Otra vez a la carga, y sé que soy reiterativo, pero las noticias no cesan, y el planeta no consigue empezar a estabilizar su temperatura.
Hace unos días Thomas L. Friedman, columnista del New York Times escribía a Donald Trump una carta en la que le anunciaba que es altamente probable que se quede sin muchos de sus campos de golf, uno de sus negocios. Estas zonas deportivas están a nivel del mar en diversas partes del Globo, y este nivel va a aumentar mucho en el futuro.
¿Por qué?
El hielo que flota sobre el mar no cambia en nivel de éste cuando pasa de sólido a líquido, lo que los lectores pueden ver poniendo un cubito de hielo en un vaso y mirando como se funde.
Pero esto no es así con en hielo que hay depositado sobre el suelo, en Groenlandia, en las tundras canadiense y siberiana, y en la Antártida.
Se suponía hasta hace poco que este continente helado estaba protegido del deshielo por la corriente de aire circumpolar, causada por la corriente marina que rodea sus costas.
El viernes se publicó en la revista Nature una trabajo de investigación de un equipo de universidades australianas y neozelandesas sobre el glaciar Totten, en la zona oriental de la Antártida, al sur de la parte mas occidental de Australia. Este glaciar se está erosionando, como lo está haciendo la banquisa de hielo del Mar de Ross, al sudeste de Nueva Zelanda, como lo están haciendo los glaciares de Groenlandia. Al erosionarse, se deslizan hacia el mar, y ahí se funde el hielo.
Y ¿por qué ocurre esto?
Estamos ya camino del verano, así que me imagino que tendrán ustedes cubitos de hielo en la nevera. Cojan un montón y pónganlos en agua fría. El agua bajará a 0ºC y a partir de ahí los hielos se fundirán muy despacio.
Pongan ahora esos cubitos en agua caliente: Los hielos desaparecen bastante deprisa.
Por debajo del glaciar Totten entran dos lenguas de la corriente circumpolar antártica, la corriente de agua caliente (relativamente) que empezó a circular alrededor del continente cuando se abrío el Estrecho de Drake, al sur de Chile y Argentina, hace unos 30 millones de años, al moverse las placas tectónicas que son las que generan los terremotos en las costas occidentales del continente americano.
Al circular esa corriente de agua cálida se genera sobre ella un a modo de capa cilíndrica como la de una lata, de aire en vez de aluminio, que aísla el Polo Sur del resto de la atmósfera de la Tierra. Al no recibir aire caliente, el suelo del la Antártida se comenzó a helar, y el hielo, a reflejar la energía de la luz que recibía, de manera que se fue enfriando cada vez más, acumulando cada vez más hielo.
A lo largo de las etapas geológicas, con glaciaciones y deglaciaciones, el equipo autor del artículo ha detectado desaparición y reaparición del hielo en el glaciar en estudio.
El agua caliente (relativamente) que entra debajo del glaciar, funde sus capas inferiores y el peso del hielo superior hace que el hielo se deslice hacia el mar.
La cantidad de hielo del glaciar equivale a una subida de unos 3 metros del nivel del mar. Si la combinamos con la del Mar de Ross, también en la Antártida y con los hielos de Groenlandia, llegamos a una subida de 10 metros: Un edificio de tres pisos. Como se dice en Andalucía: ''Cazi ná''.
Ya he explicado aquí lo que implica esa subida del nivel del mar: La ruina de todas las ciudades costeras, de las urbanizaciones, de los campos deportivos en la costa, la ruina de miles y miles de millones en inversiones.
Y esto es, probablemente, ya imparable.
Hoy aparece el Sr. Brufau, encargado de la petrolera Repsol, lanzando una serie de inanidades, y frases no verdaderas a los medios de comunicación. En particular, afirma que las eléctricas son responsables del 45% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, mientras que el transporte solo responde del 23% de las mismas.
En España, la mitad de la energía eléctrica que hemos consumido en 2014 y en 2015 ha sido producida por los molinos de viento, aerogeneradores en fino. Un 20% ha sido nuclear, y un 10% hidraúlica y fotovoltaica: un 80% de la energía eléctrica en España no ha emitido CO2 a la atmósfera en los últimos años.
Según el ministerio de Industria, en 2014 el 50% de la energía española se derivó de productos petrolíferos: Recordemos que cada 10 kwh de energía obtenida quemando petróleo corresponde aproximadamente a 1 litro de gasolina o gasóleo, y que cada litro de petróleo quemado equivale a 3 kilos de CO2 emitido a la atmósfera, a lo que hay que añadir, como producidos por el diesel, toda clase de micropartículas que se introducen hasta los bronquiolos, y la producción de óxidos nitrosos en las ciudades.
Nada de esto lo produce la electricidad renovable ni los coches eléctricos.
En este país cuando los, digamos, poderosos, empresarios y políticos, abren la boca, es necesario dar un giro de 180º a lo que dicen, y entender negro donde han dicho blanco.
En fin ... soy reiterativo, pero parece que solamente cuando la gota cae una y otra vez se forma la estalactita, y que solo cuando la gota cae una y otra vez se perfora la roca.
Estamos ya en una situación muy delicada, en el clima, y en la economía de la sociedad que está relacionada con él.
Hay 60 millones de emigrantes forzosos en el mundo y al menos la mitad de ellos lo es porque en sus países ya no se puede cultivar la tierra.
Los sistemas naturales (y aunque pensemos que no, nuestro sistema social deriva de las condicionantes de la naturaleza) llegan a veces a puntos críticos pasados los cuales se desintegran. El mejor ejemplo es la bomba atómica: Dos fragmentos de uranio enriquecido no explotan. Cuando se unen los dos, (la bomba) se alcanza el valor crítico y la bomba estalla.
La caída del Imperio Romano ocurrió cuando el estado tenía mas gastos que ingresos: Para mantener los gastos se incrementó el número de recaudadores de impuestos, y para proteger a estos, el de soldados, que además eran germánicos: Había que pagar a cada vez más personas que no producían riqueza, sino que la disipaban. El sistema era uno realimentado positivamente y estalló.
Podemos seguir por la vía que sugiere el Sr. Brufau, encargado de Repsol.
O podemos, por una vez en la historia de la humanidad, ser sensatos.
¿Qué elegimos?
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.