Rocky Balboa está vivo. Sí, vive lógicamente en Sylvester
Stallone, su creador e intérprete, pero tiene vida más allá del actor que lo
acompañará siempre. Su figura posee peso específico en el mundo del boxeo,
inspiró a miles de deportistas a nivel global y atraviesa generaciones enteras.
Tanto es así, que fue nombrado en marzo como campeón honorífico del Consejo
Mundial de Boxeo (CMB) y en Estados Unidos lo respetan igual que se hubiese
ganado el cinturón dentro del ring.Desde que se estrenó el primer film de la
saga en 1979, Rocky es un fenómeno popular que acercó al boxeo a todos los
rincones del mundo a través del cine. Y así lo cree Mauricio Sulaimán,
presidente del CMB, quien diálogo con Clarín y explicó el por qué de la
decisión de otorgarle el título por los 40 años del estreno del film original.
"Nosotros consideramos a Stallone como el máximo
embajador de la historia el boxeo, sólo detrás de Muhammad Ali. Su influencia
positiva hacia el mundo del boxeo fue invaluable. Desde Rocky I hacia Creed le
ha dado una dimensión al boxeo muy diferente a todo", sentenció el
mexicano.
No por simple, la columna argumental que organiza la primera
aventura del "semental italiano" es menos efectiva. Personifica al
"sueño americano", alguien que se alza desde abajo, contra sus
dificultades económicas y carencias sentimentales, para derrotar a un rival
superior al tiempo que encuentra al amor de su vida (Adrianna Pennino,
interpretada por Talia Shire). Todo esto, acompañado de una excelente banda
sonora inolvidable del compositor Bill Conti, fue el combo perfecto que le
valió el premio Oscar a la mejor película. Pero sobre todo instaló un fenómeno
popular invaluable que continúa hasta hoy.
"Él es un campeón. Es miembro del salón de la fama
porque se ganó un lugar entre los mejores del boxeo. Siempre ha puesto en alto
el boxeo en todos los sentidos, Rocky es una personalidad por sí misma",
insistió Sulaimán. "Obviamente todos vimos Rocky uno. Cuando salí del cine
me fui a correr por la calle. Tiene algo único que a uno lo motiva mucho.
Inspiró a millones de personas en todo el mundo. Sin duda alguna consideramos
que es el ícono", estimó el directivo.
El cinturón que le dieron es una pieza tradicional de color
verde y oro, con la particularidad de que las fotos que en él aparecen son los
rivales de sus épicos enfrentamientos: Apollo Creed (Carl Weathers), Clubber
Lang (Mister T), e Ivan Drago (Dolph Lundgren). Además, posee las imágenes de
José Sulaimán (padre de Mauricio, quien dirigió el CMB por 30 años) y Muhammad
Ali.
Este respeto por el personaje/actor, no es solamente
exclusividad de los empresarios, sino que en los deportistas miran la figura de
Rocky (Stallone) como si fuese un par. "Claro que los atletas le tienen un
respeto máximo. Él es un enamorado del boxeo. Le debe todo su éxito a Rocky,
pero siempre quiso ser boxeador y no lo logró. Lo hizo por medio del cine.
Siempre ha tenido empatía con los boxeadores como uno mismo y ellos lo ven como
parte del ambiente", detalló Sulaimán.
Emblema de Filadelfia, Rocky posee una estatua que es uno de
los puntos más visitados de la ciudad. La gente suele corear a Stallone como
Rocky cada vez que acude a un acto en aquel sitio. Otro ejemplo del peso
específico del mítico personaje ocurrió a fines de mayo en la Casa Blanca.
Stallone acudió en calidad de ex campeón junto a Lennox
Lewis y el propio Sulaimán a verlo al presidente de los EE.UU., Donald Trump.
Fue el actor y director el que le pidió al mandatario que indulte de manera
póstuma a Jack Johnson, primer campeón afroamericano de peso pesado, que había
sido condenado a prisión en 1913 por tener una relación con una mujer blanca.
Además, le habían quitado el título.
La saga tendrá próximamente su séptima película, Creed II que
se estrenará el 21 de noviembre. Aunque no se sabe mucho del argumento,
reflotará un viejo contrincante del protagonista de la nota, al ruso Ivan
Drago, cuyo hijo se enfrentaría a su protegido.
Stallone no puede, aunque quizás no quiera, despegarse de su
creación. Es también autor y encarnación de otras grandes construcciones
cinematográficas como Rambo, Halcón o Cobra, pero ninguno le dio la
satisfacción y perduró tanto como el peleador. De hecho, en su cuenta de
Instagram (officialslystallone) muestra y promueve la mitología Rocky en muchos
de sus posteos. Y sí: son inseparables.
La saga Rocky.
La historia del semental italiano fue inspirada en un
peleador real: Chuck Wepner. El "sangrador de Bayonne”, como le decían por
su característica, a los 37 años y con un récord de mediocre a malo (35G, 14P y
2E), logró lo que parecía imposible: fue el segundo hombre que derribó a
Muhammad Ali, aunque luego cayó vía KO. Stallone fue a ver esa pelea en marzo
de 1975 y luego nació Rocky. Años después, Wepner llegó a un acuerdo con el
director para callar y no reclamar nunca más.
Rocky (1976)
La suerte le da un guiño a un peleador casi amateur de
Filadelfia que trabajaba de matón con culpa y tiene la chance de enfrentarse al
campeón indiscutido, Apollo Creed. En el medio se enamora de Adrianna, hermano
de su amigo alcohólico Paulie (Burt Young).
Rocky II (1979)
La revancha con Creed, enojado porque su rival había llegado
al final de la pelea de pie, se ve empañada por los problemas de salud de
Adrianne tras dar a luz a su hijo. La mujer despierta y el peleador da el golpe
en un épico final de combate.
Rocky III (1982)
Con las mieles de la fama y el dinero, Rocky se olvida de
sus bases y pierde el "hambre" que lo caracterizó. Cae contra Clubber
Lang y, para colmo, pierde a su mentor Mickey Goldmill (Burgess Meredith).
Apollo lo entrena y moldea para recuperar el título.
Rocky Balboa está vivo. Sí, vive lógicamente en Sylvester
Stallone, su creador e intérprete, pero tiene vida más allá del actor que lo
acompañará siempre. Su figura posee peso específico en el mundo del boxeo,
inspiró a miles de deportistas a nivel global y atraviesa generaciones enteras.
Tanto es así, que fue nombrado en marzo como campeón honorífico del Consejo
Mundial de Boxeo (CMB) y en Estados Unidos lo respetan igual que se hubiese
ganado el cinturón dentro del ring.
Desde que se estrenó el primer film de la saga en 1979,
Rocky es un fenómeno popular que acercó al boxeo a todos los rincones del mundo
a través del cine. Y así lo cree Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, quien
diálogo con Clarín y explicó el por qué de la decisión de otorgarle el título
por los 40 años del estreno del film original.
"Nosotros consideramos a Stallone como el máximo
embajador de la historia el boxeo, sólo detrás de Muhammad Ali. Su influencia
positiva hacia el mundo del boxeo fue invaluable. Desde Rocky I hacia Creed le
ha dado una dimensión al boxeo muy diferente a todo", sentenció el
mexicano.
No por simple, la columna argumental que organiza la primera
aventura del "semental italiano" es menos efectiva. Personifica al
"sueño americano", alguien que se alza desde abajo, contra sus
dificultades económicas y carencias sentimentales, para derrotar a un rival
superior al tiempo que encuentra al amor de su vida (Adrianna Pennino,
interpretada por Talia Shire). Todo esto, acompañado de una excelente banda
sonora inolvidable del compositor Bill Conti, fue el combo perfecto que le
valió el premio Oscar a la mejor película. Pero sobre todo instaló un fenómeno
popular invaluable que continúa hasta hoy.
"Él es un campeón. Es miembro del salón de la fama
porque se ganó un lugar entre los mejores del boxeo. Siempre ha puesto en alto
el boxeo en todos los sentidos, Rocky es una personalidad por sí misma",
insistió Sulaimán. "Obviamente todos vimos Rocky uno. Cuando salí del cine
me fui a correr por la calle. Tiene algo único que a uno lo motiva mucho.
Inspiró a millones de personas en todo el mundo. Sin duda alguna consideramos
que es el ícono", estimó el directivo.
El cinturón que le dieron es una pieza tradicional de color
verde y oro, con la particularidad de que las fotos que en él aparecen son los
rivales de sus épicos enfrentamientos: Apollo Creed (Carl Weathers), Clubber
Lang (Mister T), e Ivan Drago (Dolph Lundgren). Además, posee las imágenes de
José Sulaimán (padre de Mauricio, quien dirigió el CMB por 30 años) y Muhammad
Ali.
Donald Trump le otorgó el perdón póstumo a Jack Johnson, por
pedido de Sylvester Stallone. En la Casa Blanca lo acompaña Lenox Lewis. (Bloomberg)
Donald Trump le otorgó el perdón póstumo a Jack Johnson, por
pedido de Sylvester Stallone. En la Casa Blanca lo acompaña Lenox Lewis.
(Bloomberg)
Este respeto por el personaje/actor, no es solamente
exclusividad de los empresarios, sino que en los deportistas miran la figura de
Rocky (Stallone) como si fuese un par. "Claro que los atletas le tienen un
respeto máximo. Él es un enamorado del boxeo. Le debe todo su éxito a Rocky,
pero siempre quiso ser boxeador y no lo logró. Lo hizo por medio del cine.
Siempre ha tenido empatía con los boxeadores como uno mismo y ellos lo ven como
parte del ambiente", detalló Sulaimán.
Emblema de Filadelfia, Rocky posee una estatua que es uno de
los puntos más visitados de la ciudad. La gente suele corear a Stallone como
Rocky cada vez que acude a un acto en aquel sitio. Otro ejemplo del peso
específico del mítico personaje ocurrió a fines de mayo en la Casa Blanca.
Stallone acudió en calidad de ex campeón junto a Lennox
Lewis y el propio Sulaimán a verlo al presidente de los EE.UU., Donald Trump.
Fue el actor y director el que le pidió al mandatario que indulte de manera
póstuma a Jack Johnson, primer campeón afroamericano de peso pesado, que había
sido condenado a prisión en 1913 por tener una relación con una mujer blanca.
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reflotará un viejo contrincante del protagonista de la nota, al ruso Ivan
Drago, cuyo hijo se enfrentaría a su protegido.
Stallone no puede, aunque quizás no quiera, despegarse de su
creación. Es también autor y encarnación de otras grandes construcciones
cinematográficas como Rambo, Halcón o Cobra, pero ninguno le dio la
satisfacción y perduró tanto como el peleador. De hecho, en su cuenta de
Instagram (officialslystallone) muestra y promueve la mitología Rocky en muchos
de sus posteos. Y sí: son inseparables.
La saga Rocky.
La historia del semental italiano fue inspirada en un
peleador real: Chuck Wepner. El "sangrador de Bayonne”, como le decían por
su característica, a los 37 años y con un récord de mediocre a malo (35G, 14P y
2E), logró lo que parecía imposible: fue el segundo hombre que derribó a
Muhammad Ali, aunque luego cayó vía KO. Stallone fue a ver esa pelea en marzo
de 1975 y luego nació Rocky. Años después, Wepner llegó a un acuerdo con el
director para callar y no reclamar nunca más.
Rocky (1976)
La suerte le da un guiño a un peleador casi amateur de
Filadelfia que trabajaba de matón con culpa y tiene la chance de enfrentarse al
campeón indiscutido, Apollo Creed. En el medio se enamora de Adrianna, hermano
de su amigo alcohólico Paulie (Burt Young).
Rocky II (1979)
La revancha con Creed, enojado porque su rival había llegado
al final de la pelea de pie, se ve empañada por los problemas de salud de
Adrianne tras dar a luz a su hijo. La mujer despierta y el peleador da el golpe
en un épico final de combate.
Rocky III (1982)
Con las mieles de la fama y el dinero, Rocky se olvida de
sus bases y pierde el "hambre" que lo caracterizó. Cae contra Clubber
Lang y, para colmo, pierde a su mentor Mickey Goldmill (Burgess Meredith).
Apollo lo entrena y moldea para recuperar el título.
Rocky IV (1985)
En plena Guerra Fría, la película es un ícono de aquella
época. El ruso Ivan Drago se muestra como una máquina sin sentimientos al matar
en el ring a Apollo, que había subestimado a su rival. Rocky busca revancha en
la fría Unión Soviética, donde un montaje paralelo entre los entrenamientos de
ambos muestra la "naturalidad" del norteamericano frente a la
tecnología y el dóping ruso.
Rocky V (1990)
Ya retirado y en la ruina económica, Rocky se reencuentra
con el boxeo desde otro ángulo: entrena a la joven promesa Tommy Gunn (Tommy
Morrison). Pero este prefiere cambiar de representante y, ante el desprecio
popular que genera su figura a la sombra de Rocky, decide enfrentarlo. Todo se
decide en una pelea callejera.
Rocky Balboa (2006)
Tras varios años de retiro, Adrianne murió, Rocky tiene una
relación distante con su hijo y vive de un restaurant que abrió en su ciudad
natal. El actual campeón de los pesados, el joven Mason Dixon (Antonio Tarver),
no es querido por el público y para ganar popularidad sus agentes le proponen
un choque contra Balboa. Entrenado por Duke Evers (Tony Burton), Rocky acepta.
Creed (2015)
Se suma una baja a la saga: Paulie. Rocky, más viejo y
enfermo, vuelve al boxeo para entrenar a su "sobrino", Adonis Creed(Michael
B. Jordan), hijo no reconocido de Apollo, que lleva el talento y amor al boxeo
en sus genes. Consigue una pelea por el título frente a Ricky Conlan (Tony
Bellew). La actuación le valió a Stallone la candidatura a mejor actor
secundario.
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