Al rescate de la mojarra desnuda: así trabajan para evitar su extinción.
Solo habita la cabecera del arroyo Valcheta en los alrededores del paraje Chipauquil, en la Línea Sur rionegrina. Acorralada por la trucha e invadida por un feroz competidor, un grupo de biólogos, guardas ambientales y técnicos de la Secretaría de Ambiente provincial se propusieron salvarla. Dos de ellos cuentan aquí esta historia que transcurre en el Área Natural Protegida Meseta de Somuncura.
La modificación de los ambientes naturales debido a las actividades humanas ha generado la extinción de muchas especies y ha puesto en jaque la supervivencia de muchas otras. Una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel global es la introducción de especies exóticas invasoras. Entre ellas, las especies invasoras de ambientes acuáticos afectan la supervivencia de peces y anfibios nativos, estos dos grupos se encuentran entre los vertebrados más amenazados a nivel mundial.
En Argentina hay más de 500 especies de peces de agua dulce, la mayor biodiversidad la encontramos en el norte del país en la cuenca parano-platense. Cada año se descubren nuevas especies y poco se sabe de muchas de ellas, algunas posiblemente en grave riesgo de extinción sin que nos demos cuenta, muchas quizás ya extintas sin haberlas conocido, debido a que las introducciones de peces exóticos en la mayoría de las cuencas ocurrieron antes de tener conocimiento de su ictiofauna nativa.
Una especie muy particular
Uno de los peces más singulares del país es la mojarra desnuda, considerada “Pez Emblema” de la ictiología Argentina y Monumento Natural de la provincia de Río Negro. Sus particularidades le han dado cierta fama también a nivel mundial. Se trata del único pez endémico de la Patagonia árida, y vive en un área muy reducida en la cabecera del arroyo Valcheta en el Área Natural Protegida Meseta de Somuncura. La región de Somuncura presenta características únicas y es considerada como un área de biodiversidad sobresaliente en la estepa patagónica, y por lo tanto, de alto valor de conservación. La cuenca alta del arroyo Valcheta conforma el sector de mayor valor faunístico de la meseta.
Si bien el aspecto de la mojarra desnuda es verde musgo con reflejos dorados,
suelen observarse individuos casi negros y algunos también blancos. Los juveniles
aun conservan las escamas, mientras que en el adulto son reabsorbidas. El adulto puede llegar a medir hasta 10 cm de longitud. Fotos de Hernán Povedano y Sofía Quiroga - Diario Río Negro.
Este arroyo no se conecta con otros ríos ni desemboca en el mar, sino que muere en una laguna, por ello la mojarra desnuda permaneció aislada de otros peces, siendo por milenios el único pez de la cuenca del Valcheta. A raíz de su aislamiento, no tuvo que defenderse del ataque de peces depredadores y se cree que por ello perdió sus escamas, de allí su nombre de “desnuda”. Otra particularidad radica en su hábitat, las cálidas y cristalinas aguas de los manantiales termales que dan origen al arroyo Valcheta. Sus aguas surgen entre rocas volcánicas a 26 grados y poco a poco se van enfriando. La mojarra desnuda se encuentra asociada a las nacientes cálidas y en tramos de arroyo hasta los 17 grados aproximadamente, límite inferior que toleraría la especie para desarrollar su ciclo de vida.
Se trata de un pez pequeño de cuerpo robusto, los mayores ejemplares observados rondan los 10 cm de longitud. La coloración es verde musgo con reflejos dorados. Vive en cardúmenes de cientos de ejemplares que nadan activamente contra la corriente mientras mordisquean las rocas arrancando algas incrustadas.
En su estadío juvenil (que aún presenta escamas) se alimenta de insectos pequeños, como larvas de mosquitos.
Primera alertas.
En el mundo, los hábitats de agua dulce están siendo sometidos a niveles sin precedentes de perturbación humana, y el arroyo Valcheta no es una excepción. Varias actividades antrópicas desarrolladas en este arroyo representan serias amenazas para la vida silvestre. La introducción de peces exóticos es muy grave en ambientes que han estado históricamente aislados por barreras geográficas, y este es el caso del Valcheta. Por tal razón, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ha categorizado a la Mojarra Desnuda en Peligro de Extinción, identificando la presencia de los peces exóticos como el principal desafío para su conservación.
La tranquilidad de la mojarra desnuda se vio interrumpida cerca del año 1930 cuando comenzaron las primeras introducciones de salmónidos en el arroyo Valcheta: las truchas fueron apropiándose del lugar y avanzando sobre la cuenca alta. Si bien no se sabe a ciencia cierta cómo fue el proceso de colonización, para la década del 90 ya no quedaban mojarras desnudas en buena parte de sus territorios ancestrales debido a la feroz depredación por parte de las truchas. A pesar de ello la especie resistió en las nacientes donde la trucha no pudo establecerse, en algunos sectores por las altas temperaturas del agua y en otros por la presencia de saltos naturales que funcionaron como barreras. La mojarra sobrevivió manteniendo poblaciones aisladas en esas nacientes termales. Esta situación, si bien no la llevó a la extinción, generó aislamiento de sus poblaciones. Pero la historia pondría en jaque a la mojarra por otra causa y el riesgo de extinción se volvió algo más real y palpable.
Por el año 2012, un grupo de técnicos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia junto a investigadores del CONICET, comenzaron a realizar monitoreos en el área para conocer el estado de las poblaciones de la mojarra y se encontraron con una sorpresa: un pequeño pez foráneo conviviendo con la mojarra desnuda. Se capturaron algunos ejemplares para ser identificados por ictiólogos de la Universidad Nacional de La Plata, resultando pertenecer a la especie Cheirodon interruptus, vulgarmente mojarra plateada. Este pez típico de las lagunas pampeanas es usado como carnada viva, por lo que pudo haber sido liberado en el arroyo por pescadores luego de una jornada de pesca. Si bien al inicio se trataba de pocos ejemplares, con el pasar de los años se tomó registro de su avance y para el año 2016 ya había alcanzado toda la cuenca, incluso las nacientes más apartadas que otrora eran dominio exclusivo de la mojarra desnuda.
El arroyo Valcheta o conocido en sus nacientes como arroyo Chipauquil, nace de numerosos manantiales termales en los que el agua brota entre rocas volcánicas a una temperatura de entre 20 y 26 grados centígrados. Los primeros kilómetros de arroyo se caracterizan por su belleza inigualable y por ser hogar de las especies endémicas, estos son los principales sitios que tenemos que proteger.
Este nuevo pez hallado en el arroyo no es nativo de la Patagonia; fue introducido en algunos ríos y luego llegó al Valcheta tras una suelta deliberada. Su presencia en el arroyo alertó de inmediato a investigadores y conservacionistas, ya que con certeza sería un potente competidor, debido a que se trata de un pez muy plástico, adaptable y de gran capacidad reproductiva, además está estrechamente emparentada filogenéticamente con la mojarra desnuda. Esta especie podía representar una gran amenaza, no solo por competencia si no también por la probabilidad de transferencia de parásitos y enfermedades. Si eligiéramos adrede un pez que podría dañar seriamente a la desnuda, sin dudas la plateada ocuparía los primeros lugares de la lista.
Tras años de estudios y monitoreos se concluyó que era inminente tomar cartas en el asunto para revertir la situación. Durante los censos subacuáticos fueron observadas grandes densidades de mojarra plateada, incluso en aquellos sectores que habían permanecido libres de truchas y eran considerados santuarios para la mojarra desnuda. La situación se agravó y mucho antes de lo esperado, detectándose en un sector del arroyo una extraña mortandad de ambas mojarras, que tras los estudios pertinentes se comprobó que fue producto de un parásito de peces habitualmente hallado en la plateada.
La mojarra desnuda enfrenta hoy a un competidor muy eficaz, adaptado a competir con otros peces, lo que representa una condena a muerte en el mediano plazo, no solo por competencia si no por la posibilidad de predación de sus huevos y larvas, y por la comprobada transmisión de enfermedades. Así como de la mano del hombre llegó el problema también en manos del hombre está una posible solución, lo que implica un arduo trabajo en campo, investigación y la consolidación de un equipo comprometido a trabajar a largo plazo en un terreno de difícil acceso y en disciplinas en las que, si bien existe experiencia en otros países, hay poca en nuestro país.
Dada la urgencia del problema la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia e investigadores de la Iniciativa Meseta Salvaje (agrupación de biólogos que trabajan por la conservación de las especies en peligro de extinción de la Meseta de Somuncura) conformaron un grupo interdisciplinario de investigadores de distintas universidades e instituciones, en el que participan profesionales de la Universidad de La Plata, Universidad de Río Negro, Universidad del Comahue, de la Dirección Nacional de Gestión Ambiental del Agua y Ecosistemas Acuáticos, del Ministerio de Pesca de la provincia, del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni, y técnicos y guardas ambientales de la provincia, para elaborar un plan de acción y tomar medidas en el terreno que permitan la protección y recuperación de la especie. El grupo cuenta además con el asesoramiento de especialistas extranjeros como el biólogo australiano Dr. Mark Lintermans, de gran experiencia en el manejo de peces exóticos.
Al rescate.n
La mayoría de los países del primer mundo cuentan con trayectoria en las disciplinas emergentes que surgieron entre otras cosas para contrarrestar malas decisiones y acciones del hombre. Entre ellas se destacan el Manejo Adaptativo, la Restauración del Hábitat y el Rewilding, etc. Antecedentes en países como Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica, con los que compartimos una historia evolutiva, resultan útiles para aprender de sus intervenciones. Por caso, al sureste de Australia, un equipo interdisciplinario liderado por el gobierno del estado de Victoria alcanzó la erradicación de salmónidos exóticos en 20 km de arroyo para recuperar el hábitat y proteger a sus Galaxias, peces hermanos de nuestros puyenes cordilleranos.
El grupo de trabajo del “Proyecto de Conservación de la Mojarra Desnuda”, elaboró un documento preliminar directriz de las acciones a llevar adelante en campo, así como una serie de estudios previos con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI), y poco a poco están siendo ejecutadas en el Área con la participación fundamental de los guardas ambientales y la colaboración de las Familias del Paraje Chipauquil.
Las acciones están enmarcadas en la disciplina del Manejo Adaptativo, en la cual no se espera a tener total conocimiento de la respuesta del sistema antes de actuar, sino que se actúa de manera precautoria y bajo un diseño que permite que los resultados vayan mostrando el camino y respondiendo incertidumbres.
Las primeras medidas de conservación fueron asegurar la protección de aquellos sitios en los que la mojarra desnuda no comparte el hábitat con los peces exóticos, por medio de la reducción de otras amenazas actuando en esos sectores, como lo es el pisoteo excesivo del ganado. Se comenzaron a restaurar estos hábitats creando santuarios para la especie mediante clausuras para impedir el ingreso del ganado y facilitar la recuperación de la vegetación autóctona. El segundo paso consistió en ganar hábitat para la mojarra desnuda y también para la rana del Valcheta, para lo cual se comenzó con la delimitación de Unidades de Manejo de peces exóticos, reforzando y dando más altura a pequeños saltos preexistentes en el arroyo para impedir el avance de los invasores desde aguas abajo. En estos pequeños y aislados tramos de arroyo se están poniendo a prueba distintos métodos de remoción de peces a fin de conseguir aquellos más efectivos para alcanzar la erradicación, al menos en esos tramos.
Actualmente respiramos con cierto alivio al ver el éxito de nuestras acciones, ya se han reforzado varios saltos que impiden el avance de la trucha y la mojarra plateada y se ha comenzado con las tareas de control y erradicación de estos peces exóticos aguas arriba de estas barreras. A su vez se concretaron importantes clausuras para el ganado en sitios sensibles que albergan núcleos poblacionales claves para la especie.
Todo este trabajo debe continuar y queda mucho por hacer, y se requiere del apoyo de todos los rionegrinos. Dar a conocer la problemática y las acciones que están siendo desarrolladas en el arroyo es algo fundamental, no solo para prevenir futuras siembras de peces, si no también para permitir la sustentabilidad a largo plazo de este proyecto mediante el apoyo social y la toma de conciencia.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 5 de octubre de 2019.
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