Familia Llanos: profesionales y destacadas figuras.
María Paula Iglesias Llanos es una científica roquense que realizó investigaciones en una rama de la geología, el paleomagnetismo.
Como ya mencionamos en muchos escritos, el dique Ballester fue proyectado por el ingeniero César Cipolletti, que murió en altamar. Su colega Decio Severini tuvo que continuar su tarea. Numerosos profesionales venidos de otras zonas se congregaron para llevar adelante las obras.
Agustín Llanos fue uno de ellos: nació 11 de junio de 1871 en Santiago del Estero. Era hijo de Agustín Llanos y Segunda Peralta. En 1902 se recibió de agrimensor en la Universidad de Buenos Aires. Se casó en 1905 con María Concepción Saura, nacida en Andalucia, España, en 1884. Tuvieron cuatro hijos: Segunda Ernestina, Arturo Amadeo, María Elena y Gustavo Adolfo.
En 1910 llegaron a la zona y se establecieron para la construcción del dique. En 1925 fue nombrado, en Río Negro, director de Irrigación y Drenaje. Falleció en General Roca en 1942. Uno de sus hijos, Arturo Amadeo, se casó con María Rosa Mariani y de esa unión nacieron María Cristina, Lilia Inés, Agustín Fernando -escribano como su padre- y María de las Mercedes. Otra hija, del ingeniero, María Elena, se casó con Jorge Padín y tuvieron prolífica descendencia. En 1991, 89 años después, una bisnieta de Agustín, María Paula Iglesias Llanos, se recibió de doctora en Geología en la misma universidad que su bisabuelo, hoy llamada UBA. Es una joven científica roquense que realizó investigaciones en una rama de la geología, el paleomagnetismo. En Holanda dictó catedra de la especialización.
Arturo Amadeo, por su parte, fue escribano. Recordemos que la proscripción del peronismo se suscitó luego de la caída de Perón en 1955 por más de una década. Sin embargo, la historia rionegrina atesora un hecho insólito: el 18 de marzo de 1962, representando al Partido Blanco, Arturo Amadeo fue elegido gobernador de Río Negro. Unas horas después, el entonces presidente Frondizi anuló los comicios. Cuando se cumplieron cincuenta años de aquel hecho la prensa regional recordó el suceso y solicitó que la justicia reconociera a Arturo Llanos como “gobernador electo” de la provincia de Río Negro, como así también a los legisladores provinciales y nacionales que en esa jornada también fueron elegidos por el pueblo.
En esa oportunidad, el ministro del Interior del presidente Frondizi, Alfredo Roque Vítolo, había pronosticado un rotundo triunfo del partido gobernante, la UCRI. El justicialismo proscripto presentaba sus candidatos con distintas siglas, ya que la palabra “peronista” o “justicialista” estaban prohibidas. En Río Negro los peronistas se llamaban Partido Blanco y allí fue postulado el escribano Llanos. Como en otras provincias, los peronistas actuaban desde la proscripción, camuflados en improvisados sellos partidarios, señalaban que las mayorías populares tenían vivo el recuerdo y la doctrina de su líder y de Eva Perón. Llanos se impuso con 26.163 votos sobre los candidatos radicales y de la Democracia Cristiana. Pero, como dijimos, no pudo ocupar su puesto.
En Río Negro asumió como interventor federal Francisco Muñoz. Sin rendirse, ya que había sido electo por el pueblo, Llanos se presentó el 1 de mayo de 1962, a la mañana en la Casa de Gobierno para hacerse cargo de sus funciones. Allí estaba nada más que el oficial principal Edmundo Morán, que le dijo que no podía informar acerca de quién estaba a cargo de la gobernación y que tenía prohibido ingresar a la Casa de Gobierno.
Por todo lo acontecido solicitamos realizar un reconocimiento simbólico a aquellas autoridades elegidas por el pueblo y que no pudieron hacerse cargo de sus funciones. Nombrar algún lugar público de la ciudad con sus nombres. Hoy homenajeamos a aquellos hombres que imbuidos de coraje supieron defender sus ideales; a sesenta años de aquel acto malogrado es bueno recordarlos para que hechos de esta naturaleza no pasen al olvido.
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