Ibarguren y el mutualismo por Germán Masserdotti.

 

"El problema de la instrucción pública es el de la inteligencia argentina y no se resolverá con leyes ni decretos, sino enseñando y propendiendo a que los jóvenes observen, estudien, mediten y obren por sí mismos". Estas palabras pertenecen a Carlos Ibarguren (Salta, 18 de abril de 1877 - Buenos Aires, 3 de abril de 1956), quien, entre otros cargos públicos, fue ministro de Justicia e Instrucción Pública entre el 21 de julio de 1913 y el 12 de febrero de 1914. En el cargo lo había precedido otro católico social argentino, Juan Mamerto Garro, discípulo de José Manuel Estrada. Ibarguren, además de funcionario público, fue abogado, historiador y, por cierto, un escritor notable. Apunto aquéllas que tengo a mano: La historia que he vivido (Buenos Aires, Eudeba, 1969); Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama, su tiempo (Buenos Aires, Ediciones Frontispicio, 1948) y uno de los "tomitos" (el VI) de la Biblioteca del pensamiento nacionalista argentino que incluye estos títulos: La inquietud de esta hora, Historias del tiempo clásico, La reforma constitucional. Sus fundamentos y su estructura y Escritos políticos e historicopolíticos, además de una reseña biográfica y el listado de sus obras originales publicadas, prólogos a libros de terceros y las publicaciones en la que colaboró (Buenos Aires, Dictio, 1975). Uno de los diarios en los que aparecieron sus artículos fue La Prensa.

De Carlos Ibarguren ha escrito Ricardo Paz en el Prólogo para la edición definitiva de La historia que he vivido: "fue uno de los últimos repúblicos, cuando la palabra, si no el oficio, ya desaparecía. Esta condición suya explica el desinterés por lo subjetivo o personal: toda su pasión -anciano y colmado de honores- es todavía la República; la nuestra, desde luego, que no otra cualquiera conviene a un patricio argentino".

La introducción precedente viene a cuento dado que Carlos Ibarguren fue uno de los principales propulsores del mutualismo en la Argentina. ƒl mismo relata su experiencia en la materia en La historia que he vivido. Como ministro de Justicia e Instrucción Pública, se propuso llenar un gran vacío. Lo dice de este modo: "carecíamos de leyes de asistencia y de previsión social cuya sanción y aplicación en un régimen orgánico era, a mi juicio, uno de los requerimientos más premiosos para lograr el bienestar, el orden y la paz en las masas proletarias". Y observa: "El trabajador, sobre todo el extranjero, encontró en el socorro recíproco con sus paisanos el primer vínculo de unión para su asistencia. Así nació en germen del mutualismo, la primera formación rudimentaria de la previsión social en la Argentina". A propósito, Ibarguren recuerda: "siendo estudiante, a la edad de veinte años, mi primer artículo, que escribí a fines del siglo pasado [XIXÁ, publicado en la revista Juventud el año 1897, trató sobre la cuestión social", estrechamente vinculada al mutualismo como una de sus soluciones.

Conviene recordar que uno de los pioneros del mutualismo en la Argentina fue el P. Federico Grote, sacerdote redentorista alemán, quien fundó el 2 de febrero de 1892 los Círculos de Obreros -con el tiempo se organizarían en la Federación de Círculos Católicos de Obreros-.

Así fue cómo Ibarguren le propuso al presidente Roque Sáenz Peña "la necesidad de encarar la previsión y la asistencia de las masas trabajadoras y de llenar el vacío que a este respecto había en nuestra legislación". En la primera etapa se trataría de un proyecto de ley "que organizara la gran mutualidad argentina, y después implantar el seguro social". Esperanzado, Ibarguren comenta que el presidente Roque Sáenz Peña "apoyó decididamente este plan autorizándome para someterlo al Congreso". En el mensaje al Congreso de la Nación es interesante observar cómo, de alguna manera, se aplica el principio de subsidiariedad. Allí se afirma que la suerte del pueblo "se alivia con el propio esfuerzo colectivo que el Estado debe fomentar. Es necesario dar a esos esfuerzos [mutualistasÁ, hoy incoherentes y disgregados, la garantías, la forma legal, el apoyo del poder público. La idea fundamental del proyecto es la de establecer una base fija a la institución mutualista, estimularla y definir claramente el socorro mutuo para que no se confunda con empresas capitalistas de especulación disfrazadas so capa de asociaciones".

Y se concluye: "La democracia argentina, impulsada por este gobierno en el orden político, se ha de encauzar, desde el punto de vista social, en el mutualismo, que significa no sólo asistencia, previsión y ahorro, sino también unión nacional y fraternidad humana". Resultado de las miopías habituales en la política agonal argentina, entonces no prosperó la aprobación del proyecto de ley. Al comienzo de la nota, Ibarguren afirmaba que el problema de la instrucción pública "es el de la inteligencia argentina". Con otro gran patriota como el P. Castellani, animemos a las jóvenes generación a "pensar la Patria" con sentido de bien común político. Por esa "unión nacional y fraternidad humana" según el derecho natural y cristiano.

Autor: Germán Masserdotti.

PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/518430-Ibarguren-y-el-mutualismo.note.aspx