Fue en el 2000, de cara a la Eurocopa que iba a organizar junto con Holanda. Hoy el país recoge los frutos.
Bélgica cuenta con un plantel joven plagado de talento, pero
este presente no es casualidad. Los europeos decidieron cambiar a tiempo y
apostar por un proyecto a largo plazo, que hoy da sus frutos y se convirtió en
la envidia de las demás selecciones. Todo comenzó en la Eurocopa 2000, certamen
que organizaron junto a Holanda.
Necesitaban solamente empatar ante Turquía para avanzar de
ronda, pero quedaron eliminados a manos de Hakan Sukur y compañía al caer por 2
a 0. En las tribunas del King Baudouin Stadium de Bruselas se encontraba
Michael Sablon, uno de los principales protagonistas de esta historia. E
El ex segundo entrenador de Guy Thys durante los mundiales
de 1986, 1990 y 1994 se sentó en su escritorio, y con la ayuda del Instituto de
Control de Movimiento y Neuroplasticidad, llamó a todos los clubes para obtener
imágenes del fútbol base. Tras analizar más de 1.500 horas de partidos
juveniles, llegó a la conclusión de que los niños tocaban pocas veces la pelota
por partido.
Al ver los errores y problemas del sistema que por ese
entonces prevalecía, decidió propulsar tres cambios fundamentales (que
influyeron directamente en los clubes, selecciones nacionales -exceptuando la
mayor- y las escuelas deportivas.
Los cambios.
- Todos los equipos que superaran la categoría cadete (entre
14 y 15 años) debían utilizar el sistema táctico 4-3-3 como base.
- Las categorías alevín (entre 10 y 11) e infantil (12 y 13)
cambiaría radicalmente su reglamento, intentando potenciar la capacidad técnica
de los jóvenes. En la primera, los partidos enfrentarían a equipos de cinco
jugadores, mientras que en la siguiente serían de 7 vs 7.
- Se instó a las instituciones a aceptar dentro de sus filas
a los hijos de extranjeros. Sablon buscó que "los niños de la calle" fueran
integrados a la sociedad mediante un programa que tenía al fútbol como
epicentro. Hasta antes de este proyecto, muy pocos futbolistas con orígenes en
otras naciones habían logrado llegar a la Selección.
La Real Federación Belga de Fútbol y el Estado invirtieron
dinero, como así también los clubes. Standard Lieja puso 18 millones de euros
en la creación de su academia. ¿Montos elevados? Para ellos, no lo fueron. Este
último club simplemente recuperó ese monto con la venta de Marouane Fellaini al
Everton en 19 millones de euros en 2008.
Un conflicto que tuvo que sortear Bélgica fue convertirse en
“exportador”. Ligas como la holandesa, francesa e inglesa comenzaron a notar el
potencial de estos jóvenes y rápidamente los sacaron de sus clubes. Eden Hazard
llegó al Lille con 14 años y Vertonghen fue al Ajax con 16.
Este ambicioso plan también tuvo un gran impacto social, ya
que logró unir al pueblo belga (dentro de este territorios se habla flamenco,
francófono y alemán), que se identifiquen con este plantel. Para celebrar estas
victorias, en los distintos barrios del país optaron por un solo lema, y en
inglés: “We are Belgium” (Nosotros somos Bélgica).
España se quiere llevar al DT.
El técnico Roberto Martínez, quien está realizando una
campaña perfecta con Bélgica desde su llegada en 2016 , sería el apuntado por
la selección de España para reemplazar a Fernando Hierro, quien tuvo que tomar
de apuro frente al despido de Lopetegui.
Martínez, catalán de nacimiento, desarrolló su carrera en
Inglaterra. Comenzó en el Swansea City AFC de Gales en 2007 y terminó en el
Everton en 2016. Entre sus títulos se destacan la liga conseguida en 2008 y la
FA Cup con el Wigan, equipo en el que también se desempeñó como técnico del
2009 al 2013.
Publicado en Diario “Los Andes”, domingo 8 de Julio de
2018.-
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