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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, agosto 27, 2018

La profecía del último Papa: ¿Fin de la Iglesia?


La profecía del último Papa: ¿Fin de la Iglesia?
Cuando el último Papa italiano (Juan Pablo I) fue electo un 26 de agosto de 1978, pocos hubiesen imaginado que el fin de la Iglesia Católica estaría muy cerca.

Hay que regresar al Siglo XII, cuando San Malaquías, un arzobispo irlandés, escribió una profecía sobre los Papas, en la que enumeró con frases en latín a los 112 Pontífices que gobernarían la Iglesia Católica desde Celestino II hasta nuestros tiempos. El texto indicaba que después del Papa 111, que a todas luces correspondió con Benedicto XVI, llegaría uno que transformaría el rumbo de la Iglesia Apostólica Romana.

Señales del cielo.
La noche del 11 de febrero del 2013, cuando Benedicto XVI renunció, un rayo golpeó la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Algunos lo vieron como una premonición de las Profecías de San Malaquías, quien terminó su lista con el número 112 que correspondería a “Pedro el Romano”.
“Pedro el Romano, reinará en la última persecución de la Santa Iglesia Católica. Desplazará su rebaño entre muchas tribulaciones. Después, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el Todopoderoso Juez vendrá a juzgar a la gente”, escribió.

Numerológicamente hay datos interesantes. Si juntamos el ’11’ con el ‘2’, relacionado con al día y mes que renunció Benedicto XVI, nos da 112, es decir, lo que sería la llegada del último Papa.

También los dos antecesores de Benedicto XVI estuvieron alineados con las señales del cielo y las profecías de San Malaquías.

Juan Pablo II, nació unas horas después de darse un Eclipse de Sol. También el día de su funeral (8 de abril del 2005) hubo un Eclipse total de Sol en Aries, curiosamente el signo del Papa Benedicto XVI quien lo beatifica. Dos días después de su canonización, el 27 de abril del 2014, se da el último Eclipse de Sol en Tauro, donde Juan Pablo II tenía su signo solar. El lema elegido por Malaquías para Juan  Pablo II era “De labore Solís” (trabajo del Sol) muy asociado con los eclipses.

Otro Papa conectado con las energías del cielo fue Juan Pablo I: Albino Luciani, cuyo nombre significa luz blanca (la luz de la luna).  El día que fue ordenado como Papa había en el cielo una luna menguante (media luna) igual que el día de su muerte.  San Malaquías en sus profecías anunció su llegada con el aforismo “De medietate lunae” haciendo referencia a un pontificado breve que duró sólo 33 días. Poco antes de su nacimiento y unos días después de su muerte, el cielo de Italia se oscureció debido a eclipses lunares.
El último Papa
En las profecías de San Malaquías, el Papa 112 correspondería a “Pedro el Romano”. El Papa Francisco I escogió el anillo del pescador del apóstol Pedro. Jorge Mario Bergoglio es hijo de padres italianos, y cuando fue elegido Papa asumió el nombre de San Francisco de Asís, un sacerdote italiano cuyo apelativo original era Francesco di Pietro (Pedro) di Bernardone, “Pedro el Romano”. Además, San Francisco de Asís es El Patrono de Roma.

Curiosidades o no, de algo estamos claros: el Papa Francisco está buscando que no muera una institución que tiene dos milenios de vida a través de reformas. Pero no le será fácil, ya que está enfrentando escándalos desde el lavado de dinero, malversación de fondos, drogas, prostitución, curas homosexuales, pederastas. Todo ello para desprestigiar aún más a la Iglesia Católica y poner a temblar al Vaticano.

¿Será por esto que el actual sumo Pontífice finaliza sus mensajes diciendo “recen por mí”?

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