La nueva gestión de YPF lanzó un plan de desinversión de activos que tiene a la provincia de Río Negro como primer objetivo. La petrolera le colgó el cartel de venta a tres bloques que posee en esa provincia y también busca desprenderse de otras tres participaciones en yacimientos que no opera.
Según informaron a “Río Negro” desde la petrolera, la idea es poder optimizar los activos desprendiéndose de aquellos que generan más costos operativos pero que quizás puedan ser rentables para una firma más pequeña, con otra escala de negocios.
En este caso, YPF busca vender El Medanito, la segunda área en producción de la compañía en Río Negro, Barranca de los Loros y el Santiagueño, esta última con un interesante prospecto de gas por desarrollar.
Además, buscará dejar sus participaciones en Loma Negra y La Yesera (controladas por Chevron) y Agua Salada, manejada por Tecpetrol.
Por ahora, aclararon de la empresa, la estrategia de desinversión sólo se circunscribe a estas áreas en Río Negro. Sin embargo, no descartaron que el proceso de venta pudiera repetirse en otros bloques de la Cuenca Neuquina o en otras partes del país.
“El 80% del gasto en estas áreas son costos operativos. Hay momentos donde directamente perdemos plata”, señaló un vocero de la empresa a este medio. Indicó que se debe a una cuestión de escala del negocio, ya que son yacimientos que no producen cantidades significativas de crudo.
Sin embargo, en YPF creen que la producción de esos bloques sí puede tentar a pequeñas empresas del sector, algunas de ellas ávidas de entrar al juego petrolero en la región. Por eso ya enviaron propuestas concretas a distintas compañías que operan en el país.
Sobre el monto, por ahora, reina el misterio. De todos modos la caja que podría hacer la compañía con estos activos es poca en relación al volumen de sus operaciones.
Renegociados
Según informaron desde YPF, el gobierno rionegrino está al tanto de la intención de vender y aseguró que seguirá de cerca el proceso. Es que al menos los tres bloques que controla la firma fueron renegociados en 2014 y tienen planes de inversión que deben cumplirse para poder mantener la década que les queda de contrato.
Desde que volvió al Estado, YPF nunca se desprendió de bloques en su totalidad. Sólo lo hizo con las áreas de la zona denominada Dorsal, que entregó a la estatal GyP a modo de pago por su participación en La Amarga Chica, una promisoria área no convencional.
Hasta aquí, las únicas cesiones de derechos habían sido a modo de “farm in”, como se conoce a las sociedades con garantías en el sector. Por ejemplo, el 50% del bloque de Loma Campana se entregó (aunque de un modo indirecto) a Chevron tras la firma del contrato.
La estrategia de desinvertir llega luego de que el presidente Miguel Ángel Gutiérrez anunciara un plan para mejorar la eficiencia de la empresa y achicar los costos.
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