Según un trabajo de Samuel García Silva: “El primer masón italiano en el Río de la Plata del que tenemos noticias se llamó José Boqui, nacido en Parma. Hizo estudios artísticos en su patria, dedicándose especialmente a la orfebrería. Luego pasó a España, trabajando en Madrid y Barcelona. A finales del siglo XVIII, se encontraba en Buenos Aires haciendo trabajos de platería y cincelado y prestando sus servicios en la defensa de Buenos Aires. En 1805 hizo una custodia para el Convento de Santo Domingo, que aún se conserva, y otra de mayores proporciones y de extraordinario valor artístico, según los comentarios de la época”.
Dicho autor identifica a Bartolomé Viale, Marcelo Cerruti y Juan Bautista Albini como “propiciadores de la idea de fundar un hospital para la colectividad italiana, que comenzó a construirse en el mes de marzo de 1854. El 22 de abril de 1858, surgió el Gran Oriente Argentino. Los italianos que habían buscado el sustento y el clima de libertad tan ansiado lejos de su patria, todavía martirizada y sumisa, pudieron finalmente sumarse a la corriente progresista para luchar contra el fanatismo clerical, y otras fuerzas retrógradas y oscurantistas que mantenían obstinadamente sus preconceptos y se oponían al progreso del pensamiento liberal y a la formación de una masonería fuerte y unida”.
La filantropía era el hilo conductor de aquellos pioneros que vivían de su esfuerzo individual como panaderos, cocineros, hojalateros, carpinteros, zapateros, herreros, sombrereros, carboneros, peluqueros, mecánicos, jornaleros, albañiles y fideeros. Varios inmigrantes italianos que adoptaron al barrio de La Boca como tierra de promisión entregaron su esfuerzo respaldados por los Liberi Pensatori. Sus hijos crecieron con ese mismo espíritu: Fernando Paladino, el contralmirante médico Pedro Mallo y Tomás Liberti, entre otros. Este último, nacido en La Boca, está en la nómina de los fundadores del club River Plate y su hijo, Antonio, fue presidente de esta institución por varios períodos.
“Las historias oficiales de los clubes —dice Alejandro Fabbri— son más que una creación fantástica, que no se condice con la realidad. En River, cuentan que era una camiseta blanca y que en un carnaval encontraron unas bandas rojas y las cruzaron, pero está probado que los colores responden al mandil de la logia masónica Excelsior N° 617 de la zona. Y que incluso no se fundó en 1901, sino en 1904”.
Texto extraído del libro “River vs. Boca, Boca vs. River; la historia secreta de una rivalidad”. Ediciones Olmo – 2013.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.