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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, mayo 04, 2016

En el cielo las estrellas... Por Estanislao Córdoba.

Hay una cuarteta que podernos decir sin exagerar, son muy pocos los que alguna vez no la repitieron. Es aquella que dice: «En el cielo las estrellas, en el campo las espinas, y en el medio de mi pecho, la República Argentina». Hasta 1966 nada se sabía sobre quién era su autor. Pero en este año, el 1°de Febrero, el diario «La Razón» de Buenos Aires comenta el origen de tan difundida cuarteta de sentido patriótico en toda la sencilla composición de la misma. Su autor habla sido don José Piñeiro, español residente en Buenos Aires y emparentado con una antigua y conocida familia lapaceña, y precisamente aquí en La Paz había sido compuesta la tan mentada cuarteta “…que se remonta a 1901, y por lo tanto es anterior a “La Morocha”, el sencillo tango de Enrique Saborido y Villoldo. Autor de esta difundida cuarteta lo fue don José Piñeiro, quien la compuso en oportunidad de encontrarse en La Paz (Entre Ríos). José Píñeiro había llegado de España en 1896 y trabajaba como mandadero en un almacén en la Capital Federal. Con el afán de progresar, invertí en libros parte de sus ahorros y redactaba pequeñas composiciones en prosa y en verso. Atraído por el sentimiento familiar, en 1901 viajó a La Paz para visitar a su prima Generosa Piñeiro de Dopazo. Carmencita Dopazo, hija de doña Generosa, tenía entonces cuatro años y mucha gracia y se veía en el compromiso de tener que tomar parte en una fiesta escolar, y alguien pidió a su tío que el hiciera un versito.
José Piñeiro
Don José sentía la influencia y atracción de Gustavo Adolfo Becquer, pero escribir especialmente para una criatura le hizo meditar. Entonces se le ocurrió la asociación de la belleza del cielo y la profundidad del amor a la Argentina, y compuso cuatro graciosos versos para que Carmencita en su balbuceo infantil, los dijera en la fiesta de fin de curso.
La nena los aprendió y fue el éxito. El episodio quedó en el olvido para don José Piñeiro, que sin siquiera previo lo que acontecería. Es posible que la maestra anotara la cuarteta y siguiera enseñándola a sus pequeños, pues se difundió y hasta llegó a vulgarizarse en La Paz…”
La niña Carmencita, fue después la señora Carmen Dopazo de Giménez que vivió los últimos años de suestada en La Paz, en la esquina Este que forman calle San Martín y Sáenz Peña, frente al Palacio de Tribunales.
“…Cincuenta años después de aquella visita a La Paz, mientras don José esperaba un tren en Capilla del Señor, oyó a un niño repetir la poesía, lo que le produjo gran emoción.
El tiempo siguió. Los decenios de este siglo fueron sumándose, y los cuatro versos se repitieron por todas partes.
Y así, aquel humilde “mayora de tranvía llegado de Pontevedra años antes, pleno de ilusiones y esperanzas, compuso en 1901 en nuestra ciudad aquellos versos sencillos y emocionantes: «En el cielo las estrellas, en el campo las espinas, y en el medio de mi pecho, la República Argentina».

Este relato fue publicado en la revista Cuando el pago se hace canto, La Paz, enero de 1996, con el título original “La más difundida y popular de las estrofas patrióticas fue compuesta en La Paz”.

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