A contramano de su propia visión e historia, la presidenta
de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo ahora opina en buenos términos de
Jorge Mario Bergoglio, quien desde 2013 comenzó a ser el Papa Francisco.
Hebe de Bonafini, quien años atrás usó el altar de la
Catedral metropolitana como baño público, anunció esta mañana en Radio Télam
que fue invitada por el Sumo Pontífice a visitarlo en el Vaticano por lo que la
luchadora social realiza en estos días una serie de chequeos médicos para
evaluar si la afectará, a sus 87 años, un viaje en avión de tantas horas.
Ya en 2015, había supeditado cualquier eventual visita a la
Santa Sede bajo condición que Francisco "reconozca que la Iglesia tuvo
mucha participación en la represión ilegal durante la dictadura militar".
"Siempre me está invitando Bergoglio para que vaya", sostuvo en mayo
del año pasado Bonafini y añadió: "Le pido varias cosas que, si él las
hace, yo voy a ir".
De momento, este martes, Bonafini no escatimó elogios para
con el Papa Francisco. "Me estoy haciendo un chequeo para ver si puedo
viajar. Este jueves no voy a estar en la plaza porque ese día completo los
chequeos. Yo estaba muy enferma y un viaje tan largo, con casi 88 años que
tengo, tengo que hacerlo con buena salud. Si no estoy bien, no voy a poder ir.
Hasta ahora las cosas van saliendo bien", introdujo respecto de su salud.
En cuanto a los detalles del encuentro en el Vaticano, dijo:
"Va a ser una cosa privada, sólo que no voy a pedir nada personal. Va a
ser colectivo, como hacemos el trabajo las madres. Que sirva para todos".
Al recordársele sus clásicas y duras críticas contra el
entonces arzobispo porteño Bergoglio, expresó: "El demostró con lo que
hizo y dijo. Me parece que éste es un momento oportuno para poder hablar con
él. Es un poder muy grande el del Papa. Hay millones de católicos, es un país
pequeño con uno de los poderes más grandes. El Papa lo está usando muy bien.
Está poniendo el acento donde hay que ponerlo. En la pobreza, en los pedófilos,
en el banco del Vaticano y el Papa vino para transformar".
El historial de opiniones de Bonafini contra el religioso
revela fuertes contradicciones. En enero 2008, Bonafini ocupó junto con
miembros de Madres la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires durante una
protesta, en la que advirtió que iba a convertir ese templo "en un baño
público" y fue denunciada "por dejar un balde de orina en el
altar".
Un año antes, en 2007, firmó un documento en el que
señalaba: "La basura va junta, Macri, Bendini y Bergoglio. Son de la misma
raza y de la misma ralea. Son fascismo, son la vuelta de la dictadura. Son la
dictadura misma. Los tres representan la dictadura".
Por lo pronto, del Presidente aún no cambió de opinión. Esta
mañana agregó por último en la entrevista radial: "Macri es mi enemigo, él
nos pega duro, hace de todo contra nosotras. A nosotros ni se nos ocurre por
hablar con él".
Publicado en Perfil, 10/05/2016.
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