a los objetivos de reducción de los niveles de déficit y de endeudamiento que le transmitió el gobierno.
Buscó tomar distancia del ajuste e insistió en que “se trata del programa integralmente concebido por el presidente Macri”. Aún no se conocen los montos.
Pasó la tormenta, pero el cielo está lejos de aclarar. El gobierno consiguió estabilizar, pese a la devaluación, el dólar en torno a los $25 y dar señales de confianza a los mercados con la renovación del 100% de las Lebac y emisión de más bonos. Pero ahora continúan las negociaciones con el Fondo Monetario y el Ejecutivo empieza a trabajar para conseguir el consenso político interno para apretar las clavijas del ajuste fiscal de cara al año que viene. Ayer, el Directorio Ejecutivo del Fondo analizó el pedido de la Argentina para acceder a un auxilio financiero y dio luz verde; respaldó el modelo económico del gobierno y destacó que el Ejecutivo reconociera las vulnerabilidades del ritmo de ajuste y la necesidad de bajar los niveles de déficit y endeudamiento.
La reunión de ayer en Washington estuvo presidida por la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde. El directorio analizó los informes técnicos sobre las cuentas del país y la intención del gobierno de solicitar “un acuerdo stand-by de acceso excepcional que sustentaría su programa económico”, que, aclaró Lagarde, fue “integralmente concebido por el presidente Macri y su gobierno”.
Según destacó la titular del Fondo en un comunicado, el programa incluye crecimiento sostenido y recuperación de la confianza de los mercados “a través de un programa macroeconómico claro que reduzca las necesidades de financiamiento y encauce la deuda pública por una firme trayectoria descendiente”. Y sostuvo: “Estos objetivos cuentan con nuestro pleno respaldo”.
No se habló de montos, pero el calificativo de “excepcional” que habilitó el Fondo permite suponer que el crédito será más alto al que le correspondería al país proporcionalmente por su grado de participación en el FMI. El gobierno recibió apoyos internacionales pesados en las últimas dos semanas incluídos los de EE.UU, Japón, China y Alemania, principales miembros del Fondo.
El organismo, a través de su titular, destacó ayer como “fundamental” la decisión del gobierno de proteger “los estratos sociales más vulnerables durante esta transición” al equilibrio fiscal. El FMI dio varias señales las últimas semanas de intento de “autocrítica” respecto a los estrepitosos fracasos en los países en vías de desarrollos en los que intervino en el pasado.
“Aunque muchas políticas han procedido con rapidez, el gobierno también ha sido consciente de la necesidad de forjar y mantener el consenso social al calibrar el ritmo del programa de reforma, incluido el ajuste fiscal. Había una comprensión clara de que ese enfoque acarreaba ciertas vulnerabilidades”, sostuvo Lagarde. En otras palabras, el gobierno se plantea acelerar el ritmo de disminución del déficit, luego de la crisis cambiaria de las últimas semanas. El propio presidente Mauricio Macri admitió, en su última conferencia, que la velocidad con la que se había determinado reducir el déficit fiscal probó ser insuficiente.
Mientras siguen las negociaciones entre los funcionarios de Hacienda y los técnicos del FMI, para calmar las aguas de la política nacional el gobierno salió a marcar que las temidas condiciones del FMI se limitarán a definir un número de “equilibrio”.
“Es una negociación pública con el FMI, sobre valores estructurales, de equilibrio, lo que hacemos para alcanzarlos es un tema nuestro, no se meten ni con nuestra legislación ni nuestro tipo de cambio. Saquemos esas cosas de la cabeza, acá nadie nos va a condicionar”, prometió el presidente. La aclaración de Lagarde de que el programa económico está “integralmente concebido por el presidente Macri”, no es menor en este contexto.
El vocero del Fondo, Gerry Rice, lo dijo en los últimos días de una forma más clara: “Será un programa argentino; el FMI apoyara las prioridades argentinas y así será el tenor de nuestras discusiones”, aclaró.
Es decir, el ajuste fiscal deberá ser más severo, pero la forma de alcanzar el nuevo ritmo de reducción de déficit dependerá de la Argentina. El gobierno ya trabaja con los gobernadores y con el Congreso algún consenso de cara al debate del Presupuesto nacional 2019. Macri ya tuvo su foto con media docena de gobernadores peronistas.
La discusión no será sencilla. El 70% del presupuesto corresponde a jubilaciones, programas sociales y sueldos, con muy escaso margen de modificación. En Nación consideran que los números de las provincias están mucho mejor desde la ley de responsabilidad fiscal y el pacto fiscal, y tienen más para aportar. Alguien tendrá que ceder.
Publicado en Diario "Río Negro", 18/05/2018.
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