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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, diciembre 23, 2018

Los secretos del vino de Luis, que aún se vende en damajuanas.

Los secretos del vino de Luis, que aún se vende en damajuanas.

La bodega, de características artesanales, está en Sargento Vidal y produce anualmente unos 100.000 litros. Tiene clientes de hace más de 30 años. La historia de un inmigrante que llegó al Valle en busca de un mejor destino y decidió conservar parte de sus raíces en los viñedos de la chacra.

La historia de inmigrantes que llegaron de Italia a forjar su destino en el Valle es una de las marcas características de la zona. Luis Dellanzo, de 84 años, es una de las tantas personas dentro de este grupo. Llegó desde Sarzana, Liguria, y hoy cuenta con una bodega que produce anualmente más de 100 mil litros anuales de vino con características y sabores únicos que hace que tenga clientes fieles desde hace más de treinta años.
Entre los varietales tienen Cabernet Sauvignon, Malbec, Spira, Canela, Tempranillo, Sirah, y Bonarda.
Los secretos de la bebida que produce tiene su raíz en el país europeo, lugar donde Luis adquirió los primeros conocimientos en viñedos. Hoy las riendas de la producción las lleva su hijo Ricardo Dellanzo.
Buscan su producto no solo de la provincia sino de otros puntos del país. “El vino lo vendemos todo acá (en la bodega). No hacemos ningún reparto. En litros hacemos entre 100 y120 mil litros anualmente”, describió Ricardo.
Sostuvo que un “buen vino” depende en un 70 por ciento de la producción de uvas en la planta y en este punto “la poda es uno de los factores más importantes”.
“Todo comienza con elegir la primera uva a moler que uno considera al probarla y tomarle los brix y que esté con la graduación justa para molerla y que no se pase. Que no tenga sabor herbáceo, que esté madura la semilla, y ahí empieza la cosecha, ahora en bins”, comenzó la explicación Ricardo y continuó: “Pasa después por una despalilladora, que uno elige si la muela más o si entra el grano entero a la pileta, y de ahí va a fermentación que está entre 8 y 20 días, y todos los días se le hacen de dos a tres remontajes. Se mueve para que el jugo pase por la cáscara y vaya absorbiendo el color” añadió.
“Los blancos no, entran limpios”, detalló y agregó que ahora tienen una prensa neumática “donde la uva blanca entra de la despalilladora a la prensa neumática y se extrae el jugo directamente, y entra limpio a la pileta de fermentación. No entran con orujos, cáscara, y semilla como hacíamos antes, y por eso sale el vino más claro”.
Una vez que el material ingresa a la pileta se coloca metalbisulfito de potasio para evitar el contagio de bacterias y que se comience con la fermentación.
“Ahora estamos probando usar levaduras vírgenes. Antes usábamos levaduras indígenas que son las naturales de la uva. Estamos probando para ver la diferencia”, comentó.
Desde la bodega recalcan que el producto es orgánico.
“Solo se ponen conservantes cuando son vinos dulces, para estabilizarlo, porque sino es difícil paralizar la fermentación”, acotó Ricardo.
La región posee suelos aptos para el cultivo de este frutal. Los vientos fuertes característicos de la zona producen sequedad y evitan la aparición de enfermedades lo que favorece la realización de vinos orgánicos. En relación con esto Luis comentó cómo se asombraron unas personas que lo visitaron de Italia cuando les dijo que no hacía ninguna cura en las plantaciones.
La pasión por el vino se contagió a sus hijos. Es el caso de Daniel y Ricardo que transcurrieron su infancia y adolescencia entre viñedos. “Desde que tenía diez años ya estaba arriba del tractor, iba a la escuela y trabajaba acá”, contó Ricardo.
“Las anécdotas de chicos cuando cargábamos lo tambores o molíamos no se olvidan nunca”, dijo Daniel y a la vez contó que su hijo también estuvo participando en algunas de las labores culturales de la chacra.
“Por tradición de familia teníamos la costumbre que tuviera varios grados y era una manera de conservarlo”, señaló Luis sobre su producción años atrás.
Ricardo agregó que en comparación con varios años atrás ahora hay muchas menos bodegas.
Sobre la rentabilidad, el hijo de Luis consideró que “se puede vivir de esto” pero que hay que tener tecnología. En el lugar ya trabajan para empezar en poco tiempo a fraccionar el vino en botellas.
“Ahora no se le da el valor que se le daba antes al vino. Uno llegaba a la casa de un amigo que no veía por mucho tiempo y lo primero que se hacía era sacar un vaso de vino y se conversaba”, expresó Luis sobre la bebida que prepara desde su niñez.
Desde su creación la bodega San Pablo vendió vino en bordolesas de 200 litros, luego damajuanas, y ahora planean usar botellas
La única bodega de Sargento Vidal y una de las más añejas de la zona
“Empezamos a poner en marcha la bodega. Pero la prensa era a mano y la moledora la usábamos con un motor a explosión”, recuerda Luis Dellanzo, que trabaja en el lote donde hoy se emplaza la bodega desde 1963.
Pero antes vivió en otros lugares. Tuvo un lote en Campo Grande y luego en Barda del Medio.
Contó que cuando llegaron al loteo donde hoy viven ya se había hecho vino en ese sitio y la gente de Villa Manzano llegaba queriendo comprar. “Pero era del otro dueño así que no estábamos autorizado a venderlo” por lo que pidieron autorización al Instituto Nacional de Vitivinicultura (IVN), contó Luis.
Agregó: “Compré un camión y empecé a negociar fruta en La Pampa y andaba bien porque se pagaba seis o siete veces más que acá”.
Recordó que “al principio había podos de cualquier variedad y se plantaba mezclado, era rosado o clavete”.
Junto a otras dos chacras tienen unas 20 hectáreas de cultivo de vid. Su hijo Ricardo señaló que en comparación de varios años atrás ahora hay mucho menos bodegas.
Al Valle por la guerra y por ser zona frutícola
Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fue lo que generó que Luis Dellanzo viniera al país. “Las cosas allá andaban mal porque habíamos pasado una guerra y después hay que reconstruir”, recordó el productor.
Dijo que los primeros años de la guerra no la sentían pero que cuando “llegó a la zona nuestra había bombardeo todos los días y estábamos en los refugios”.
En el área donde vivía se producía viñas, duraznos y caquis. “Cuando fuimos a ver después del primer bombardeo de aviones no había quedado nada”, reveló. Por esto decidió de muy joven venir a Argentina junto a su hermano José. Era 1952. “ Mi papá tenía un primo en Buenos Aires y por intermedio de él vine acá porque no se podía venir libremente”.
“Estuvimos un año y medio en Buenos Aires. A mí no me sentaba el clima. Lo primero que hice cuando llegué a Argentina fue pelar papas en un restaurante de avenida Corrientes”, contó mientras dejaba escapar una sonrisa. Confesó cómo fue que decidió emprender viaje hacia el sur: “No me sentaba el clima y estaba agarrando reuma infeccioso. Y el médico me dijo tenés dos opciones, o te volvés a tu pueblo o sino tenés el sur de Argentina. Y así fue”.
Allí empezó, junto a su hermano, a consultar los viajes que hacía el ferrocarril hacia la Patagonia.
“Nos contaron que si íbamos para el lado de Zapala se extraían minerales y si íbamos para el lado de Río Negro había plantaciones de fruta, y eso nos gustó porque era lo que hacíamos allá ( en Italia)”, rememoró.
Sumó que “lo que había que hacer acá nosotros ya lo sabíamos hacer, así que cuando llegamos el cambio no fue brusco porque era algo que ya veníamos haciendo”.
Tractor y maquinarias. Cambio en las labores
Lo que transitó Luis Dellanzo en su vida vuela por su mente y se exterioriza en cientos de anécdotas. Contó que en los primeros años de la bodega, y durante dos meses, trabajaban de noche y se iluminaban con velas. Con su hermano se “turnaban para prensar, porque si no se podía moler y eso era muy lento”.
Después trajeron una prensa hidráulica y se agilizó mucho la tarea. En la década del 70 adquirió un tractor luego de pedir un crédito y todo fue diferente. “Ahora es fácil, entrás con un tractor y movés la tierra. Pero en aquellos años toda la arada la hacía con caballo”, narró Luis. Agregó que la molienda se hacía toda manual y los tambores que pesaba entre más de 100 kilos se transportaron en una chata pero se subían a mano.
Producción local
hectáreas de vid había en 2017 en la Región Sur (Río Negro, Neuquén, La Pampa, y Chubut). En el país fueron 220.848 ha.
3.760
120 litros
litros anuales es la producción de la bodega de Sargento Vidal entre todos los varietales. Se fracciona en damajuanas.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 23 de Diciembre de 2018.

Sargento Vidal es una localidad argentina ubicada en el Departamento General Roca de la Provincia de Río Negro. Se encuentra en el valle del río Neuquén, a 4 km de dicho río. Su principal vía de comunicación es la Ruta Nacional 151, que la vincula al norte con Catriel y al sur con Barda del Medio. Wikipedia

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