No es un ejemplo aislado ni la moda que algún excéntrico quiere popularizar. Cada vez son más los famosos que están sacando del baúl de los recuerdos los celulares viejos. ¿Se acuerdan? No fue hace tanto cuando los teléfonos solo servían para eso: hablar por teléfono y a lo sumo, mandar mensajitos de texto.
Una nota de la BBC da cuenta de la tendencia que también se registra entre empresarios y gurús de la tecnología. Como Danny Groner, gerente de una de las firmas más exitosas de Silicon Valley, Shutterstock, valuada en 1.200 millones de dólares. Groner renunció al frenesí de los smartphones y tiene sus razones. "Me preocupa que pueda ´quemarme´. Me paso 13 o 14 horas al día frente a una pantalla. Eso es suficiente. No tienen que ser 17 horas", dijo a la cadena británica.
Para Holly Parker, profesora de psicología de la Universidad de Harvard, el regreso a los teléfonos plegables es una reacción a la dependencia y a la sensación de subordinación que generan los teléfonos inteligentes y todas sus aplicaciones, en especial el whatsapp. Para el abogado y especialista en ética de la tecnología David Ryan Polgar "la adopción de un teléfono plegable es una declaración audaz de que uno tiene el control".
Ellyn Shook es directora de Recursos Humanos de la consultora global Accenture y pese a las presiones de su posición -o tal vez por eso- decidió comprarse una tecnología más antigua para cuando está en su casa. Antes, cuando tenía un Iphone, no podía irse a dormir ni pasar fines de semana en la playa sin revisar constantemente su correo laboral.
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