Billy Zorraquín, médico, sostenía que la anestesia es la principal responsable de que sintamos dolor. Lo cual, sin duda, resulta paradójico, contradictorio. Explicaba su afirmación poniendo como ejemplo a los cosacos, temibles jinetes rusos que, heridos, decían: "Al cosaco no le duele''. Y, efectivamente, no sentían dolor, pues habían aprendido a superarlo gracias a no conocer el uso de la anestesia, soportando a pie firme sangrientas intervenciones quirúrgicas.
Diría que las mujeres son menos sensibles al dolor que los hombres. Y ello quizá se deba a que Dios las ha preparado para sobrellevar el dolor de un parto.
Actualmente la humanidad teme profundamente al dolor, probablemente por haberse acostumbrado al empleo de la anestesia, como cree Billy Zorraquín. E ignora su efecto purificador, que se pone en evidencia a través de las mortificaciones que llegan a practicar los cristianos.
Jesucristo redimió al género humano mediante el dolor experimentado en el suplicio de la cruz. Y legiones de mártires sobrellevaron atroces torturas, superando el dolor por efecto de la fe.
Desde luego que no propicio la reinstalación de la tortura, como medio, por ejemplo, de obtener confesiones de prisioneros. Y celebro que la aplicación de la pena de muerte se lleve a cabo del modo menos cruel posible.
No creo ser tan esforzado como para soportar la tortura. Temo que, sometido a ella para lograr una delación, cantaría como un pajarito. Salvo que Dios me conceda una fortaleza de la que creo carecer para sobrellevar esa terrible contingencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.