El perro que protege a las ovejas de los pumas y zorros.
Una experiencia que se puso en marcha en Valcheta está dando
buenos resultados. Los perros de dos razas específicas lograron auyentar a
depredadores. Quieren frenar las enormes pérdidas.
Pequeños productores de la zona de Valcheta comenzaron a
incorporar perros protectores, de las razas Maremano y Montaña del Pirineo,
para intentar frenar el dañino accionar de los depredadores sobre las majadas.
En los últimos años, la proliferación del zorro colorado y,
principalmente del puma, vienen causando pérdidas millonarias en la producción
ovina, caprina y bovina y acorralando a los productores.
La presencia de este tipo de depredadores se viene
registrando cada vez más, desde el centro hacia el este de la Región Sur
rionegrina, zona ubicada entre Los Menucos y Valcheta. En base a experiencias
con resultados muy positivos en otras partes de la provincia, los productores
comenzaron a introducir perros protectores para cuidar sus majadas.
“Es la última esperanza que tiene el productor para poder
seguir protegiendo sus ovejas, chivas y también los vacunos, porque la
depredación es tan grande que cada vez tiene menos animales. Nuestra zona viene
siendo muy afectada por el puma y es algo que desvela a los productores.
Mientras en otras regiones de la provincia el stock ovino se incrementa, en
Valcheta disminuye”, afirmó la ingeniera agrónoma Miriam López, quien trabaja
en la zona como técnica del Programa Regional Ganadero que lleva adelante el
Ente de Desarrollo de la Región Sur y asesora a la Cooperativa La Amistad,
conformada por unos 90 pequeños productores.
La profesional detalló que a partir de experiencias que
vienen arrojando buenos resultados en otras partes de la provincia, los
productores comenzaron a interesarse por los perros.
En abril, referentes de Inta, Ente de la Región Sur,
Ministerio de Producción de la provincia, Ley Ovina y universidades de La Plata
y Del Sur, compartieron con los productores una jornada de capacitación sobre
el manejo y el cuidado de los perros protectores y en mayo, a través de la
Cooperativa La Amistad, se adquirieron los primeros canes.
En agosto llegó otra camada, completando un total de 13
perros que fueron distribuidos en campos de la zona de Valcheta. “De alguna
manera fue un punto de inflexión para el productor. Desde distintas
organizaciones veníamos trabajando este proyecto de hace varios años. Pero, la
jornada que hicimos en el campo de Gustavo Urcera, en San Antonio, les permitió
ver a nuestros productores cómo trabajan estos perros y los resultados. Y saber
que se puede combatir a los depredadores sin la necesidad de utilizar métodos
letales. En dos años, Urcera ha podido frenar el avance del puma”, agregó.
Si bien es muy temprano para realizar evaluaciones precisas,
los productores de Valcheta que han incorporado los primeros perros, admiten
que el accionar de los canes está arrojando un resultado positivo, al señalar
que “se nota menos la presencia del puma” en la zona.
Un perro de las características indicadas para cuidar las
majadas cuesta en el Inta unos 30.000 pesos, en un criadero particular $40.000.
López agregó que a partir de estas experiencias, se ha
incrementado notablemente la demanda de perros por parte de los productores y
no hay oferta. Aclaró que no es conveniente para el productor incorporar perros
protectores sin antes capacitarse sobre el manejo y el accionar de estos canes
y saber de dónde provienen.
Las distintas instituciones acordaron acentuar el trabajo en
la zona de Valcheta con el objetivo de brindar a los productores las
herramientas necesarias de capacitación, financiamiento y trabajo a campo, para
poder frenar el accionar de los depredadores con la mayor celeridad posible.
“Llegaron los perros y desaparecieron los pumas”.
En el 2013, el INTA Bariloche introdujo los primeros perros
protectores en al campo experimental que la institución tiene en la zona de
Pilcaniyeu Viejo. Comenzó con una pareja de perros de la raza Maremano, donada
por un criador chileno. Luego adquirió otra pareja, pero de la raza Montaña del
Pirineo y comenzó con el criadero para proveer a los productores.
En forma paralela también incorporaron perros dos
productores, de Pilcaniyeu y Comallo. La ingeniera agrónoma Franca Bidinost,
del programa de manejo de la depredación que lleva adelante la Agencia
Extensión Rural de INTA Bariloche, admitió que desde que los productores
comenzaron a utilizar los perros como herramienta para combatir la depredación,
los resultados son muy positivos.
“Los productores nos dicen que desde que incorporaron los
perros, no vieron más pumas. En Valcheta tenemos muchas expectativas”.
Estos perros son territoriales y muy dominantes y se
encuentran en las majadas como una oveja más creando a su alrededor una zona de
seguridad. Ante cualquier indicio de peligro su reacción es ladrar a la vez se
interpone entre la potencial amenaza y el rebaño. Su tamaño y sus ladridos son
suficientes en la mayoría de los casos para disuadir a los potenciales enemigos
pero, si no es así, puede llegar al enfrentamiento.
“Desde que nace, el perro está junto a su madre junto a las
ovejas. Es un proceso de crianza y socialización que dura unos 4 meses y
después se los castra y está listo para ir al campo. El contacto con el humano es
casi nulo. Y dentro de la majada, es como una oveja más”, detalló Bidinost.
La profesional agrego que si bien las experiencias son muy
buenas y actualmente la demanda de perros supera ampliamente la oferta, se
busca actuar en forma prudente y organizada para lograr la mayor eficiencia
posible.
Las tres razas de perros pastores de ovejas más utilizadas
son Maremano –blancos-, Montaña del Pirineo –blancos con manchas grises- y
Mastín del Pirineo –blancos con manchas negras-. “Tienen temperamentos distintos,
pero todos cumplen la misma función” añadió.
Los animales jóvenes son los preferidos del zorro colorado,
Según el INTA, algunos estudios realizados previamente a la
incorporación de perros protectores, reportaron que los ovinos son el segundo
ítem alimenticio del zorro colorado, siguiendo a la liebre europea, que ocupa
el primer lugar. Este predador prefiere alimentarse de animales jóvenes, por lo
que su impacto es mayor desde el momento de la parición hasta el destete,
disminuyendo hacia la época del servicio, aunque sin dejar de ser en muchos casos
significativo.
En algunas zonas de Río Negro, el impacto de este predador
en época invernal es también importante. Por su lado, el puma también, es un
depredador de ovejas y corderos, entre otras especies. Pero su accionar es más
nocivo que el del zorro, debido a que no solo mata para alimentarse, sino
también para enseñarle a cazar a sus crías y es ahí cuando el daño es mayor ya
que puede llegar a matar solo en una noche, un número considerable cuando
transmite a sus crías estas enseñanzas.
El control de predadores es un trabajo que el campesino
realiza a lo largo del año, principalmente, cuando el número de corderos
logrados –nacidos- es tan bajo que no alcanza para reponer los animales muertos
anualmente.
Cómo métodos de control se puede optar por los denominados
“directos”, que actúan directamente sobre los predadores, o “indirectos”,
alterando el hábitat sin generar un impacto directo, o una combinación de
ambos. Sin embargo, cualquier plan de manejo debe contar con un objetivo de
reducción claramente especificado, para atenuar el impacto sin poner en riesgo
de extinción a la población que se intenta controlar.
Publicado en Diario “Río Negro”, 26 de octubre de 2019.
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