GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, mayo 31, 2024

La receta ideal para cocinar cuando tenés invitados en casa, según la Inteligencia Artificial.

 

Se trata de una opción vegetariana pero super sabrosa y, lo más importante, rendidora - Foto Epicurious.

Esta reversión de un clásico italiano te puede sacar de un 

apuro en una reunión familiar o con amigos.
Cenar con amigos siempre parece un buen plan hasta que se decide el menú. A veces la mejor opción parece ser Delivery, pero existen recetas simples para sorprender a tus invitados.

Aprovechando la llegada de ChatGPT a nuestras vidas utilizamos la herramienta para encontrar la mejor opción. Se trata de una opción vegetariana pero super sabrosa y, lo más importante, rendidora.

A CONTINUACIÓN VAMOS A DEJAR LA LISTA DE INGREDIENTES PARA ESTE DELICIOSO RISOTTO CHAMPIÑONES Y ESPÁRRAGOS:

2 tazas de arroz arborio (o cualquier otro arroz para risotto)

1 cebolla grande, picada finamente.

2 dientes de ajo, picados finamente

1 taza de champiñones frescos, rebanados (puedes utilizar otra variedad de hongo).

1 manojo de espárragos, cortados en trozos pequeños

4 tazas de caldo de verduras (aproximadamente)

1/2 taza de vino blanco

1/2 taza de queso parmesano rallado

2 cucharadas de mantequilla

2 cucharadas de aceite de oliva

Sal y pimienta al gusto

CÓMO PREPARAR RISOTTO CHAMPIÑONES Y ESPÁRRAGOS.

1 Para empezar tenés que calentar agua en una olla grande y agregar un caldito de verduras. En una sartén calentar aceite de oliva con una cucharada de manteca. Agregar cebolla y ajo bien picados. Cocinar hasta que se blanqueen.

2 Cuando el ajo y las cebollas estén bien cocidas agregar los champiñones y los espárragos. Después agregar el vino blanco.

3 Agregar a la mezcla el arroz, es importante que uses el arroz arborio y no la variedad “que no se pasa”, ya que el arroz común de cocina es ideal para lograr la consistencia deseada.

4 Cuando el arroz esté cubierto con esta mezcla, sin dejar de revolver, agregá de a poco el caldo aún caliente. Continúa revolviendo hasta que todo el líquido se haya absorbido y tengas una mezcla suave y cremosa.

5 Para terminar, agregá el queso parmesano rallado y revuelve hasta que esté bien incorporado y el risotto esté cremoso.

*** Publicado en Diario LOS ANDES.

https://www.losandes.com.ar/por-las-redes/la-receta-ideal-para-cocinar-cuando-tenes-invitados-en-casa-segun-la-inteligencia-artificial/

jueves, mayo 30, 2024

Murió Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo. La referente de derechos humanos murió este jueves a los 94 años.


La titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, murió este jueves a los 94 años. La referente de derechos humanos se encontraba internada en terapia intensiva debido a una infección pulmonar.

Conocida simplemente como “Norita”, nació el 22 de marzo de 1930 y era psicóloga social.

El 15 de abril de 1977 Carlos Gustavo, estudiante de Ciencias Económicas fue secuestrado en la estación de trenes de Castelar era militante de la Juventud Peronista (JP)  y de la organización Montoneros en la Villa 31, en Retiro, donde conoció al padre Carlos Mugica.

Al poco tiempo Cotiñas, se acercó a organismos como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) o la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

Nora Morales de Cortiñas era cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y posteriormente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Las madres de la Línea Fundadora sostenían una postura crítica hacia la conducción de Hebe de Bonafini, presidenta de la asociación, de la que afirmaban carecía de democracia interna.

Declaraba en una entrevista del 2022: “Con Hebe de Bonafini estamos separadas hace muchos años, pertenecemos a organismos de derechos humanos pero somos independientes uno del otro”, arrancò Nora Cortiñas, quien marca haber sido corrida de los actos del pasado 24 de marzo. 

Alberto Fernández está tomando el camino equivocado, hay que gobernar por y para el pueblo porque nos estamos yendo a un abismo donde el símbolo de la pobreza es la marca del momento”, sigue la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, y denuncia que ya no la escuchan en el Gobierno. 

“Como mis pensamientos no coinciden con otros grupos de Madres, cuando llega la invitación para ir a una entrevista con Alberto Fernández o Cristina Fernández, no me invitan a mi porque pienso diferente. Pero yo tengo cosas para decir y escuchar”, reclamó (noticias Perfil, marzo del 2022).

Cortiñas ingresó al Hospital de Morón el pasado 17 de mayo para ser intervenida por una hernia. Pero su estado de salud se deterioró. Este jueves fallece Nora Cortiñas.

lunes, mayo 27, 2024

Dos gauchos, una “mar” y un mar. Por Fernando Sorrentino.

 

En su ensayo “La poesía gauchesca” (Discusión, 1932), Borges dice de José Hernández: "No especifica día y noche, el pelo de los caballos: afectación que en nuestra literatura de ganaderos tiene correlación con la británica de especificar los aparejos, los derroteros y las maniobras, en su literatura del mar, pampa de los ingleses".

Parecería que, si el mar es la pampa de los ingleses, a los gauchos de nuestra llanura bonaerense, por el contrario, poco o nada les interesaba lo que pudiera ocurrir en la inmensa extensión del planeta cubierta por las aguas.

Sin embargo, podríamos evocar dos referencias gauchescas al mundo acuático:

a) Estanislao del Campo (1834-1880)

En el Fausto (1866) hallamos a don Laguna y Anastasio el Pollo, sentados, sobre sendos cojinillos y entregados a placentera conversación. Ya Anastasio ha relatado una parte considerable de lo que vio en el Teatro Colón y, por ese motivo, al final del canto 2, confiesa:

–A juerza de tanto hablar
se me ha secao el garguero:
pase el frasco, compañero...

A lo que don Laguna responde con un no que, socarronamente, significa “Por supuesto que sí”:

–¡Pues no se lo he de pasar!

Prosigue, pues, el diálogo (canto 3) entre ambos paisanos, hasta que, refiriéndose a los respectivos caballos de cada uno, Anastasio exclama:

–¡Como si jueran hermanos
bebiendo la agua juntitos!

Por asociación de ideas, la mención del agua le hace decir a don Laguna:

–¿Sabe que es linda la mar?

Y esta pregunta (desde luego, retórica) le da ocasión a Anastasio para desarrollar el bello poema descriptivo que ocupa 47 versos (434-480), y del que sólo recordaré los tres versos iniciales:

–¡La viera de mañanita
cuando a gatas la puntita
del sol comienza a asomar! (434-437),

y la redondilla final:

Y es muy lindo ver nadando
a flor de agua algún pescao:
van, como plata, cuñao,
las escamas relumbrando. (477-480)

Puesto que el coloquio entre los dos amigos transcurre en algún punto de la ribera de la ciudad de Buenos Aires, la mar en cuestión no es el océano Atlántico sino el conocido río que baña la avenida costanera Rafael Obligado. (1)

b) José Hernández (1834-1886)

Aunque infinitamente más escueto que don Estanislao, no se privó Hernández de formular una alusión al mar. Sucedió en una de sus tantas y sapientísimas sentencias, esta vez puesta en boca del digno, prudente y educado (pero no menos rencoroso y vengativo) Moreno que protagoniza con
Martín Fierro la genial payada del canto 30 de La vuelta de Martín Fierro (1879).

Invitado el Moreno por Martín Fierro a preguntarle lo que desee, aquél contesta con cautela y con cierto temor a equivocarse, pero admitiendo que nadie lo obligó a exponer su talento, por lo cual cabe aplicarle el proverbio que lucen los dos versos finales de la sextina:

–No te trabes, lengua mía,
no te vayas a turbar.
Nadie acierta antes de errar
y, aunque la fama se juega,
el que por gusto navega
no debe temerle al mar. (4271-4276)

En efecto: el que por gusto navega no debe temerle al mar. Manera, por cierto, muy elocuente de afirmar que cada cual debe hacerse responsable de sus decisiones.

1. Juan Díaz de Solís (c.1470-1516), que lo descubrió para los europeos, lo llamó “mar Dulce”, bautismo que no lo libró, según algunas fuentes, entre ellas María Esther de Miguel (1925-2003, autora de los cuentos de 'Los que comimos a Solís', 1965), de convertirse en alimento de los antropófagos de (tal vez) la isla Martín García. También Borges (1899-1986) ironizó sobre tal almuerzo cuando escribió que por esos lugares “ayunó Juan Díaz y los indios comieron” ('Fundación mítica de Buenos Aires', Cuaderno San Martín, 1929).

Por otra parte, Lugones (1874-1938) lo llamó “el gran río color de león” (“A Buenos Aires”, Odas seculares, 1910); Borges (op. cit.), “río de sueñera y de barro”; Cortázar (1914-1984), “río color café con leche” (“Final del juego”, Final del juego, 1956).

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Dos-gauchos-una-mar-y-un-mar-545108.note.aspx

Los Huesos Sagrados – Alberto Caturelli.

 


Un comando argentino, al regresar de las Malvinas, dijo de sus camaradas muertos que allá quedaron: «sus cuerpos fueron lentamente fundiéndose con ese suelo criollo, a través de los mantos nevados, pero siempre supimos que estaban allí, como centinelas espirituales». Y es bueno que estén allí y allí se queden para siempre abonando la sagrada tierra patria a la cual un día volveremos…

El combatiente argentino que dijo que sus camaradas muertos allá quedaron «como centinelas espirituales», señaló algo profundo que es lo que nos ha hecho pensar. En el suelo criollo y bajo los mantos nevados, quedaron los huesos que se fundían con la tierra. Y los huesos, a la vez, simbolizan lo más recóndito y el último sostén de nuestra carne. Ellos son lo último en volverse polvo después que ha volado el espíritu. Esta suerte de ultimidad íntima de los huesos es lo que invoca el salmista cuando, castigado por Dios, le suplica porque «se han estremecido mis huesos, y está mi alma muy turbada» (Ps. 6,3). Porque son los huesos como la última resistencia de mi cuerpo, el meollo final; por eso, cuando Labán reconoció a Jacob, le dijo: «¡Ciertamente, hueso mío y carne mía eres!» (Gétt., 29,14). Los huesos de mis padres, de mis hermanos, de mis hijos, de mis hermanos argentinos son, pues, mis huesos, porque la fraternidad llega hasta el último reducto de mi intimidad. Y cuando esos huesos se funden con la tierra patria allí quedan como «centinelas espirituales»

Allí deben quedar para siempre. Huesos asumidos por el Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros; huesos vivificados por el espíritu en el cual se encendía la luz de nuestro pensar originario. Sagrados huesos que nos esperan y a los que hemos de ser fieles. Allí deben quedar para siempre. Nos esperan en las Malvinas, en las islas australes y en el fondo del mar.

Nacionalismo Católico San Juan Bautista.

https://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2024/04/los-huesos-sagrados-alberto-caturelli.html

domingo, mayo 26, 2024

Un viejo piano de marca en Yaminué, Línea Sur, tiene buen linaje. Por Jorge Castañeda Escritor – Valcheta.

 


Yaminué es un hermoso paraje de la Región Sur rionegrina. Es un vocablo mapuche que significa “lugar para parar” en su acepción más aceptada.

Forma parte de los llamados “valles menores” de nuestra provincia. Son un vergel en medio del desierto y merecerían conocerse porque en ellos al decir del escritor Eduardo Mallea “se produce toda fuente. Un puñado de pobladores conforma la vida cotidiana del paraje con las rutinas de su vida pastora-criancera. Para los habitantes de la extensa meseta de Somuncurá es uno de los “centros” donde se puede acceder a los servicios de una Comisión de Fomento, con su Destacamento policial, salita de primeros auxilios y escuelita primaria.

Estos parajes también tienen su atractivo para los “puebleros” que vienen de las grandes ciudades buscando tranquilidad y paz para sus trajines citadinos.

Sin embargo, el motivo de esta breve crónica es para dar una conocer una verdadera curiosidad que seguramente trae unas preguntas aparejadas que no dejan de sorprender ¿Qué hace en Yaminué un hermoso y antiguo piano de indudable valor? ¿Quién será el virtuoso pianista que de su teclado sacará notas que alegrará el paisaje circundante?  ¿Se escuchará en los pagos de Yaminué alguna mazurca, un vals, una sonata para piano, alguna pieza tradicional de nuestro folclore, o tal vez, es probable, algún tango de los nuestros? A mí me gustaría que sea “Caminito”, por ejemplo, inspirado en su letra por Coria Peñaloza en un caminito de Olta, la Rioja y en el Riachuelo de la Boca la música de Juan de Dios Filiberto.

 Sin embargo no hay tanto misterio. El amigo don Juan Serenellini, arquitecto y escritor amorosamente lo hay traído por toda la ruta 23 para depositarlo ¡en Yaminué!!!

Es de marca y tiene buen linaje y además por lo antiguo debe sonar de maravilla. Me parece escuchar su música entre el murmullo de los árboles y del agua que corre.

Suena, pianito, suena

Con la magia del ayer

Con tus notas melodiosas

En tierras de Yaminué.

Un concierto de gala

Habrá de florecer

En medio del desierto

Pianito de Yaminué.

 Jorge Castañeda Escritor – Valcheta.

Publicado en Más Río Negro.

https://www.masrionegro.com/2024/05/25/un-viejo-piano-de-marca-en-yaminue-linea-sur-es-de-marca-y-tiene-buen-linaje/


Saavedra y dos cartas de Hugo Wast. Por Roberto Elissalde.

 

Conservo dos cartas originales que Gustavo Martínez Zuviría conocido como Hugo Wast le enviara al doctor Carlos Alberto Pueyrredon en diciembre de 1959, en las vísperas de aparecer El Año X, que con el sello de la editorial Huemul vio la luz a comienzos de 1960, en el año del sesquicentenario de la Revolución de Mayo.

El 15 de diciembre Pueyrredon había sido elegido presidente de la Academia Nacional de la Historia, y el 20 Martínez Zuviría lo felicitaba porque ”no sólo es Ud. un historiador de verdad de claro estilo, de absoluta seguridad y desinterés, como no ser el de establecer la verdad, y de copiosa información, sino de algo que para un cargo tan eminente, vale tanto como eso: es un señor. Ya entre nosotros va desapareciendo el señorío, que es más importante que el palabrerío y que el fichero”.

Con buen humor le dice “le escribo con un pie en la sepultura… civil. Gracias a Dios mi salud es excelente, pero estoy a punto de publicar un libro sobre la Revolución de Mayo, donde vindico la gran figura de Saavedra (¡no porque sea antepasado de su mujer y de unos nietos míos!) sino porque ha sido miserablemente tratado por los historiadores de todo pelaje”.

Se lamentaba no haber podido enriquecer la documentación con las obras de Pueyrredon, En tiempos de los Virreyes y 1810. La Revolución de Mayo, que tenía en su biblioteca “y ya no se donde fueron a parar”.

Le había pedido a su hijo Marcelo Martínez Zuviría que le “solicitara en préstamo una de ellas a su hijo Julio, con quien se ve a menudo en la Cancillería”, pero “ninguno me llevó el apunte”; culpando un poco más a Marcelo que “hizo el pedido pero no insistió”.

Por otra parte, el ex director supondría un trato no amable por parte del personal de la Biblioteca, que dirigía Jorge Luis Borges, porque “no quise ir” y “tuve que prescindir de un tesoro de datos”.

CONSAGRACION.

Calculaba que el libro iba a aparecer en marzo, agregaba con inmenso humor: “Y quince días después, ni un minuto más, ni un minuto menos, me ahorcarán en la Plaza Mayor a pedido de los historiadores presididos por el viejito Grosso, que está desesperado para que Uds. Le rindan el merecido homenaje. ¡No lo deje morir sin esa consagración! Hay otros que han escrito menos que el todavía”.

Parece que Alfredo Grosso por entonces de 92 años y autor de numerosos textos de historia deseaba ser académico, igual la recomendación llegaba tarde porque habría de morir el 4 de agosto de 1960.

Pueyrredon de inmediato le envió el libro sobre la Revolución de Mayo, que Martínez Zuviría le agradeció, lamentando “no haberlo tenido antes, porque habría autorizado con muchos pasajes de ella no pocas páginas de las mías, que hace ya más de un mes está imprimiéndose” y agregaba: “No temo contradecirme con esta riquísima recopilación porque pienso que llegamos a la misma conclusión, si bien me parece que Ud. le atribuye a Moreno artículos de la Gazeta que él no escribió”, a la vez que le agradece las noticias de los libros de Manuel Moreno publicados en Londres sobre la vida de su hermano que conocía.

VERDAD ADULTERADA.

Poco después, Año salía a la venta. En la contratapa se presentaba la obra:

“Este libro se ha escrito para restablecer la verdad adulterada por la mayoría de los historiadores, que han maltratado a una de las más ilustres figuras de la historia argentina, la de don Cornelio de Saavedra, el Jefe de la Revolución de Mayo y el primer gobernante de la República Argentina. ‘Vale más el escándalo que la mentira’, ha dicho un gran Papa, San Gregorio Magno. Es hora de que en la historia argentina, que ya tiene 150 años, acaben las fábulas aunque empiece el escándalo. Saavedra ha sido calumniado y empequeñecido para agrandar por contraste la diminuta figura de Mariano Moreno prócer sin hazañas, a quien sus panegiristas no mencionan nunca sin ahuecar la voz y repetir los cien lugares comunes cuya falsedad aquí se demuestra. Moreno, que ingresó en las páginas de la historia patria el 1° de enero de 1809 como enemigo de la emancipación de su tierra natal y murió en alta mar el 4 de marzo de 1811, yendo a Londres con la credencial de embajador argentino en nombre de Fernando VII (uno de los reyes absolutos de más triste recuerdo en aquellos tristísimos tiempos), se ha quedado con la mayor parte de la gloria de aquel año sin igual. Nos lo han presentado como el numen de la Revolución y ahora pretenden que sea el Espíritu de Mayo. Contra esa pretensión, nada inocente, se ha escrito este libro. Cualquiera que sea la acogida que le dispensen los historiadores, lo lean o afecten ignorarlo, estamos ciertos de que restablecerá algunas verdades importantes y con ellas la fisonomía de la patria; y de que en adelante la historia de Mayo no podrá escribirse con tanta impunidad como lo ha sido hasta ahora”.

CONTROVERSIAS.

Dio motivo a no pocas controversias. Un viejo colaborador de este diario me manifestó que se la habían entregado para comentar y esperaban -según se lo insinuaron- una crítica negativa. Como no lo fue, sino con la imparcialidad debida jamás se publicó y dejaron de llamarlo, hasta que en 1969 con motivo del centenario volvieron a hacerlo.

Martínez Zuviría falleció el 28 de marzo de 1962, y fue sepultado al día siguiente en la Recoleta, justamente un 29 de marzo había muerto 153 años antes con Cornelio de Saavedra.

Carlos Alberto Pueyrredon, falleció el 16 de junio de ese año.

Estas cartas nos acercan de algún modo a la intimidad de estos hombres, en esa Argentina donde todavía existía ese señorío que elogiaba Hugo Wast, y que va desapareciendo cada vez más.

Por Roberto Elissalde.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Saavedra-y-dos-cartas-de-Hugo-Wast-545095.note.aspx

Mugica: historia de una impostura.

El P. Carlos Mugica fue asesinado hace medio siglo, el 11 de mayo de 1974.

Por MARIO CAPONNETTO y MIGUEL DE LORENZO.

Este mes de mayo, el 11 para ser más precisos, se han cumplido cincuenta años del asesinato del Padre Carlos Mugica, el reconocido “cura villero” o “cura de los pobres” como suelen denominarlo sus panegiristas. El aniversario ha dado ocasión a una desmesurada exaltación de su figura: grandes homenajes eclesiásticos, derroche de elogios y ditirambos y hasta la instalación de una llamada “carpa misionera” frente a la Catedral Metropolitana de Buenos Aires con la obvia autorización del Arzobispo García Cuerva y la activa participación del Vicario General Monseñor Carrara.

La Jerarquía Católica que, salvo pocas y honrosas excepciones, viene promoviendo desde hace tiempo una suerte de “relato setentista” eclesiástico (véase al respecto la obra en tres tomos La verdad los hará libres, una historia burdamente sesgada de los años setenta llevada a cabo directamente por encargo de la Conferencia Episcopal Argentina) no parece dispuesta a reconciliarse con la verdad histórica ni a admitir las antiguas complicidades de algunos de sus miembros con el terrorismo subversivo. Por el contrario, no oculta su empeño en mantener una impostura a tono con la “historia oficial” impuesta a palos desde hace cuarenta años. Contra esta falsificación, alertaba George Bernanós: “Existe una conspiración contra el mal, no para destruirlo, sino para disimularlo”.

Esto explica la exaltación de Mugica. Efectivamente, Mugica es una figura emblemática de ese “setentismo” ominoso y sangriento, metamorfoseado en epopeya, convertido en una imaginaria “lucha de liberación” en pro de los pobres. Porque digamos de una vez por todas la verdad: en esa historia real de los setenta, no la ficticia, una nada despreciable cantidad de católicos (obispos, sacerdotes, religiosas y laicos) fueron activos protagonistas y, por ende, responsables, de ese gran baño de sangre que nos sumió en el dolor y la muerte. Mugica fue, en este sentido, uno de los personajes más reconocidos (aunque no se le pueden atribuir las máximas responsabilidades); por eso hoy se ha convertido en la bandera enarbolada por vastos sectores católicos y la misma Jerarquía de la Iglesia en la Argentina, en ese intento de “disimular el mal” del que no alertaba Bernanós.

Hemos oído hablar en estos días de Mugica como el mártir de los pobres; la palabra mártir es muy especial y adquiere un sentido muy hondo y sugestivo. Supone que alguien ha sido despojado de su vida por odio a la fe. Pero la realidad es muy otra y lo decimos sin la menor animosidad contra la figura del Padre Mugica: por el contrario, la vida y la muerte de este sacerdote nos mueven más bien a una profunda tristeza: Mugica es la parábola viviente de una tragedia que sacudió a la par a la Iglesia y a la Patria. Por eso, su muerte nada tuvo de la gloria del martirio cristiano: fue solo el horrible episodio de una sórdida lucha interna de facciones y epílogo, a la vez, de un camino lleno de errores y desaciertos, de idas y de retornos.

RELATO INSOSTENIBLE.

Pero si a esta altura de los hechos en Argentina, el relato “laico” de los años setenta ha sido ampliamente rebatido y sólo subsiste en los que de él viven (o en los obcecados pese a toda evidencia), no pasa lo mismo con el relato eclesiástico. Si bien mucho se ha escrito acerca del fenómeno, ya mencionado, del gravísimo compromiso de amplios sectores católicos con el marxismo revolucionario de los años setenta, todavía no se ha hecho una evaluación profunda de su significado; y nos referimos, fundamentalmente, de su significado a la luz de la Fe. Porque lo que ocurrió entonces en la Iglesia fue, por sobre todas las cosas, algo que afectó de manera esencial la Fe. Esta tarea está pendiente y lo seguirá estando mientras la Jerarquía Católica persista inexplicablemente en ignorar el problema o, lo que es peor, en exaltar sus consecuencias presentándolas como frutos evangélicos.

Pero la verdad insistimos, es bien distinta. Mugica fue uno de los tantos frutos de muerte de la herejía progresista, modernista y tercermundista que desgarró, y aún desgarra, a la Iglesia. En aquella época de imaginarias primaveras conciliares, se deslizaron por las venas de la Iglesia toda suerte de errores y de extravíos. La Teología de la Liberación, típico producto “teológico” europeo trasladado a nuestra América por los misioneros del nuevo credo, dio el clima ideológico en el que pulularon las más extrañas aventuras eclesiásticas, entre ellas, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo del que Carlos Mugica fue mentor y líder entre nosotros.

Aquel movimiento implicaba, en esencia, una grave adulteración del Evangelio de Cristo, de la naturaleza y de la misión del sacerdocio católico al tiempo que consumaba una radical ruptura con el Magisterio de la Iglesia. Para aquellos clérigos tercermundistas (y cuantos con ellos avanzaron por el mismo camino) la misión del sacerdote católico dejó de estar enraizada en el misterio salvador de Jesucristo para fundarse en una praxis social liberadora. La pastoral no tenía ya como objetivo que los hombres vivieran la vida de la gracia y de la unión plena con Dios sino llevar a los pobres a la toma de conciencia de clase explotada y a poner en marcha, desde sí mismos y para sí mismos, el proceso revolucionario que los liberaría de las estructuras capitalistas y burguesas concebidas como estructuras de pecado. Este proceso revolucionario hacía del socialismo marxista -entonces considerado ineluctable- su herramienta principal: el socialismo vino a ser así la encarnación del Evangelio, su expresión histórica y, por ende, el compromiso ineludible de una Iglesia que debía para ello, necesariamente, romper con todo cuanto había dicho, predicado y enseñado. El Concilio Vaticano II, recientemente concluido, era apreciado como la voz de orden de ese cambio y los sacerdotes, y católicos en general, que así pensaban se sintieron la vanguardia profética de esa Iglesia nueva, para un mundo nuevo y por un hombre nuevo.

Hubo más. Puesto que la praxis revolucionaria era, ahora, inseparable de la pastoral, antes bien, se identificaba con ella, se planteaba el problema del método de dicha praxis. ¿Era la lucha armada, asumida por aquel entonces en Argentina e Hispanoamérica por el castrocomunismo y sus variantes, un camino lícito para los cristianos? No todos respondieron afirmativamente a esta pregunta, pero un número nada despreciable de sacerdotes dio inequívocamente su absoluta conformidad. De este modo, no sólo algunos sacerdotes tomaron las armas sino, lo que fue más grave, arrastraron a centenares de jóvenes católicos a la aventura de la guerrilla. En ella, no pocos, mataron y murieron; pero no por Cristo y su Evangelio sino por la falsa utopía revolucionaria bajo la inspiración de Marx, de Castro y de Ernesto Guevara. Esta es la verdad, la que los hombres de nuestra generación hemos visto y vivido de modo directo. No hay otra.

ALGUNOS TESTIMONIOS.

¿Qué papel jugó exactamente Carlos Mugica en todo esto que acabamos de reseñar? Una lectura objetiva de sus actos y de sus textos nos permite advertir que, gracias a Dios, nunca perdió totalmente de vista el sentido sobrenatural del sacerdocio. También hay que destacar, en honor a la verdad completa, que hacia el final de su vida asumió su cuota de responsabilidad por la ola de violencia desatada en Argentina, así como su total ruptura con Montoneros a los que había animado y acompañado en sus momentos iniciales. También nos consta, por dichos de testigos directos, que esa conciencia de culpabilidad lo torturaba y angustiaba, sobre todo en los meses inmediatamente previos a su muerte.

Sabía, y lo decía con verdad, que la misión del sacerdote es llevar al hombre al pleno desarrollo de lo que hay en él de divino. Pero enseguida caía en un funesto error que lo hacía retroceder. “Para Cristo -escribía en Peronismo y Cristianismo- cada hombre es imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, ofender a un hombre es ofender a Dios. Y el rol del que es ministro de Cristo es asumir la defensa del hombre, y sobre todo del pobre, del oprimido. Hay gente que dice: Ah, ustedes los sacerdotes, tanto hablar ahora de los pobres, ¿por qué no se ocupan de los ricos? Creo que sí, el sacerdote tiene el deber de ocuparse de los ricos. Su misión frente a los ricos es interpelarlos. Lo que pasa es que los ricos no quieren que uno se ocupe de ellos. Porque mi misión como sacerdote es denunciarlos. Yo tendría un problema de conciencia si no le hiciera ver al rico que, si no cambia de vida, debe poner sus bienes al servicio de la comunidad” (Peronismo y Cristianismo, Buenos Aires, 1973. Fuente: http://www.elortiba.org/pdf/Carlos_Mugica-PeronismoyCristianismo.pdf).

Claro está que esta oposición dialéctica entre ricos y pobres de pecunia es radicalmente falaz pues presupone que el pobre es inmaculadamente bueno y el rico perdidamente malo: el corazón del hombre es mucho más profundo y el drama del pecado mucho más abisal que estas superficialidades sociológicas. Vale recordar a Sciacca: “El progreso modifica la superficie, pero los estúpidos se contentan con eso porque niegan la grandeza y la profundidad que no saben ver”.

Más adelante, en el mismo libro, su opción por el socialismo quedaba netamente expresada: “Por eso, como movimiento, los Sacerdotes del Tercer Mundo propugnamos el socialismo en la Argentina como único sistema en el cual se pueden dar relaciones de fraternidad entre los hombres. Que cesen las relaciones de dominación para que haya relaciones de fraternidad. Un socialismo que responda a nuestras auténticas tradiciones argentinas, que sea cristiano, un socialismo con rostro humano, que respete la libertad del hombre” (ibídem).

Su confusión, empero, llegaba a la cima cuando, sin más, asimilaba el Evangelio a las ideologías materialistas y ateas del marxismo: “Yo me opongo violentamente a todos los que pretenden reducir a Cristo al papel de un guerrillero, de un reformador social. Jesucristo es mucho más ambicioso. No pretende crear una sociedad nueva, pretende crear un hombre nuevo y la categoría de hombre nuevo que asume el Che, sobre todo en su trabajo El Socialismo y el Hombre, es una categoría netamente cristiana que San Pablo usa mucho” (ibídem). Y volvemos a Sciacca: “Creer que el mal puede ser vencido únicamente por obra del hombre; creer en la felicidad en la tierra, en sustitución de una vida vivida a la luz de la verdad es, por cierto, la última victoria del mal, la más peligrosa tentación de Satanás”.

Su ubicación frente a la lucha armada fue ambigua: “Ahora lo que sucede es esto: en concreto encontramos en América Latina -incluso en nuestro país- una situación de violencia institucionalizada. Es la violencia del hambre. Como dice Helder Cámara «El General hambre mata cada día más hombres que cualquier guerra». Es decir que existe la violencia del sistema, el desorden establecido. Frente a este desorden establecido yo, cristiano, tomo conciencia de que algo hay que hacer y me encuentro entre dos alternativas igualmente válidas: la de la no violencia en la línea de Luther King o la de la violencia en la línea del Che Guevara; hablando en cristiano la violencia en la línea de Camilo Torres. Y pienso que las dos opciones son legítimas” (“Entrevista al Padre Mugica”. Fuente: Revista 7 Días, junio de 1972).

Es evidente, pues, que Carlos Mugica sucumbió a todos los errores de una herejía de cuño modernista y progresista que, en el fondo, no fue ni es otra cosa que una grave adulteración del Evangelio y de la Fe. ¿Cómo es posible poner en la misma línea del hombre nuevo paulino, el hombre cristiano redimido por Cristo, la utopía marxista, signada ab instrinseco por el ateísmo más radical? ¿Qué falló aquí? Pues no otra cosa que la entera teología. Sus errores respecto del orden político social, su concreta opción por el socialismo, constituyeron antes que una equivocada opción política una contradicción expresa de la Fe de los Apóstoles y del Magisterio auténtico de la Iglesia.

Sí, es cierto: el Vaticano II no condenó al comunismo; pero tampoco levantó las condenas que pesaban sobre él. Pese a todo, cuando Mugica optaba por el socialismo, seguía vigente, por ejemplo, el Decreto de la Suprema Congregación del Santo Oficio, del 1 de junio de 1949, confirmado después por el Dubium del 4 de abril de 1959 que prohibía expresamente a todos los católicos la colaboración en cualquier terreno con el comunismo y consideraba a quienes violaban esta prohibición “apóstatas de la fe” incursos en “excomunión reservada de modo especial a la Sede Apostólica”. También regía plenamente la condena sin matices del Papa Pío XI en Divini Redemptoris, documento donde no sólo, ni principalmente, se declara al comunismo “intrínsecamente malo” (su afirmación más difundida) sino en el que se pone de manifiesto su carácter radical de falsa promesa redentora opuesta a la verdadera Promesa de Cristo, es decir, la promesa del hombre que se endiosa levantada en guerra inconciliable contra la Promesa de Dios hecho hombre. ¿Dónde está la proclamada fidelidad de Mugica al Magisterio de la Iglesia?

ADVERTENCIA DESOIDA.

Pero hubo algo más inmediato y próximo. La creciente actividad del llamado Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo provocó una intervención directa del Episcopado Argentino de aquella época. En su Declaración del 12 de agosto de 1970, afirmaban los Obispos: “«Adherir a un proceso revolucionario … haciendo opción por un socialismo latinoamericano que implique necesariamente la socialización de los medios de producción del poder económico y político y de la cultura» (Declaración del Tercer Encuentro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Santa Fe, 2 de mayo de 1970), no corresponde ni es lícito a ningún grupo de sacerdotes ni por su carácter sacerdotal, ni por la doctrina social de la Iglesia a la cual se opone, ni por el carácter de revolución social que implica la aceptación de la violencia como medio para lograr cuanto antes la liberación de los oprimidos”.

Unos párrafos más arriba, los Obispos exhortaban: “Lo que buscamos y queremos ahora es la reflexión seria y obligada de conocer bien y respetar la verdad de la Iglesia, en puntos básicos claramente enseñada por ella, para rectificar rumbos, deponer actitudes y, si es necesario, para hacer penitencia, que significa cambiar de mentalidad, a fin de pensar como piensa la Iglesia, con ella y en ella, cooperando así a su obra de salvación”.

Los tercermundistas respondieron a este llamado episcopal con un extenso Documento en el que consideraban el texto de los obispos “insuficiente, intemporal y parcial”, lo ponían en contradicción con otros textos (la famosa Declaración de Medellín, especialmente), por lo que se veían obligados no sólo a “integrar” sino a tomar “opciones pastorales” (en detrimento de la obediencia, desde luego, a sus obispos ordinarios), para terminar con unas abstrusas elucubraciones pseudo eclesiológicas a la luz de un difuso “espíritu del Concilio” (cf. Reflexiones en torno a la declaración de la Comisión Permanente del Episcopado del 12 de Agosto de 1970, Córdoba, 3 y 4 de octubre de 1970).

No tenemos noticias de que, tras la advertencia de los Obispos, el Padre Mugica (más allá de su ya mencionada ruptura con Montoneros) haya abandonado sus posiciones tercermundistas. Por el contrario, resulta claro que las mantuvo. Otra vez la pregunta: ¿dónde está la fidelidad al Magisterio legítimo de la Iglesia?

COLOFON.

No escribimos con la intención de acusar a nadie. No nos mueve siquiera el deseo, legítimo por lo demás, de reivindicar personas y hechos que, en esa misma época, marcaron una genuina reacción católica contra el desvarío progresista; hechos y personas injustamente olvidados. De eso habrá tiempo cuando lo disponga Dios. Tampoco nos mueven “memorias históricas” ni el anhelo de una justicia demasiado humana, apenas un miserable remedo de la Justicia de Dios a la que nos encomendamos. No. Sólo nos mueve la Fe. Esa Fe peligra si hoy a las nuevas generaciones de católicos (y pensamos sobre todo en los sacerdotes) se les propone un relato eclesial sesgado y se le presentan como modelos de vida personajes que, cuanto menos, obligan a un respetuoso silencio.

Insistimos: lo más grave de Mugica no fueron ni sus opciones políticas, ni sus compromisos temporales, ni su identificación con este o aquel sector político, ni siquiera su ambigua posición frente a la lucha armada, a la que finalmente se opuso sin ambages tras la llegada de Perón al gobierno en 1973, oposición que tal vez fue la causa de su muerte.

Lo grave, lo decisivamente grave, es que contribuyó como pocos, en una Iglesia convulsa y confundida, a adulterar la Fe que recibió en su bautismo y que se comprometió a predicar el día de su ordenación. Puso al servicio de esta Fe adulterada los indiscutibles talentos que poseía, los rasgos de una personalidad fascinante que arrastraba y cautivaba auditorios y una pasión desbordante que, finalmente, lo llevó a morir. No cuestionamos su santidad personal. ¿Con qué derecho lo haríamos? Cuestionamos el significado y también la resignificación de su figura en el fondo trágica porque es, reiteramos, la parábola de una gran tragedia que los hombres de nuestra generación hemos vivido y que sigue gravando nuestras vidas.

Tal vez, después de todo, Mugica, sacerdos in aeternum, fue más víctima que victimario: la víctima de un tiempo confuso y oscuro que hoy, abrumados por la ideología del odio, algunos se empeñan en seguir llamando primavera.

Elevamos a Dios, con toda el alma, nuestra súplica por el Padre Mugica.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Mugica-historia-de-una-impostura-545016.note.aspx

sábado, mayo 25, 2024

Pepe Mujica sobre la llegada al poder de Milei: "La hiperinflación enloquece a los pueblos".

 

El ex presidente de Uruguay José Mujica explicó el ascenso al poder de Javier Milei en la Argentina al aducir que "la hiperinflación enloquece a los pueblos".

En una entrevista con la agencia Reuters, el ex mandatario izquierdista manifestó su preocupación por el estado de la democracia en América Latina y otras partes del mundo, y en cuanto a la Argentina, aseguró que el libertario fue elegido, en gran parte, por la constante suba de precios que sufre el país.

Además, cuestionó las peleas que el presidente argentino mantuvo con otros jefes de Estado de la región. "Se peleó con (el presidente colombiano, Gustavo) Petro, se peleó con (el presidente chileno, Gabriel) Boric. Después le mandó una carta y todo, pero Lula (el brasileño Luiz Inácio Da Silva) no le contestó nunca", resaltó el veterano dirigente.

Mujica no es optimista sobre las próximas elecciones de julio en Venezuela, las primeras presidenciales desde 2018. No habla con el presidente Nicolás Maduro, dijo. "No sé lo qué pasará", manifestó.

"Chávez era distinto, muy distinto", añadió Mujica sobre el predecesor de Maduro, el fallecido líder izquierdista Hugo Chávez.  "Perdió elecciones y aceptó".
*** Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Pepe-Mujica-sobre-la-llegada-al-poder-de-Milei-La-hiperinflacion-enloquece-a-los-pueblos-545081.note.aspx

Arturo Jauretche. Político, ensayista y escritor argentino (1901-1974).

Arturo Jauretche.

Político, ensayista y  escritor, comenzó su carrera política en el Partido Conservador  desde donde pasó luego al yrigoyenismo. En 1930 rechazó el golpe de estado y en los años siguientes activó contra los gobiernos de José Félix Uriburu y Agustín P. Justo. Participó del levantamiento radical y  estuvo presente en los combates de San Joaquín y Paso de los Libres, Corrientes, en 1933. Enfrentó, además, a la dirección partidaria de Marcelo T. de Alvear desde la dirección de los grupos "Continuidad Jurídica" y "Legalista".

Con Raúl Scalabrini Ortiz, Gabriel del Mazo y Luis Dellepiane, inspiró el movimiento FORJA. Jauretche ejerció  influencia sobre el nacionalismo hasta que adhirió al Justicialismo. Fue presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires en el período 1946/51.

Fue autor, entre otras obras, de  "Prosas de hacha y tiza ", "Los profetas del odio", "El paso de los libres", "FORJA y la década infame", "El medio pelo en la sociedad argentina" y el "Manual de zonceras argentinas".

Una síntesis de su pensamiento se encuentra en sus expresiones siguientes: "Son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico. Esto no es una cosa nueva. No hace falta ser marxista para entenderlo. Más aún, Marx no entendía las condiciones económicas de los países subdesarrollados; las entendió Lenin que hizo una ampliación del marxismo. Un maestro del siglo XIX. Federico List, criticó esa concepción de la división internacional del trabajo, según costos comparativos. Él explicó que los países que están en período de desarrollo, aceleran cada vez más ese desarrollo y lo profundizan con el libre comercio internacional pero los que recién emergen necesitan protección en las fronteras nacionales. El pensamiento de List promovió el desarrollo capitalista de Alemania y también de los Estados Unidos, porque List estuvo en los Estados Unidos e influyó en gran parte del pensamiento económico. Pero a nosotros nos han enseñado todo mal. Nos han enseñado por ejemplo, que la lucha entre Hamilton y Jefferson fue una lucha de orden institucional. No, era la lucha entre el capitalismo que surgía (Hamilton) y quienes tenían una idea agraria de los Estados Unidos (Jefferson) y ganó Hamilton. Nos han enseñando la Guerra de Secesión como una guerra motivada por las lloronas páginas de 'La Cabaña del Tío Tom', no como fue, una lucha entre los fabricantes de camisetas del norte que querían el algodón para ellos y necesitaban consumidores de camisetas en el sur (y no esclavos, como querían los dueños de las plantaciones) y a sus vez, los fabricantes de camisetas de Manchester que querían el algodón para ellos; el rey algodón tiene, más que ver con la Guerra de Secesión que 'La Cabaña del Tío Tom' ", explicó como síntesis de su pensamiento en una entrevista que concedió en 1971, publicado en Escritos Inéditos (Ed. Corregidor, Buenos Aires, 2002).

Según se sabe, Jauretche ingresó a la Masonería Argentina en la Logia Bernardino Rivadavia Nº 364, hacia 1934. Fue presentado por Gabriel Del Mazo. Su iniciación  se relacionó con su necesidad de obtener protección política, pero, también, fue el modo que encontró para alinearse ideológicamente con otros intelectuales.

En su obra “La Masonería II”, Emilio Corbière narra que Agustin P. Justo  y Julio Argentino Roca, ambos masones, evitaban querellas con  los miembros de la fraternidad y no pusieron obstáculos para la iniciación masónica de Jauretche, Homero Manzi, Atilio García Mellid y José Constantino Barro. “Entramos con la idea de que podíamos estar políticamente protegidos dentro de la Masonería”, contó Jauretche al periodista Rogelio García Luppo, en 1974, meses antes de morir, mientras trabajaban en EUDEBA (Editorial de la Universidad de Buenos Aires).

Arturo Jauretche falleció  en Buenos Aires el 25 de mayo de 1974. Había nacido en Lincoln, provincia de Buenos Aires el 13 de noviembre  1901.

La Masonería Argentina recuerda a su hermano Arturo Jauretche y en él a quienes son capaces de ejercer su pensamiento con íntima libertad,  elevado nivel intelectual, plena sinceridad y claridad de procedimientos.

https://www.masoneria-argentina.org.ar/novedades-y-eventos/120-arturo-jauretche

Publicado por Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

También fué publicado en

http://nacionalismo-catolico-ngnp.blogspot.com/2021/02/jauretche-pertenecia-la-masoneria-2.html


Algunos apuntes sobre la condición de masón de Arturo Martín Jauretche.


por "Agencia Informativa Ciriaco Cuitiño.


Motivado por un mensaje privado que me hiciera llegar un “amigo” de la red social “Facebook”, me animo a escribir algunas líneas que respectan a la condición de miembro de la masonería de un intelectual muy querido por una amplia mayoría de nacionalistas y peronistas: Arturo Martín Jauretche. Esa petición privada me sugería de qué fuente había sacado yo que el aludido pensador era integrante de la orden cuyo inspirador y jefe de derecho es Satán, de acuerdo a Monseñor Meurín. Pues bien, desde un rol que creo imparcial,trataré de mechar algunos apuntes y datos que me permiten concluir que, en efecto, Jauretche fue masón.

Tres fuentes tengo para semejante afirmación. La primera es la de la imagen que tiempo atrás publiqué en mi muro de “Facebook”, en donde se lee con suma claridad que “Arturo M. Jauretche, 32 años, argentino, soltero, abogado, domiciliado en la calle Florida 470, Capital Federal” se había iniciado en la“Augusta y Respetable Logia “Bernardino Rivadavia” 2ª del Valle de la Capital (Federal)”. Si Jauretche, pues, había nacido en 1901, su iniciación masónica correspondió al año 1933, seguramente en su peor año político, y esto debido a su participación en la fallida revolución radical de Paso de los Libres, provincia de Corrientes (29 de diciembre de 1933), donde después de las acciones fue encarcelado.

Por otra parte, curiosa es su animadversión hacia la masonería en buena parte delas obras que escribió, las cuales todas fueron redactadas con posterioridad a su iniciación en la masonería. Recordemos, sino, que editó su primera publicación en 1934: El Paso de los Libres, prologada por el luego antirrevisionista y antiperonista Jorge Luis Borges.

Con mayor precisión, la Revista Ñ en su edición del 10 de octubre de 2011, explica que Arturo Jauretche ingresó a la Internacional en el mes de junio de 1933, de acuerdo a lo que publicó en ese mes y año el boletín oficial de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, la misma que funciona actualmente en la calle Juan Perón 1242, Buenos Aires. Y, dentro de dicho boletín oficial, la mención de Jauretche figura en la Circular de Propuestas Nº 359. Hay otro dato más que es preciso seguir indagando, como por ejemplo, que en la Circular de Propuestas Nº 356 figura como iniciado en la masonería el genial Homero Manzi (Manzione), hombre de FORJA (Fuerza de Orientación Radical para la Joven Argentina) y estupendo compositor de piezas de tango.

La segunda fuente es coincidente con la primera. En sus últimos años de vida, Arturo Jauretche trabó amistad con el periodista y socialista Rogelio García Luppo, el cual sostuvo que al entrevistarlo en 1974, pocos meses antes de su fallecimiento y en momentos en que era director de EUDEBA, Jauretche le manifestó que tanto él como otros colaboradores suyos próximos “entramos (a la orden) con la idea de que podíamos estar políticamente protegidos dentro de la Masonería”[1] O sea, que para García Luppo la introducción masónica del hombre nacido en el pueblo bonaerense de Lincoln se relacionaba con su afán de encontrar u obtener una “protección política”, lo que a la vista de la coincidencia de la iniciación y el fracaso de Paso de los Libres, seguramente así fue. Esta postura de Jauretche al entrar a formar parte de la masonería, parece coincidir con lo que dijera el cura Aníbal Atilio Röttjer en su conocida obra La Masonería en la Argentina y en el Mundo, página 85 (Editorial Nuevo Orden):

“Porque el masón tiene una doble personalidad. La primera es la que se manifiesta a través de los rituales, las revistas, las reuniones y los calendarios masónicos: es lo exterior, lo popular, lo exotérico; la segunda comprende lo interior, lo filosófico, lo esotérico, que es el centro real y alma de la Orden,esencialmente irreligiosa, anárquica y subversiva. La externa predica la tolerancia, el liberalismo en religión y el humanitarismo; allí afluyen la multitud de masones atraídos por las ventajas comerciales o sociales que les procura su afiliación, sirviendo a su vez a la institución como figuras decorativas por su riqueza o influencia…”.

Por último, y como tercera fuente para el sostenimiento de que Jauretche ha sido masón, me referiré a un episodio que dejé anotado en mis papeles. Lo transcribiré literalmente porque vale la pena:

“Patricio Maguire fue un experto estudioso de la Masonería. Uno de los que lo motivó a su estudio fue el Ministro de Salud peronista Ramón Carrillo, católico ejemplar y estadista olvidado. Maguire dejó escritos inéditos que, poco antes de morir,donó a la Biblioteca Popular “Adolfo Saldías” del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”.

“Esos escritos se componen de voluminosos tres tomos, uno de los cuales contenía antecedentes masónicos de Arturo Jauretche. En la parte donde Maguire había escrito sobre Jauretche y la masonería, esa hoja estaba misteriosamente arrancada y hecha desaparecer… Eso lo corroboré la noche del martes 14 de diciembre de 2010 estando en la Biblioteca “Adolfo Saldías” junto al bibliotecario Sandro Olaza Pallero, Juan Manuel Cardoso y un hombre de apellido Lambruschini”.

En esos imperdibles escritos inéditos de Maguire, que pueden consultarse en el referido sitio, hay también datos que unen a Mariquita Sánchez de Thompson con la masonería, antecedentes ocultos de Lenin en el mismo sentido y también cuantiosas investigaciones y documentos sobre la teosofía y demás sociedades secretas. Nadie, a esta altura, puede negar la capacidad investigativa de Patricio Maguire sobre la temática, y el hecho de que supiera que Arturo Jauretche había sido miembro mas.

Para no herir susceptibilidades, quiero agregar que he leído las obras de Jauretche y que las mismas me parecieron muy esclarecedoras. Nadie duda que él ha entendido cuestiones nacionales que todavía hoy pocos pueden dilucidar, lo mismo de su lucha en pos de las dos causas nacionales más extraordinarias del siglo XX: el yrigoyenismo y el peronismo. Ello no impide, sin embargo, que no tenga que mencionar que Arturo Jauretche se inició en una sociedad secreta que, a la vista de los episodios históricos y los documentos indagados, ha contribuido de manera notable a la pauperización de nuestro devenir como nación soberana.


Por Federal Neto del 20.


[1] El nombre exacto de la logia masónica donde se inició Jauretche es Augusta y Respetable Logia "Bernardino Rivadavia 2ª" Nº 364, fundada el 1º de diciembre de 1932 en la ciudad de Buenos Aires, más preciso en el barrio porteño de Boedo. Allí también estuvo Gabriel del Mazo.

http://ciriaco-cuitinio-vuelve.blogspot.com/2013/06/algunos-apuntes-sobre-la-condicion-de.html


"Las fuentes documentales y otras me permitieron determinar nuevos masones que por razones de tiempo, ya que el autor falleció a principios de 1981, no figuraron en el libro de Lappas. Por ejemplo, Arturo Jauretche, que fue iniciado en 1934, de la mano de Gabriel Del Mazo. Eso ocurrió después del sangriento levantamiento radical yrigoyenista de Paso de los Libres (Corrientes) y Jauretche se refugió en la masonería para lograr protección. El periodista Rogelio García Lupo me dijo que cuando actuó con Jauretche en la intervención de EUDEBA, en 1973, aquél le refirió la historia de su ingreso a la masonería que realizó junto a Atilio García Mellid. Como este último, al parecer, tenía buena voz, los masones de la logia lo hicieron "orador" de ella. La represión del gobierno justista fue implacable con los revolucionarios radicales pero, como Agustín P. Justo y Julio Argentino Roca (hijo) eran masones, miraron para otro lado con los masones insurgentes. El padre del general Justo, de profesión abogado, había sido Gran Maestre y Roca (hijo) perteneció a la "Logia Voltaire" de Córdoba. Su padre, el general Julio Argentino Roca, no perteneció a la masonería, pero durante sus mandatos al frente del Poder Ejecutivo cumplió con el proceso de secularización. Casi todos sus ministros eran masones militantes. En cambio, el general Rudecindo Roca, hermano y tío de Julito Roca, fue Gran Maestre de la masonería argentina...". "La Masonería II - Tradición y revolución" de Don Emilio  J. Corbiere.