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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, mayo 27, 2021

Manchalá: El combate de los símbolos.

 


Manchalá: El combate de los símbolos.

Por Manuel Fraga.

Recordamos en estos días uno de los ataques más irracionales y cobardes perpetrados por las organizaciones terroristas de los años sesenta y setenta, un homenaje que la pandemia ha impedido realizar en forma presencial en estos dos últimos años.­

Se trata del combate de Manchalá, librado durante el Operativo Independencia, que se destaca entre la interminable lista de atentados, asesinatos de civiles y militares, secuestros, ataques con bombas, robos e intentos de copamientos de cuarteles cometidos durante más de dos décadas de insurgencia subversiva marxista.­

El 28 de mayo de 1975, unos ciento veinte terroristas se acercaron en varios vehículos a la escuelita de Manchalá, con el objeto de sentar la base de la siguiente fase de la operación subversivatomar la ciudad de Famaillá y asesinar a todos los miembros de la fuerzas legales que se encontraran allí, como revelaron los documentos, planos y gráficos que las fuerzas legales hallaron en uno de los camiones que los terroristas abandonaron al finalizar el combate.­

Había que reducir y seguramente asesinar a los soldados que allí se encontraban en la misión cívica de reparar y pintar el edificio donde funcionaba la escuela.­

Un grupo de más de diez soldados pertenecientes a la Compañía de Ingenieros de Montaña 5 de Salta se habían sumado para ayudar a los pocos soldados que ya estaban en la escuela en sus tareas cívicas.­

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EL ATAQUE­

­A media tarde fueron sorprendidos por el ataque del grupo de terroristas, que con sus primeros disparos hirieron gravemente a dos soldados.­

Inmediatamente los soldados y suboficiales repelieron el ataque, y resistieron el constante hostigamiento del fuego enemigo durante varias horas, hasta el anochecer. ­

-¡Grupo escuela, ríndanse! ­

-¡Vengan a buscarnos! ­

-¡Están rodeados! ¡Grupo escuela, ríndanse! ­

-¡Avancen, hijos de puta!­

Pero los terroristas no avanzaron. Aunque  con lo que hubieran ganado el combate, no avanzaron. Escondidos entre los arbustos y los cañaverales (siempre escondidos, siempre ocultos entre las sombras) mantuvieron el fuego en forma sostenida desde la distancia, mientras los soldados, cuidando la poca munición que ya tenían desde el comienzo, resistieron el fuego durante más de cuatro horas, protegidos por las delgadas y endebles paredes de la escuela. Delgadas y endebles sólo en apariencia.­

Inmediatamente nos preguntamos: ¿por qué los terroristas no avanzaron? Más allá de su evidente cobardía, que no es más que la incapacidad de dominar el miedo, la respuesta que surge es su absoluta falta de convencimiento en su propia causa. La profunda certeza de que todo su esfuerzo se basaba en perseguir la locura irracional de una gigantesca mentira, la supuesta "revolución socialista" ideada, comandada y apoyada desde Cuba.­

El que miente sabe que miente. Por más justificativos dialécticos que pretenda usar para autoconvencerse y convencer a los demás, un terrorista sabe que en el corazón de toda su estructura mental hay una gran mentira. Él sabe muy bien que desde el mismo momento en que necesita empuñar un arma y asesinar a sangre fría para imponer una idea, ya perdió; ya fracasó por la evidente debilidad que siempre se oculta detrás de la violencia.­

Ningún laberinto dialéctico, ninguna intelectualidad jeroglífica en el manejo de la semántica pueden explicar o justificar el objetivo de reemplazar la bandera azul y blanca por un trapo rojo y el símbolo de una ideología abiertamente servil a una potencia extranjera.­

Aun el psicópata más violento sabe que su supuesta causa patriótica no es más que una mentira sanguinaria, una excusa para liberar su tendencia a las conductas más inhumanas que puedan imaginarse. Como finalmente lo admitió el "Che" Guevara en una de sus cartas a sus padres, "en realidad debo confesar que lo que más me gusta es matar".­

Luego de interminables horas de combate y continuo fuego sobre la escuela, incluyendo una ametralladora pesada con la que los miembros del ERP no detuvieron su hostigamiento en ningún momento, los terroristas abandonaron los vehículos y sus pertrechos y huyeron entre el monte, desapareciendo entre las mismas sombras de las que aún de día habían surgido.­

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IMPORTANCIA HISTORICA­

­El primer símbolo que convierte a este combate en un acontecimiento de una importancia histórica excepcional, es el hecho de que salvaron sus vidas todos los suboficiales y soldados que defendieron la escuela de Manchalá y, con ella, la bandera argentina. Según los testimonios de los propios soldados, los suboficiales que los comandaron lo hicieron con un heroísmo, una preparación y un dominio de la situación que se contagió entre todo el grupo y fue vital para el espíritu y la fuerza de voluntad que les permitió soportar el hostigamiento durante largas horas y defenderse con una entereza moral con la que jamás ningún terrorista ni siquiera podría soñar.­

Mientras tanto, al otro lado de la calle, indudablemente dominados por el desconcierto y apenas animados por una falsa valentía que sólo les otorgaba su superioridad en número y armamento, los terroristas del ERP nunca avanzaron y finalmente escaparon en una huida humillante, moralmente aplastados por el heroísmo y la unión de los soldados a los que no pudieron doblegar.­

Es un verdadero símbolo de lo que puede lograr la unión entre los ciudadanos. La pacificación y la concordia también construyen una verdadera red de defensa que espanta a cualquier enemigo y lo obliga a la retirada más humillante. Con cada ataque, el vínculo se fortalece cada vez más, como sucedió en aquella tarde infernal en la que los héroes de Manchalá se sintieron cada vez más fuertes con cada bala enemiga.­

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REFLEXIONES­

­Al estudiar la historia del combate de Manchalá, surgen más y más símbolos.­

Un grupo de terroristas ataca una escuela. ¿Qué acto más siniestro se puede imaginar que hacer caer una lluvia de balas sobre una pequeña construcción que representa el trabajo y esfuerzo diario de tantos maestros que valientemente entregan gran parte de sus vidas a educar a innumerables generaciones de ciudadanos?­

¿Qué sucede en la psiquis de un "revolucionario" que empuña un arma y cobardemente dispara contra un grupo de soldados que cumplen con la tarea cívica de que esa escuela sea un lugar más cómodo para tantos niños? ¿Qué lleva a alguien a disparar durante horas contra su propia bandera?­

Pero entonces, ¿contra quién luchaban los terroristas? ¿No luchaban contra los "opresores del pueblo"? ¿Los "representantes del imperialismo invasor"?­

¿Alguien podía encontrar a un opresor del pueblo en una escuelita en el medio del monte tucumano? ¿Acaso en la escuelita de Manchalá se escondían agentes del imperialismo capitalista?­

Lo que en realidad siempre atacó la subversión en la Argentina, y esto queda contundentemente claro en el combate de Manchalá, es nuestra bandera. Nuestra escuela. Nuestra educación. El legado de nuestra historia, la lucha heroica de tantos próceres que también entregaron sus vidas para construir la libertad que el terrorismo pretendió quitarnos.­

Disparar contra la bandera celeste y blanca es disparar contra Belgrano. Disparar contra una escuela es disparar contra los fundadores de la educación que durante años fue un ejemplo para el mundo. Disparar contra los soldados salteños que se sumaron a defender la escuela es disparar contra Güemes y sus valientes gauchos. La lista de fusilamientos simbólicos es infinita

La escuelita de Manchalá fue la única protección que les permitió a sus héroes salvar sus vidas. Esas paredes no tenían nada de delgadas y endebles. Esas paredes frenaron el embate de la violencia invasora, el intento de imponer con bombas y asesinatos una filosofía de vida foránea y tiránica.­

La educación nos salva. La educación nos une y también construye la paz. Cada libro, cada cuaderno, cada composición, cada pizarrón y cada tiza también fortalecen esa defensa que humilla a quienes pretenden destruir nuestra sociedad.­

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ARMADO DE LA MENTIRA­

­Manchalá nos brinda también una inmejorable oportunidad de estudiar cómo funciona la construcción de la mentira, el armado de una "memoria" que como tal no es la verdad. Otra de las tantas mentiras con la que se pretendió durante años armar un relato falso y groseramente ofensivo.­

Durante años, las organizaciones afines al terrorismo setentista se han referido al episodio de Manchalá como "el mal llamado combate de Manchalá", pretendiendo inventar la historia de que no fue un combate, sino una especie de represión estatal a un grupo de jóvenes idealistas para hacerlos desaparecer.­

Huelga todo comentario al respecto.­

Durante años, las organizaciones de DD.HH de Salta insistieron además con otro invento: las supuestas denuncias de que debajo del monumento a los héroes de Manchalá, emplazado en el regimiento en Salta, había restos de desaparecidos

Obviamente, otra falsedad que sirvió para que sedimentara en la opinión pública la falacia de que se había erigido el monumento para ocultar cadáveres.­

Con esa mentira como base surgió la orden de destruir el monumento, rodeada de más falsedades, entre las que se destaca la excusa de quitar el cóndor que se encontraba en la punta del monumento. El argumento esgrimido fue que se trataba de una reivindicación del Plan Cóndor, cuando en realidad el cóndor es el símbolo de las fuerzas de montañalos soldados salteños que defendieron la escuelita pertenecían al Regimiento de Ingenieros de Montaña 5 de Salta.­

Afortunadamente tiempo después el monumento fue erigido nuevamente, en un acto de reparación histórica.­

Un símbolo más que se debe mencionar: la mentira del genocidio. Aunque cueste creerlo, aunque parezca una idea para el argumento de una obra de teatro del absurdo que cualquier productor teatral rechazaría por su extremismo irracional, los soldados héroes de Manchalá fueron acusados de genocidas.­

Tal parece que en la Argentina, todo ciudadano que no comulga con la ideología terrorista es genocida. Todos somos genocidas.­

Según la visión del alarmante desequilibrio mental que revelan los miembros de las organizaciones afines a la ideología terrorista setentista, en la Argentina habría dos clases de personas. ­

Por un lado, los militantes de las organizaciones terroristas que asesinaron a niños, civiles, policías, militares, funcionarios públicos, que pusieron bombas, secuestraron a más de mil quinientas personas y aterrorizaron a la ciudadanía anunciando fusilamientos masivos, milicias populares y una violenta tiranía marxista.­

Por otro lado, el grueso de la población, conformada por millones de genocidas...­

Los héroes de Manchalá, al no rendirse y no dudar un segundo en defender nuestra bandera, fueron catalogados de genocidas. Así los definió el concejal salteño Martín Avila en el año 2012. En el colmo del absurdo kafkiano, la resolución 33/12 del Concejo Deliberante de la ciudad de Salta declara que los soldados que actuaron en Manchalá son genocidas.­

Afortunadamente, al menos el Concejo Deliberante salteño derogó esa resolución a fines de 2016.­

El combate de Manchalá: de un lado, el esfuerzo heroico de un grupo de soldados y suboficiales defendiendo nuestra bandera y arriesgando sus vidas por nuestra Patria. Del otro lado, otra burda y absurda mentira, con la que se intentó una vez más pisotear los símbolos que hacen de nuestra querida Argentina un gran país.­

La verdad nos une y nos fortalece. La verdad derrota a los mercaderes de la mentira; los desenmascara y revela lo que realmente son: mercenarios abyectos, serviles a cualquier ideología violenta y contraria a la honestidad, el esfuerzo diario, el trabajo y el deseo de prosperidad para toda la ciudadanía.­

Publicado en Diario "La Prensa", 27/05/2021.

http://www.laprensa.com.ar/502531-Manchala-El-combate-de-los-simbolos.note.aspx

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