Familias bolivianas
producen el 80% de verduras en Río Negro.
Las hortalizas que se consumen aquí tienen ese origen. Las colectividades distribuidas en la provincia manejan todo el circuito de la producción hortícola. Arriendan cada temporada tierras donde cayó la fruticultura, a cambio de pago o porcentaje de cosecha.
Desde hace dos décadas, las hortalizas que consumen a diario los rionegrinos son generadas por el trabajo de la colectividad boliviana. El 80% de las verduras tienen ese origen productivo en la provincia, indicó el cónsul de Bolivia, Néstor Condorí, un dato que es avalado por organismos y sectores vinculados a la producción.
Con una organización caracterizada por fuertes vínculos familiares, los bolivianos trabajan en forma metódica en pequeños, medianos y emprendimientos más grandes, en el último caso, ligados a la exportación de cebolla al Brasil.
En general, ocupan superficies que deja la fruticultura. Alquilan a un valor de entre $10.000 y 15.000 la hectárea o pagan con cosecha: 300 ó 400 bolsas de cebollas, ya que en promedio su productividad es de 1.500 a 2.000 bolsas en ese espacio.
Pero no todo es verduras. Muchos apuntan hacia otros horizontes. Se expandieron hacia la albañilería, tiendas de ropa económica y labores en fruticultura.
Los cambios de rubro laboral están atados a los vaivenes de la economía y la devaluación. En Río Negro se radicaron unas 6.000 familias de bolivianos, de acuerdo al registro del consulado en Viedma. Muchas no tienen domicilio fijo, van trasladándose como golondrinas por distintos puntos de la provincia y trabajando en las temporadas. La estacionalidad en la región brinda cinco meses de trabajo en horticultura, luego buscan otros empleos.
Toda la producción (excepto la cebolla, que se exporta en un 90% de su volumen) se comercializa en el mercado local. Los productos regionales compiten en calidad y costos con las verduras que llegan desde el norte del país.
En Río Colorado son algo más de 150 familias bolivianas las que trabajan cerca de 1.000 hectáreas, en su gran mayoría alquiladas por temporada. La superficie representa el 40% del área productiva. Allí desarrollan distintos cultivos hortícolas.
Son las propias familias las que realizan todo el circuito productivo, que culmina con la venta en comercios, verdulerías propias o en los puestos de la feria “Nehuen” cada fin de semana.
La ingeniera agrónoma Pilar Muñiz, que asesora a los productores, estimó que en las últimas temporadas se generaron un promedio de 10 millones de kilos de verduras y algunos frutos.
La producción de cebolla es el cultivo más grande y se produce en Río Colorado, Conesa, Valle Medio, Valle Inferior y otros puntos de la provincia. Es exportada en su mayoría al mercado brasileño. En la zona se vende toda la producción de zapallos, zanahorias, morrones, tomates, lechugas, acelga, papas, maíz, berenjena, chaucha, sandía y melón, entre otros productos.
Pilar Muñiz, ingeniera agrónoma de la Cámara de Productores de Río Colorado, asesora técnicamente a un centenar de horticultores de la comunidad boliviana en Río Colorado.
“Llegan a estas tierras desde hace dos décadas, traen las características de la cultura de su país. Son fuertes en cebollas y papas, que es donde se sienten más cómodos. Con el tiempo comenzaron a incursionar directamente en la horticultura, que no estaba siendo tan explotada en toda nuestra región. Se fueron asesorando, vieron el hueco y con muchas horas de trabajo se instalaron como los principales impulsores de la horticultura”, explicó.
Las familias bolivianas deben competir con economías de escala. “Acá se pueden hacer muy buenos melones o sandias, pero esos productos llegan del norte a un precio mucho más bajo y te rompe toda la producción, porque en momentos difíciles la gente busca precios”, añadió la profesional.
Sostuvo que “sería bueno que se implemente y se apuntale con distintas políticas el compre local para fomentar y cuidar a todas las producciones de Río Colorado, porque aquí el consumidor puede saber qué es lo que está comiendo porque sabe dónde se produce.”
Muñiz concluyó que más allá del esfuerzo de las familias bolivianas en la producción, falta mucho por cubrir en Río Colorado y en la provincia para consolidar la horticultura.
Publicado en Diario "Río Negro", 21 de octubre de 2019.
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