La información fue confirmada por el Tribunal Oral Federal número uno de La Plata a los querellantes en las múltiples causas por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura.
Etchecolatz había sido beneficiado en las últimas semanas con una prisión domiciliaria en virtud de su deteriorado estado de salud, pero tal beneficio no llegó a concretarse por la cantidad de condenas que lo retenían en una cárcel común.
Cuando comenzó la pandemia, el represor fue alojado en la Unidad 34 de Campo de Mayo, desde donde en las últimas semanas fue trasladado a una clínica de la ciudad bonaerense de Merlo y luego a otro establecimiento para los preparatorios de una operación que no llegó a realizarse.
Según el último reporte del Cuerpo Médico Forense sobre su salud, el genocida padecía las secuelas de un cuadro de hipertensión arterial, un accidente cerebro vascular (ACV), deterioro cognitivo, insuficiencia cardíaca, insuficiencia venosa, hiperplasia benigna de próstata y diverticulosis colónica. Además, arrastraba las consecuencias de haber sido fumador durante gran parte de su vida.
Hace tres semanas, la Cámara de Casación le había concedido la prisión domiciliaria en una causa en la que estaba condenado por el secuestro y homicidio de un joven de 22 años durante la dictadura, pero el beneficio no se concretó debido a que había otros expedientes en los que aún no se había resuelto el planteo del represor.
El tribunal casatorio había entendido que Etchecolatz requería una asistencia personal especializada en adultos mayores durante las 24 horas y esa atención no estaba garantizada en la prisión de Campo de Mayo que depende del Servicio Penitenciario Federal.
PUBLICADO EN DIARIO LA MAÑANA DEL NEUQUÉN.
https://www.lmneuquen.com/a-los-93-anos-murio-el-genocida-miguel-etchecolatz-n925213
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