Los homenajes a Alfredo Gattoni en San Antonio adquieren otro sentido.
San Antonio Oeste lo vio crecer hasta completar su secundario. Luego Bahía Blanca se trasformó en su nuevo hogar y La Plata en su residencia estudiantil, donde además inició un proyecto de vida junto a su esposa Norma, quien en una oportunidad visitó esta localidad rionegrina. Según familiares consultados la mujer falleció hace unos años.
Alfredo Gattoni no regresó más a San Antonio Oeste pero allí quedaron tíos y primos, además de una comunidad que lo recuerda y le rinde homenaje tras su heroico paso por la guerra de Malvinas. Un aula de la escuela N°161 Víctor Larrouturou lleva el nombre del excombatiente desde mayo de 2013.
Los homenajes de todos estos años en la conmemoración de Malvinas estuvieron dedicados a él. Desde 2009 y en el marco de una ordenanza municipal se le rinde homenaje permanente en las fechas clave.
Además se dispuso la colocación en el hall del edificio de la sede del gobierno municipal un cuadro con la fotografía de Alfredo Gattoni. Uno de sus tíos que ya no está recibía con emoción cada homenaje.
“Tenía confianza en que iba a llegar este día pero tenía mucho miedo de no llegar yo”, dijo Dora Domínguez a los medios tras visitar la tumba de su hijo en el cementerio de Darwin donde se encuentran sepultados 90 soldados muertos en la guerra de Malvinas que fueron identificados el año pasado.
“Le dije mucho, lo recordé mucho, su vida de estudiante”, respondió esta madre de 86 años a Infobae al regresar de las islas.
El trabajo coordinado por la Cruz Roja en el marco de un acuerdo entre los gobiernos del Reino Unido y la Argentina permitió identificar a los soldados enterrados hace 36 años en ese cementerio de Darwin construido por los británicos al terminar la guerra.
Hasta el año pasado 121 tumbas permanecían sin nombre con la única leyenda “soldado argentino sólo conocido por Dios”.
Un equipo de catorce especialistas forenses –provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido– logró identificar a la mayoría tras exhumar, analizar, obtener muestras para documentar cada uno de esos restos mortales.
El 5 de enero marcó un antes y un después para dos familias de Bariloche. Ese día, integrantes del Equipo de Antropología Forense desembarcaron en la ciudad para llevar la confirmación que las familias aguardaban desde hacía 35 años.
Víctor Olavarría y Oscar Labalta, ambos de Bariloche, estaban en el Cementerio de Darwin, en Malvinas, entre las 88 tumbas que se habían logrado identificar de un total de 123 en ese lugar.
“Fue algo muy importante para nosotros, fue muy fuerte. Después de tantos años, conocer dónde estaba mi hermano. Uno por dentro sabía que estaba ahí. Pero necesitábamos esta confirmación”, destacó Vanesa Olavarría, hermana de Víctor.
No pudo ir
Teodora Mariqueo, su madre, no pudo participar de la ceremonia que encabezaron 248 familiares de soldados caídos en Malvinas para colocar las placas que identifiquen cada tumba en reemplazo de las que estaban que indicaban: “soldado solo conocido por Dios”. La mujer de 81 años atraviesa algunos problemas de salud.
“En enero, me trajeron las pertenencias de mi hijo que estaba en la fosa número 7. Encontraron su documento entre su ropa. Me preguntaron si lo quería sacar de ahí pero no, no quiero. Con sólo 18 años, él dio la vida por las Malvinas”, indicó Teodora.
Dolor y tranquilidad.
Las dos hermanas de Labalta se sumaron a la delegación que viajó a las Malvinas, donde lograron homenajear a sus familiares alrededor de dos horas en el cementerio.
“Se sintió mucho dolor –todo el tiempo, se siente dolor– y mucha impotencia. Pero a pesar del dolor, sentimos un poco de tranquilidad, de paz. Porque resulta que siempre esperábamos encontrarlo en alguna esquina perdido o buscando a su familia. Y hasta que no te dicen que sí, que positivamente está ahí, no estábamos tranquilos”, admitió Liliana Labalta.
Su hermano nació en Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, en 1972 pero cuando tenía 8 años, se estableció, junto a su familia, en Bariloche.
“Ahora sí sabemos que mi hermano está ahí y a eso fuimos con mi hermana: a verlo. Cuando viajaron a Bariloche a decirnos que habían identificado los restos de mi hermano y que el ADN era positivo, recuerdo que les agradecí y que a pesar del inmenso dolor de saber que estaba ahí, ya no íbamos a tener que salir a buscarlo”, expresó emocionada Liliana.
Publicado en Diario "Río Negro", 28/03/2018.
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