El 29 de Mayo de 1969, Día del Ejército Argentino (no fue
casualidad, fue provocación deliberada), fue secuestrado y asesinado el General
Pedro Eugenio Aramburu, hecho criminal que desencadenó otras muertes (Vandor,
Mor Roig...), en la década del 70. El Dr. Marcelo Sánchez Sorondo fue un
critico implacable de la dictadura cívico militar (1955/1957), también de la
gestada en 1976; fue uno de los pocos políticos, periodistas, que condenó los
fusilamientos del General Juan José Valle y camaradas desde el semanario
"Azul y Blanco" (artículo: "Fusilamiento de Argentinos", 13
de Junio de 1956). No olvidemos que regía la ley marcial... desde el
antiperonismo, nadie se pronunció sobre la violencia entre compatriotas. Sobre
el Aramburu de esos años 70, embarcado en una salida democrática, incluido el
radicalismo, el desarrollismo, el peronismo, conducidos por Balbín, Frondizi,
Solano Lima, Perón; Sánchez Sorondo escribió: "Conocí personalmente al
general Pedro Eugenio Aramburu bastante después de haber cesado el gobierno de
la revolución libertadora. Y cuando, desde ahora poco, frecuenté su trato, me
impresionó el hálito generoso que lo llenaba de un sentimiento parecido a la
nostalgia al considerar cuanto podría haber hecho el Aramburu de 1970 en 1956.
Me había propuesto ofrecerle un ejemplar de este libro, que reproduce duras
críticas a su gestión, en la esperanza de que no rechazaría, por su parte, el
propósito de bien público en que se inspiraron. Su trágica muerte troncha la
integración histórica del personaje, según otras perspectivas; y le devuelve a
su imagen anterior la cual, concientemente, había ya superado en vida."
("Libertades Prestadas. La Argentina del Tiempo Perdido", cuyo
prologo lo escribió el autor, desde la cárcel de Villa Devoto, Noviembre de
1969).
De tal barro, tales tempestades... la sectaria banda
Montoneros se atribuyó el crimen, y fue la hoja de izquierda de la tijera que
dividió a los argentinos. Frustrando la posibilidad del Estado de Derecho, el
Imperio de la Ley, la Democracia, la República durante tres años más. Para
entonces (1973 - 76) la violencia se enseñoreó de las calles del país de los
argentinos. El Leviathan militar, y los endemoniados, habían abierto la caja de
pandora...
"El terrorismo, que sistematizó el crimen político
atribuyéndose una capacidad de redención que elevaba a su cultores a la
condición de héroes de una justicia popular, sirvió de prólogo a los
procedimientos de la llamada "guerra sucia". Como no se pudo hacer
justicia, por la sencilla razón de que no la había, se instrumentó una
represión también salvaje y clandestina que contaminó con el hedor de su
violencia a todo el país; nadie ignoraba los hechos y nadie se responsabilizaba
por ello. Convocado por los genios del exterminio, el ángel de la muerte
desplegó sus alas inmisericordes. ("La Argentina por dentro" de
Marcelo Sánchez Sorondo)
Lo publico, no para mal de nadie, sino para bien de todos.
Olvidar, también es tener memoria. La historia tiene otra llave.
Guillermo, te agradezco este texto. Conocí personalmente y admiré a Marcelo Sánchez Sorondo desde que leía sobre él y sus luchas en mi adolescencia. Más tarde, en la Universidad lo conocí dando charlas a jóvenes católicos nacionalistas en Buenos Aires. Hoy, al leer este recuerdo de su vida y de sus ideales siento nostalgia por el fuego que anidaba en nuestros corazones por entonces... pero también... mucha tristeza y dolor por la destrucción que aquel fuego trajo consigo. Carlos Schulmaister
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