Dr. Lembeye nació el 22 de diciembre de 1923 en Capital Federal. Sus padres fueron Juan Miguel Marcelino Lembeye, médico, de origen vasco francés, que se asentara tempranamente en San Antonio Oeste para convertirse en médico de los indígenas, y Teresa Baroni, argentina, de profesión farmacéutica. De esta unión nacieron Mercedes, bioquímica; Miguel, médico; Ernesto y Julio, médicos. Se instalaron en Carmen de Patagones, Viedma y San Antonio Oeste pero en la década del 30 regresaron a Buenos Aires, a Burzaco. Cuando se enfermó Juan Miguel, Miguel hijo se hizo cargo de la familia. Se recibió de médico pediatra y psiquiatra a los 27 años, en la Universidad de Buenos Aires, y se casó con María Elena Iribarne, maestra y fiel compañera que apoyó siempre a su esposo en todos sus valerosos trabajos. Con ella tuvo tres hijas: María del Rosario, María Elena y María Cristina, y varios nietos y bisnietos. Trabajó en hospitales de Buenos Aires y siempre tuvo consultorio particular, en donde donaba su sueldo de médico y atendía gratis.
Independientemente de la medicina, su vocación lo llevó a la noble tarea de trabajar la tierra. En 1955 un diario de Buenos Aires publicó la venta de una fracción de tierra a orillas del río Limay; de inmediato se vino a ver el lugar y quedó enloquecido. Volvió a Buenos Aires, juntó el dinero entre amigos, colegas y familia y volvió a Neuquén en una estanciera y compró tierras en Rincón de las Perlas, 12.500 hectáreas, en la provincia de Río Negro frente a Neuquén.
Regresó a Buenos Aires en 1955 y formó la Sociedad Forestadora del Limay, asociado con Guillermo Iribarne.
Don Miguel siempre mantuvo la idea de fundar un pueblo. En este tiempo construyó el camino alternativo entre balsa Las Perlas y Paso Córdoba y la pista para aterrizaje de tierra. El campo comprado tenía la casilla de los balseros, tres casitas de adobe y el casco de la estancia que también era de adobe, bien realizada, con ovejas y forestación.
Ya en 1967 Miguel decidió traer a su familia –esposa e hijas– a vivir a Las Perlas. “Realmente –nos relató su hija– fue un gran cambio”, las casas no tenían piso sino cemento alisado, sin vidrios debieron soportar el frío del crudo invierno (14 grados bajo cero) y el baño quedaba lejos, entre otras cosas que contrastaban con la vida en Buenos Aires. Es así que inició la colonización del campo con el fin de fundar un pueblo. Las hijas continuaron sus estudios en el Colegio María Auxiliadora de Neuquén. El servicio de balsa funcionaba de 7 a 19, pero recién se suspendía una vez que regresaban de estudiar las hijas del Dr. Lembeye.
Se alumbraban con velas y faroles, hasta que el doctor comenzó con los trámites para llevar la energía eléctrica al campo, lo que le llevó siete años, ante la cooperativa de luz. Además debió rellenar lagunas, comprar los cables, entre tantas otras cosas. Hasta que en 1973 las líneas cruzaron el río Limay.
En 1979 logró la extensión del servicio de colectivo urbano hasta Las Perlas por convenio con la empresa Alto Valle. En 1981 construyó la primera balsa.
Ya terminaba el siglo XX, y se produjo el cobro de la sentencia del juicio que le hizo a la Provincia, en cuotas, y se inició la construcción del ansiado puente para unir las costas de Río Negro y Neuquén.
Para que las familias se radicaran en Las Perlas, Lembeye en un principio regaló casas terminadas; también donó el edificio para la Policía, el de la escuela y el de jardín de infantes. En 1975 comenzó con el loteo El Mirador con lo que financiaba lo que regalaba, y muchos colegas médicos (como los doctores Lamfré –primer odontólogo del lugar–, Roberto Raña, Caldentey, Urrere y Peláez) lo ayudaban a atender gratis a los enfermos.
El puente fue inaugurado el 21 de diciembre de 2001, pero él falleció el 9 de abril del mismo año, unos meses antes de ver su sueño cumplido.
El Dr. Lembeye fue un claro ejemplo de solidaridad, de años de sacrificios, éxitos y fracasos con grandes frutos.
Carta de lectores publicada en Diario "Río Negro", domingo 22 de Julio de 2018.
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