La profecía del último Papa: ¿Fin de la Iglesia?
Cuando el último Papa italiano (Juan Pablo I) fue electo un
26 de agosto de 1978, pocos hubiesen imaginado que el fin de la Iglesia
Católica estaría muy cerca.
Hay que regresar al Siglo XII, cuando San Malaquías, un
arzobispo irlandés, escribió una profecía sobre los Papas, en la que enumeró
con frases en latín a los 112 Pontífices que gobernarían la Iglesia Católica
desde Celestino II hasta nuestros tiempos. El texto indicaba que después del
Papa 111, que a todas luces correspondió con Benedicto XVI, llegaría uno que
transformaría el rumbo de la Iglesia Apostólica Romana.
Señales del cielo.
La noche del 11 de febrero del 2013, cuando Benedicto XVI
renunció, un rayo golpeó la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Algunos lo
vieron como una premonición de las Profecías de San Malaquías, quien terminó su
lista con el número 112 que correspondería a “Pedro el Romano”.
“Pedro el Romano, reinará en la última persecución de la
Santa Iglesia Católica. Desplazará su rebaño entre muchas tribulaciones.
Después, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida y el Todopoderoso
Juez vendrá a juzgar a la gente”, escribió.
Numerológicamente hay datos interesantes. Si juntamos el
’11’ con el ‘2’, relacionado con al día y mes que renunció Benedicto XVI, nos
da 112, es decir, lo que sería la llegada del último Papa.
También los dos antecesores de Benedicto XVI estuvieron
alineados con las señales del cielo y las profecías de San Malaquías.
Juan Pablo II, nació unas horas después de darse un Eclipse
de Sol. También el día de su funeral (8 de abril del 2005) hubo un Eclipse
total de Sol en Aries, curiosamente el signo del Papa Benedicto XVI quien lo
beatifica. Dos días después de su canonización, el 27 de abril del 2014, se da
el último Eclipse de Sol en Tauro, donde Juan Pablo II tenía su signo solar. El
lema elegido por Malaquías para Juan
Pablo II era “De labore Solís” (trabajo del Sol) muy asociado con los
eclipses.
Otro Papa conectado con las energías del cielo fue Juan
Pablo I: Albino Luciani, cuyo nombre significa luz blanca (la luz de la
luna). El día que fue ordenado como Papa
había en el cielo una luna menguante (media luna) igual que el día de su
muerte. San Malaquías en sus profecías
anunció su llegada con el aforismo “De medietate lunae” haciendo referencia a
un pontificado breve que duró sólo 33 días. Poco antes de su nacimiento y unos
días después de su muerte, el cielo de Italia se oscureció debido a eclipses
lunares.
El último Papa
En las profecías de San Malaquías, el Papa 112
correspondería a “Pedro el Romano”. El Papa Francisco I escogió el anillo del
pescador del apóstol Pedro. Jorge Mario Bergoglio es hijo de padres italianos,
y cuando fue elegido Papa asumió el nombre de San Francisco de Asís, un sacerdote
italiano cuyo apelativo original era Francesco di Pietro (Pedro) di Bernardone,
“Pedro el Romano”. Además, San Francisco de Asís es El Patrono de Roma.
Curiosidades o no, de algo estamos claros: el Papa Francisco
está buscando que no muera una institución que tiene dos milenios de vida a
través de reformas. Pero no le será fácil, ya que está enfrentando escándalos
desde el lavado de dinero, malversación de fondos, drogas, prostitución, curas
homosexuales, pederastas. Todo ello para desprestigiar aún más a la Iglesia
Católica y poner a temblar al Vaticano.
¿Será por esto que el actual sumo Pontífice finaliza sus
mensajes diciendo “recen por mí”?
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