Recuperarán la Virgen de Luján que los acompañó en Malvinas.
Se encuentra exhibida en una catedral inglesa. Una delegación irá a fin de mes a buscarla. La devolución de la imagen, de gran valor para ex combatientes, se realizará en Roma, frente al papa Francisco. Conocé la historia de Jorge, para entender lo que significó la fe en los meses de guerra.
¿A qué aferrarte cuando estás en combate, defendiendo a tu bandera, amenazado las 24 horas? En Malvinas, a ellos el cuerpo les pedía abrigo, comida caliente, mitigar el insomnio forzado, calmar el dolor. Los creyentes se acordaron de Dios, corajudos o tímidos, lagrimearon anhelando el regazo materno para dejar de temblar. La Virgen de Luján fue, para los católicos, lo más cercano a ese refugio cuando todo estaba lejos y el miedo les corría por la frente.
La imagen que los acompañó fue donada por una familia y llegó a las islas allá por 1982. El sacerdote Vicente Martínez Torrens la llevó a las trincheras, a bordo del jeep que le asignaron. Él iba como capellán, para asistir a miles de jóvenes que rezaban para salir vivos y para cumplir el anhelo de recuperar el archipiélago del dominio británico.
Después de 37 años sin saber del paradero de esa estatua, el próximo miércoles 30 de octubre, una delegación de argentinos volverá a verla. Todo este tiempo estuvo silenciosamente alojada en una catedral inglesa.
Un médico militar de ese país fue quien advirtió el dato recién en 2016, en una nota que dio a la revista “La Gaceta Malvinense”. Desde entonces, anoticiado en Buenos Aires, el obispo castrense Santiago Olivera comenzó las gestiones que van a culminar con la devolución formal de la Virgen, frente al papa Francisco.
Sobrevivir a un bombardeo.
Una procesión realizada el 8 de mayo de 1982 fue el último registro que quedó de la patrona de Luján en Malvinas. Cuatro días antes de esa jornada, el patagónico Jorge Palacios, de 18 años, había sobrevivido al estallido de una bomba que lo sepultó bajo dos metros de tierra, producto de la onda expansiva.
Fueron 21 explosivos, como ese, que reventaron contra el suelo cerca suyo esa noche que el joven cumplía la guardia de madrugada. En medio de la oscuridad, sus compañeros lograron localizarlo. Con sus fuerzas, pala en mano primero y con las uñas como garras después, lo desenterraron. Su colega Raúl Ortiz tuvo la misma suerte. De Comodoro y Trelew respectivamente, ambos volvieron a nacer.
Para Jorge, semejante desenlace sólo fue posible gracias a la protección de la Virgen: el abrigo que él llevaba en sus hombros, como un poncho, le cubrió la cabeza al caer, permitiéndole aguantar sin asfixiarse. Recuerda que lo tranquilizó pensar que había cumplido con su deber.
Con la ayuda de otros 12 curas “pasamos momentos de apremio”, agregó el sacerdote Martínez Torrens, quien ejerce hoy en la catedral de General Roca. En esos meses celebraron misa en medio de bombardeos, con muchas alertas rojas.
Ahora, expectante, en diálogo con Río Negro, el capellán anunció lo que será la ceremonia de restitución de la Virgen, en el Vaticano. A cambio de devolver la estatua venerada en las islas, las autoridades católicas inglesas recibirán una réplica, que ocupará el lugar de la original, que estaba en Aldershot, a 68 kilómetros de Londres.
En cuanto arriben a Buenos Aires, participarán con la estatua de una serie de actividades. Ya en el Alto Valle, la imagen integrará la tradicional peregrinación a Paso Córdoba.
37 años en un rincón inglés.
Algo más de 12.700 kilómetros separan a las Malvinas de la avenida de la Reina (Queen’s Ave), en Aldershot, donde se encuentra la Catedral Militar de San Miguel y San Jorge. De ladrillo a la vista y un diseño imponente, este fue el “hogar” que las autoridades inglesas le designaron a la Virgencita de los soldados argentinos.
“Cuando la fuerza invasora fue repelida”, justificaron desde la Conferencia Episcopal británica, la estatua quedó en la iglesia de Puerto Argentino. Fue entonces cuando la embalaron y cargaron en un transporte militar que la llevó hasta Inglaterra. “Ha permanecido allí desde entonces como foco de oración ofrecido por los caídos de ambos lados”, argumentaron.
Lejos del rencor
A pesar del conflicto, hoy el vínculo entre ambos países, al menos desde lo religioso, busca sembrar frases de reconciliación. “Fue una historia intrigante que me involucró tan pronto me convertí en obispo de las Fuerzas Armadas”, dijo monseñor Paul Mason.
Como muestra del proceso emocional que atravesó en estos años, a sus 55 años Jorge Palacios valoró el gesto de devolverla. “Todos sabemos que perdimos una batalla y considero que ellos se la llevaron como un trofeo de guerra, así como nosotros también nos llevamos los nuestros (…) Hasta el día de hoy pensaba que estaba en nuestro país, no en manos de los ingleses”, reconoció. Aún así, lejos del rencor, el veterano hoy sólo piensa en repatriarla.
El encuentro en Roma.
Junto a Vicente y Jorge, la delegación argentina estará compuesta por parte de la Comisión de familiares de caídos en Malvinas e integrantes de la Agrupación “La fe del centurión”, junto a un obispo y tres veteranos más.
Serán recibidos por el papa Francisco el miércoles 30 de octubre, durante la Audiencia General y en el marco del V° Curso de Formación de Capellanes Militares Católicos.
La Virgen llegará al aeropuerto de Ezeiza el 3 de noviembre, a las 6:45 horas, donde será recibida con honores por las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales, acompañados por veteranos de guerra, familiares y vecinos. Desde allí, la llevarán en procesión hasta la Basílica de Luján.
Para el 17 de noviembre está confirmada su presencia aquí en la región, en Paso Córdoba.
Equipo de trabajo:
Investigación, entrevistas y texto: Melina Ortiz Campos.
Idea Audiovisual: Andrea Saldía.
Edición de video: Andrés Stefani - Sofía Schmidt..
Publicado en Diario "Río Negro", sábado 5 de Octubre de 2019.
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