Estos artículos semanales muchas veces se deben a la lectura de lo que escriben algunos amigos en las redes. Así, Juan Carlos Crespo, docente y formador especialmente de varias generaciones residente en la localidad bonaerense de Las Heras (acá en la provincia de la que el prócer fue gobernador le quitaron el grado militar en la nomenclatura) escribió hace unos días: "El 5 de julio de 1908, ya terminada la base levantada en la Plaza Principal, se descubre sobre la misma el busto del Gral. Las Heras. La construcción de la base fue realizada por el constructor don Pascual Chiappa y el busto fue confeccionado con la fundición de cañones del Ejército participantes en la guerra de la Independencia. Es Intendente Municipal el Dr. Antonio R. Chiocconi. La iniciativa de erigir el monumento al prócer nació de la Unión Argentina de S.M., aceptada y seguida por las autoridades municipales".
Se me ocurrió entonces ayudar al amigo con algún dato y me encontré una más que interesante crónica del acto en la popular revista Caras y Caretas del 11 de julio de 1908 con nueve fotografías un aporte gráfico no menor.
EN LA EPOCA.
Vale la pena hacer unos comentarios para ubicarnos en la época. Once años antes en mayo de 1897 los hijos del general Las Heras habían manifestado al ministro argentino en Chile, Norberto Piñero la mejor disposición para permitir la repatriación de los restos del prócer; y un mes después envió a nuestro canciller Amancio Alcorta varias prendas del uniforme del héroe de Cancha Rayada entregadas por un hijo, con destino al Museo Histórico Nacional de las que fue portador el perito Francisco Pascasio Moreno.
Los trámites fueron lentos, pero en 1906 los edificios de Santiago lucen las banderas de su patria, de Argentina y Perú, para despedir los restos y Buenos Aires se viste de fiesta para recibir el crucero 25 de Mayo que transporta los despojos. La urna se fabricó en Chile con el bronce de unos de los cañones de la guerra de la Independencia. Una comisión presidida por José I. Biedma, e integrada por Federico Santa Coloma, Rodolfo N. Carranza, José Antonio Pillado entre otras personalidades organizó los actos. Los honores de las salvas de artillería, el desfile de los restos por el Paseo de Julio hasta la Plaza San Martín, de allí por Florida hasta la Plaza de Mayo, la banda de 400 tambores y clarines que iba a encabezar la marcha, las 5.000 palomas que se iban soltar al momento de desembarcar y las 4.000 bombas de estruendo, más los 160 vapores de las casas Mihanovich y Lambruschini que iban a esperar en la rada, formados en dos alas, con empavesado de gala para saludarlo con sus sirenas y darle escolta, el coro de 1.000 niñas para cantar el Himno, el carro alegórico en el que sobre un gran almohadón de terciopelo rojo, la espada, el uniforme y el bastón acompañaban la urna; son apenas detalles de lo que fue ese acto que quedó en la memoria de los porteños, cuando fueron definitivamente depositados los restos del general junto a los del Libertador en el mausoleo de la iglesia Catedral.
Algunos vecinos de Las Heras, seguramente participaron de estos homenajes y decidieron rendirle el suyo en su ciudad. El coronel Fued Gabriel Nellar en su biografía del prócer afirma: "A los habitantes de la localidad de Las Heras les cabe el honor de haber erigido el primer monumento al glorioso argentino, en la provincia de Buenos Aires".
HEROICO SOLDADO.
Lo que el profesor Crespo recordó hace unos días, podemos ahora citarlo ampliamente de la crónica de Caras y Caretas: "El monumento que se erigió en el pueblo bonaerense que lleva el nombre del heroico soldado, y cuya iniciativa corresponde al señor Santiago Cadelago, a quien uno de los oradores hizo la justicia de recordar en su discurso".
La ceremonia de inauguración se realizó el domingo 5 de julio de 1908 "ante un público enorme y un grupo numeroso de concurrentes distinguidos, llegados de Buenos Aires y La Plata con representación oficial, y de damas y señoritas especialmente invitadas por la comisión de fiestas. Rindieron honores una compañía del 4º de infantería y un piquete de bomberos". Amenizó la función la Banda del Asilo de Menores de la vecina localidad de Marcos Paz.
Fue padrino de la ceremonia y la presencia que despertó todas las simpatías el veterano general Francisco P. Leyría. Natural de Córdoba, tenía 63 años, su barba blanca como se observa en las fotos y su uniforme de gala con las condecoraciones de la Guerra del Paraguay, de la ocupación de la llanura pampeana y de tantas otras acciones le daban una prestancia muy particular. Era además el indicado para asistir a un pueblo de la provincia, a conocer gente de campo, ya que su casa era un lugar de encuentro para los amantes del canto y la guitarra criolla, de las que participaba su gran amigo personal don Juan Alais considerado el decano de los guitarristas argentinos.
Hablaron el coronel Amadeo Baldrich en nombre del ministro de Guerra; en representación del Poder Ejecutivo provincial, Arturo Maza; y el doctor Juan Antonio Argerich. El pueblo se había adornado con banderas y arcos de triunfo que hacían la carrera desde la estación del ferrocarril hasta la plaza central por donde iban a pasar los visitantes ilustres; se lanzaron globos y tiraron bombas de estruendo, hubo carreras cuadreras y finalmente el consabido asado con cuero que hicieron honor un grupo numeroso de personas; finalmente hubo reparto de medallas conmemorativas".
Las fotos de la crónica del acto además de los oradores, la comitiva oficial, el monumento, nos muestran los edificios que rodeaban la plaza y un grupo de damas encabezadas doña Margarita C. de Casey que ofició de madrina del monumento junto con el general Leyría; entre las que figuran ""Juana M. de Argerich, María E. de Murphy, Josefina M. de Argerich, Julia M. de Ham, Zina M. C. de Bowers, señoritas de OïRoarke, Zamudio, Dennen, Mac. Lean, Argerich, Lacour, García, Echenique, Bruzone y Castiglione; Clara C. de Power, María Luisa J. de Cunningham, señoras de García, de Ros y de Cadelago".
Seguramente otros medios han cubierto este acto, desgraciadamente el reposo por el covid nos impide llegar a repositorios, pero la cantidad de imágenes es lo que da mayor valor a la crónica de la conocida revista.
Un homenaje digno de recordar cerca del 11 de julio fecha de su natalicio; porque estos hechos como las evocaciones de su descendiente el amigo Sergio Martínez Baeza que despojados de toda solemnidad, adquieren esa sencilla dimensión humana que enaltecen la personalidad del antiguo guerrero que reposa junto al Libertador en nuestra iglesia primada.
* Roberto L. ELISSALDE. Historiador. Vicepresidente de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/518045-Homenaje-al-general-Las-Heras.note.aspx
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