El día que Amadeo Carrizo atajó en la (futura) Visera de Cipolletti.
El 7 de marzo de 1965, River vino a Cipolletti a jugar un amistoso que se disputó en el estadio albinegro y en aquella formación millonaria que terminó ganando el partido por 8 a 0, atajó el arquero que sería leyenda.
Cuando Amadeo Carrizo, junto al plantel de River, llegó a la región para jugar un amistoso ante Cipolletti, ya era un arquero consagrado a punto de cumplir 40 años.
El histórico partido se jugó el 7 de marzo de 1965 en la cancha del club albinegro en el cual no hubo equivalencias: el Millo goleó al equipo local por 8 a 0 y en el arco estuvo el gran Amadeo, la mayor atracción del equipo por aquella época. Promediando la segunda etapa, a Carrizo lo reemplazó un tal Hugo Orlando Gatti, el discípulo de Amadeo en los tiempos del Loco con el buzo de la Banda.
De todas maneras la gran figura del encuentro fue el delantero Juan Carlos Lallana, autor de tres tantos. El brasileño Delem (reemplazó a Luis Artime) marcó dos en la goleada, que se completó con conquistas de Jorge Solari, Ricardo Montivero (ingresó por Solari) y Pinino Mas.
Ese día River formó con Amadeo Carrizo; José Manuel Ramos Delgado y Mario Bonzuck; Carlos Alberto Sainz, Vladislao Cap, y José Varacka; Jorge Solari, Roberto Matosas, Luis Artime, Juan Carlos Lallana y Oscar Mas. El entrenador de este equipo era el recordado Renato Cesarini.
Cipo por su parte formó con Grazano; Almendra y Zalazar; Gatica (Fuentes), Contreras, Pommies (Juárez), O. Perales (Carrón), Guzmán (Rayo), Rodríguez (Acetto), A. Perales e Iachetti (Onorio).
Según la crónica de la época “Lallana fue una pesadilla para el equipo local, mientras que Artime, falto de fútbol, no encontró ubicación y perdió varias posibilidades de gol”. Lallana marcó sus tres conquistas en el primer tiempo (11’, 25’ y 28’), mientras que el Indio Solari anotó el cuarto (32’). Con el parcial de 4-0 fueron al descanso.
En la reanudación, siempre según la crónica, “los cambios le quitaron poderío a River”, que recién sobre el final pudo redondear la goleada, con tantos de Delem (41’ y 46’), Montivero (44’) y Mas (45’).
El encuentro fue parte de una serie de amistosos por el interior, luego de que se suspendiera una gira por México, que incluyó encuentros ante el combinado de la Liga del Sur (en cancha de Olimpo) tres días después de jugar en Cipolletti, la Liga Marplatense y Río Cuarto, entre otros.
Publicado en Diario "Río Negro", 21 de marzo de 2020.
Amadeo Carrizo nacido en Rufino, provincia de Santa Fe un 12
de junio de 1926. Allí había nacido
Bernabé Ferreyra, el temible goleador en los albores del profesionalismo.
Carrizo llegó a probarse en River tras más de 15 horas de viaje en un tren
nocturno. En su bolso llevaba una carta dirigida a Carlos Peucelle, gloria del
club de los años ’30 y detector de grandes talentos, firmada por Héctor Berra,
atleta que había sido séptimo en salto en largo en los Juegos Olímpicos de Los
Angeles 1932. Berra, también de Rufino, trabajaba en el Ferrocarril Pacífico
(hoy San Martín) con el padre de Amadeo, Manuel Carrizo. Fue probado entre
cientos de chicos y al final, Peucelle le dijo “bueno, pibe, mándele decir a su
padre que se queda acá”.
Innovador en el puesto de guardameta, jugó para el Club
Atlético River Plate, el Millonarios de Bogotá y el Seleccionado argentino.
Además reforzó en dos partidos únicos a dos clubes peruanos en el año 1969, al
Alianza Lima (ante el Dinamo de Moscú de Lev Yashin) y al Universitario de
Deportes (ante el Corinthians del Brasil).
Se lo considera un innovador de técnicas y estrategias en su
puesto de arquero tales como salir de su área para participar en la defensa o
salir jugando; lanzarse a los pies del contrario para arrebatarle el balón en
un ataque. Fue el que impuso la modalidad de atajar con guantes, algo que le
había aconsejado el italiano Giovanni Viola.
Explicaba: “Mi estilo no fue un capricho, sino que había razones para
tenerla. River siempre iba al ataque y obligaba a que el arquero también jugara
adelantado”.Fue elegido por la IFFHS como el mejor portero sudamericano del
Siglo XX.
Amadeo Carrizo, considerado para muchos el mejor arquero de
la historia del fútbol argentino. vivió muchos momentos de gloria, desde ‘La
Máquina’ de River Plate de los años cuarenta hasta ‘La Maquinita’ de los ’50.
Fue dueño de la valla invicta de la selección argentina en la Copa de las
Naciones de 1964, pero también afrontó duras rachas como la de 11 de los 18
años sin títulos con la banda roja entre 1957 y 1968; o la tremenda goleada en
contra ante Checoslovaquia en el Mundial de Suecia de 1958 (6-1) que le generó
la salida del equipo nacional por varios años y una adversa reacción popular.
A los 93 años, el ídolo y presidente honorario de River
falleció luego de estar internado en la Clínica Zabala en la madrugada del viernes 20 de marzo del 2020 en un planeta con la pandemia amenzante del coronavirus COVID-19,
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